Creo más adecuado hablar de xenofobia que de racismo porque todo esto está más próximo a lo de «de fora vindrÓ qui de casa et traurÓ» (de fuera vendrá quien de casa te echará), tan doméstico, que de odio por un color de piel distinto al propio (creo que pocos de los protagonistas de los hechos se opondrían a tener un ligue con Cindy Crawford o tener como vecino a Magic Johnson, al Dalai Lama o a Nelson Mandela, por poner algún ejemplo).
En la película antirracista del director norteamericano Alan Parker Mississippi burning, uno de los personajes protagonistas, encarnado por el actor Gene Hackman, cuenta que cuando unos años antes su padre se apercibió de que sabía que era él (que no tenía nada) quien había envenenado la mula de un negro vecino suyo llamado Monroe, que, sigue diciendo el personaje, había tenido un poco más de suerte en la vida, le dijo : «Hijo, si no eres mejor que un negro no eres mejor que nadie», sin darse cuenta, continua, que lo que le estaba matando era su propia miseria y no la mula del vecino. Ahora toca culpar de los hechos a la docena escasa de cabezas rapadas implicados, atizando el fuego si quer’is ; pero los actos vand licos contra los magreb¡es y sus propiedades (comercios, veh¡culos, etc.), no los cometieron s¢lo esta clase de energomeno, como se pod¡a comprobar en las im genes que vimos por televisi¢n, y una de las cosas m s vergonzosas de lo de Banyoles, por lo menos desde mi punto de vista, ha sido que mientras los vecinos gambianos de la casa incendiada procuraban poner a salvo a sus hijos, sus vecinos blancos eran espectadores del drama pero ninguno les prest¢ ayuda. Especialmente impropias me parecieron las manifestaciones de un responsable pol¡tico (de un partido casi extinto) de Terrassa, que, aparte de insistir en la calificaci¢n de «de izquierdas de toda la vida» para los del barrio afectado (con lo que pretend¡a negar que pudiera haber en su seno un caldo de cultivo xen¢fobo y racista), no acab¢ de quedar claro si lo condenaba o lo justificaba. Eso tampoco es nuevo. En Francia, el espectacular avance electoral de los ultras del Frente Nacional fue debido, concretamente, al voto masivo de la que era la clientela tradicional del mismo partido que el representante mencionado, en una especie de vasos comunicantes entre distintos partidarios de las «soluciones» radicales e inmediatas.
Viendo las im genes de los hechos de Terrassa, y la fruici¢n con la que unos, que por cierto no eran cabezas rapadas, estrellaban un contenedor contra los cristales del escaparate de una tienda, que estoy seguro que no era propiedad de ningon magreb¡ miembro de una de aquellas bandas que, segon algunos, «tienen atemorizado al barrio», me vino a la memoria el film que he mencionado antes y, en concreto, la muerte de la mula del negro Monroe a manos de un blanco m s pobre que ‘l. No hay modo de justificar lo que, en el caso m s favorable para sus autores, ser¡a un acto de linchamiento, y, como tal, fuera de los comportamientos admitidos por los h bitos propios del estado de derecho; pero los actos destructivos de tiendas son m s bien de pura envidia social, eyectada aprovechando la «ocasi¢n» de que las v¡ctimas son «de fuera».
Coincido con un columnista del diario «EL PUNT», a quien tengo el vicio de leer, que este tipo de comportamiento es pariente pr¢ximo de la forma de tratar a los que vienen «de fuera», todos ellos, no los de ningon color «raro» de piel, que es aun habitual en nuestros pueblos. En uno de mi misma comarca hay quien lo tiene tan arraigado que cuando, despu’s de decir que era un al educado uno que iba por la calle sin saludar sistem ticamente a todo el mundo, se le pregunt¢ por que ten¡a que ser el criticado el primero en saludar, contest¢ muy exaltado que «era bien claro que los de fuera ten¡an la obligaci¢n de saludar los primeros a los del pueblo de toda la vida». La an’cdota es aut’ntica y reciente. El criticado lleva residiendo en el pueblo veintiocho a_os.
Tambi’n estas lluvias ayudan a traer estos lodos.
Jordi Portell
XENOFOBIA
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