El rezo de algunos insensatos, instalados confortablemente como funcionarios o en cargos políticos, ganado mucho más que en sus trabajos de procedencia es este: «El rico lo es por herencia o por que ha robado», citando a San Damián . Y de este tic doctrinario son fanáticos, aunque luego llegan a atesorar miles de millones en bancos, !y me parece bien!, me alegro por ellos, si lo han conseguido honradamente.
Frente a esa plegaria tan reaccionaria, está el sentido común de hacer riqueza a partir de un poco capital, mucha ilusión, mucha imaginación y mucha confianza. Este es el reto de las nuevas generaciones de españoles, en este final de siglo y próximo milenio.
Hacernos emprendedores, no solo en las artes y el cante o la literatura,sino también en la creación de riqueza.
Hacernos ricos y hacer ricos a los de nuestros alrededor a través de la cración de empresas, no solo con la socorrida cooperativa, ante la que se hacen gaseosas los colectivos «progres». Y desde esta riqueza creada en la sociedad, servir a nuestras tierras, a sus gentes, a Espa_a, a la humanidad. Esto es una utop¡a realizable, ya cuajada. Solo basta ver la cantidad de empresarios existentes en nuestro entorno, desde campesinos a inform ticos o tiendas. Mediante esta utop¡a si que podremos ponernos al nivel de los pa¡ses de la Europa rica, no en el 2.020, sino antes. Si. Este deber¡a ser un saludable efecto 2000.
Marcos Guti’rrez Sanju n