La respuesta no era interesanteá; los juicios de intención y las excusas son como el traseroá: todo el mundo tiene uno. A mí lo que me sobresaltó, en especial en el contexto de protesta en que se producía, fue la pregunta, que era, ni más ni menosá:¿Qué fines han movido a montar esa candidaturaá? (aquí insertaba un patético intento de descalificar a sus componentes, con pretensiones de ingenioso, íencimaá!). Es decirá: +qué motivo – como mínimo oscuro – hay para montar una candidatura que nadie necesita, existiendo como existe la míaá?
Pienso que pocas frases se han dicho, ni se dirán antes de que termine la campaña electoral actual, más significativa del carácter de su autor. No quiero hacer ahora un catálogo exhaustivo de las respuestas que se pueden dar a la pregunta, que van desdeá: «Porque sus miembros creen que, sin hacer gran cosa, lo harán mejor que usted y los suyos», hasta «Porque les ha parecido una buena idea, les ha apetecido o les ha dado la real gana», pasando por otras como «Para dejar de ver su cara reproducida en fotograf¡a hasta siete veces en el oltimo bolet¡n municipal de autobombo que nos ha obligado a pagar entre todos», entre muchas m s de nivel m s duro aun, etc. Entonces, si eso es as¡ (y en un sistema democr tico ni siquiera es discutible), +a qu’ viene la pregunta ? Ha quedado tan retratado como otro (un secretario municipal) que, un d¡a de esos, me dijo que «en un pueblo peque_o» no hab¡a que ser tan estricto en el cumplimiento de las leyes y normas electorales
Al principio de la transici¢n uno de los socios de la empresa en la que yo trabajaba, muy nacionalista catal n ‘l, era partidario de hacer un partido onico de esa l¡nea, que abarcara a todos los que quer¡amos, como m¡nimo, la autonom¡a. La larga sombra de la filosof¡a de la dictadura nos llenaba los poros me atrevo a decir que a todos, y tampoco ha acabado de desaparecer, por eso aun hoy d¡a cuesta tanto que la gente admita que las cosas no se arreglen de hoy para ma_ana, sino siguiendo los tr mites jur¡dicos que sean del caso, paso a paso. Recuerdo haberle preguntado a la persona citada si estaba dispuesto a que ese partido fuera otro distinto al suyo, por ejemplo el m¡o de entonces (que en aquellos tiempos ten¡a m s militantes que entre todos los dem s partidos juntos). Me mir¢ como si yo hubiera enloquecido, y me acus¢ de que, si en el futuro que entonces empezaba, la cosas no iban bien de forma suficiente para nuestro pa¡s, ser¡a a causa de gente como yo, que antepon¡amos nuestros oscuros intereses a lo que para ‘l era la onico importante : Catalu_a !
No quiero hacer de eso una cuesti¢n de descalificaciones globales, por ser de un partido o de otro ; en todos hay verdaderos santos y genuinos canallas, y tambi’n ejemplos sobrados del talante caciquil que manifiesta quien se hac¡a la pregunta, tan profundamente arraigado que ni siquiera es capaz de apercibirse de ello. Debe ser de los que si alguna vez ha hecho un favor a alguien que lo precisaba, cree que esa persona queda obligada a estar a sus ¢rdenes por el resto de su vida, como todos los caciques, y no es capaz de captar que, por ejemplo, el haber realizado una llamada telef¢nica en favor de alguien en un momento determinado, a lo que da derecho, en justa reciprocidad, es a que la otra persona haga una en favor suyo si un d¡a le es preciso, a nada m s. Son gente a la que le cuesta aceptar (despu’s de casi veinte a_os) la normalidad del relevo y el derecho de cualquier otro a aspirar a lo mismo que aspiran los de su partido.
Incluso hay uno de por ah¡ (no dir’ el nombre del pueblo) que, en una maniobra m s caciquil aun que la pregunta que ha motivado este comentario, pretende seguir cortando el bacalao, ahora con un cargo digital otorgado por su aparente sucesor, sin haber dado a la gente de su pueblo la oportunidad de reelegirle (o no), dando ‘l la cara, encabezando la lista de su partido como hab¡a hecho hasta ahora.
Y en mi cabeza resuenan los versos y la mosica del inmortal Carlos Puebla : «Aqu¡ pensaban seguir/ganando el ciento por ciento/con casas de apartamentos/y echar el pueblo a sufrir/y seguir de modo cruel/contra el pueblo conspirando/para seguirlo explotando/ etc.
Jordi Portell