Quiero suponer que los contrayentes saben que ha dejado de ser alcalde, y que tampoco es juez de paz, y que, por este motivo, lo que les hace no es ninguna ceremonia matrimonial, porque si no fuera así, si alguien les hubiera ofrecido un ôforfaitö de ôbanquete de bodas con ceremonia matrimonial in situ incluidaö, la cosa no sería sólo una mascarada sino algo mucho más feo. Se trata del mismo personaje que la pasada campaña electoral se hacía una pregunta sobre el derecho de los demás a presentarse a las elecciones; el mismo que más de uno de los pajaritos que he mencionado antes me había dicho que contaba con tener un cargo digital en el ayuntamiento cuando su partido las ganase (él no iba en la lista en un lugar ôde salirö); el mismo que se quejaba que el cabeza de lista de otro grupo político tildara de caciquil su estilo; el mismo que aseguraba que no había nada anómalo en la concesión de una famosa licencia de obras para la reforma de un edificio catalogado, que ha merecido que el semanario EL TRIANGLE (El Tri ngulo) lo denomine de «El misteri¢s bonquer del Maresme» ; el mismo que, despu’s de haber cesado en su cargo municipal, ha obtenido otro inmediatamente, de un cierto relieve, en la empresa propietaria de las obras objeto de la controversia.
Los mismos informadores alados me dicen que, en privado, quien le ha sustituido reclama el dudoso privilegio de haber formado parte los pasados ocho a_os del equipo de gobierno municipal encabezado por el personaje en cuesti¢n, los oltimos cuatro como primer teniente de alcalde, sin haberse enterado de nada de lo que ahora ‘l mismo va viendo que, como m¡nimo, no acaba del todo de «ir a misa»; pero en poblico, en declaraciones a la prensa, sigue repitiendo el mismo ajado discurso sobre la tradici¢n de transparencia total de la gesti¢n de su gente al frente del ayuntamiento (a lo mejor es que eso de la transparencia le suena, pero no acaba de saber que significa), y nunca deja pasar la ocasi¢n sin intentar desmentir que se hubiera barajado el proyecto de dotar con un cargo digital a su antecesor. Lo hizo en forma de un desmentido categ¢rico durante la campa_a electoral, y ahora, hace muy pocos d¡as, comentando a la periodista que le entrevistaba que no sab¡a de d¢nde se lo hab¡an sacado [los que lo dec¡an]. Yo no s’ de d¢nde lo hab¡an sacado los dem s que tambi’n lo sab¡an, entre ellos una familiar muy y muy pr¢xima al interesado que se pas¢ la pre-campa_a y la campa_a defendiendo la idea, y justificando su puesta en pr ctica por la existencia de alguien con un cargo similar en uno de los pueblos vecinos. S¡ s’ como lo sab¡a la trabajadora municipal a quien, en noviembre del pasado a_o, le dio la primicia otro miembro del gobierno municipal al decirle que, quien entonces era el alcalde «en el pr¢ximo ayuntamiento no estar , pero estar ; quiero decir que no se presenta pero estar «, mientras le daba el «consejo amistoso» de hacer todo lo que se le pidiera sin rechistar, a causa de haber manifestado a aquel alcalde un cierto nivel de cr¡tica (que ella cre¡a constructiva y la forma m s leal y efectiva de colaborar) sobre una actividad en la que hab¡a participado invitada por la alcald¡a, que unos meses despu’s, a la hora de las elecciones, resulto ser el eje central de la campa_a del partido del alcalde. El conocimiento del hecho me llev¢ a hacer una cr¡tica m s o menos directa de las amenazas, que public¢ el diario EL PUNT (Esperanza, 21/11/98). El alcalde actual, si tenemos que creer sus afirmaciones, debe haber sido uno de los pocos habitantes del pueblo que no lo sab¡a. Le sugiero que, ya que ‘l mismo dice que el anterior no le comunicaba nunca nada, a partir de ahora, en lugar de desmentir algo o no saber de d¢nde lo sacan los que lo dicen, se lo apunte en la lista de las dem s cosas que «tampoco» sab¡a.
Pero parece que soplan aires nuevos en el nuevo ayuntamiento, que se promueven desde la alcald¡a misma en forma de un estilo m s abierto y claro de hacer las cosas. Es una buena noticia que me gusta comentar, porque, como tambi’n dec¡a en el escrito que he mencionado m s arriba, son cosas que merecen ser alentadas. Aprovecho la ocasi¢n para hacerlo.
