Me abstuve, hasta hoy, de escribir una nueva nota para Informativos.net y, por su intermedio, para todos los lectores hispano parlantes del Mundo, después de aquélla titulada «El niño y la locomotora» donde, hace un mes atrás, pronosticaba un triunfo aplastante de Ricardo Lagos sobre Joaquín Lavín, en las presidenciales de Chile. La razón es que nada hacía cambiar los conceptos allí vertidos anticipadamente.
Pero, ahora hay mérito de sobra para contar novedades. Lavín y Lagos, en ese mismo orden, acaban de coronar sus respectivas campañas con sendas concentraciones masivas de adherentes en la capital chilena. Estas concentraciones constituyen demostraciones de fuerza electoral entre los contendores. Los concurrentes a estos actos manifiestan, así, públicamente, su adhesión a los postulantes a la Presidencia de la República. Mientras, y a medida que se acerca el gran día, diversas empresas encuestadoras han ido publicando sus sondeos. Pero la opinión pública chilena, tradicionalmente, cree m s en la comparaci¢n entre las concentraciones masivas que en los sondeos de opini¢n tabulados y publicados en la prensa. Las encuestas han oscilado desde un Lagos triunfante hasta un Lav¡n ganador tendiendo a inclinarse finalmente por una re_ida lucha que obligar¡a a una segunda vuelta electoral entre estos dos postulantes. Han especulado y continoan haci’ndolo sobre la incidencia de los votos nulos y en blanco y la votaci¢n dispersa entre los otros candidatos menores como factores condicionantes para la segunda vuelta. Aclaro al lector que una segunda vuelta electoral puede producirse si ninguno de los candidatos en pugna obtiene la mitad m s uno del total de sufragios v lidamente emitidos. Nulos y en blanco no se consideran v lidamente emitidos pero disminuyen el universo electoral.
Por otra parte, existe una fundada desconfianza en todos los medios de comunicaci¢n masiva, diarios, radioemisoras y TV, ya que todos ellos obedecen a intereses econ¢micos y pol¡ticos. Por mi parte puedo afirmar que, en Chile, el onico medio de expresi¢n realmente libre y orientado s¢lo por la intenciones personales de quienes lo utilizan es Internet (Usenet). Lamentablemente, en Chile, este medio no es masivo sino estrictamente elitista. Por lo anterior, las concentraciones de cierre de campa_as cobran dramatismo al convertirse en el onico indicio confiable, de acceso visual directo e inmediato para los ciudadanos.
El escenario escogido para ambas concentraciones ha sido la Alameda Bernardo O’Higgins, arteria principal de la capital chilena. Se la utiliza desde Plaza Baquedano (Plaza Italia) hacia la costa, desviando el tr nsito en un punto predefinido. El escenario se monta cruzando la arteria, de espaldas a la cordillera de Los Andes y mirando hacia la costa. La cita es a las 20 horas cuando aon hay sol que alumbra y calienta la tarde. Su curso por el cielo, de cordillera a mar, es copiado por la Alameda en todo su recorrido.
Joaqu¡n Lav¡n, candidato de derechas, reuni¢ a 60 mil personas el martes pasado. Ricardo Lagos, abanderado de la Concertaci¢n (oficialista), sobrepas¢ las 200 mil este jueves. Estos valores no son antojadizos sino resultado de c lculos matem ticos considerando 4 personas por metro cuadrado y 12 mil personas por cuadra. Para ambas concentraciones se hab¡a prefijado un espacio de 7 cuadras. Para la concentraci¢n lavinista, el c lculo resulta muy f cil de hacer ya que sus adherentes se aglutinaron en 4 cuadras m s un flotante ponderado. El c lculo de la concentraci¢n laguista resulta mucho m s complejo porque mostr¢ 8 cuadras compactas de multitud m s otras 4 de contenido fluctuante y tramos compactos en calles transversales desbordando por completo las reas preestablecidas. Para quienes conocen Santiago de Chile anoto que la concurrencia laguista abarc¢ desde Plaza Baquedano (Plaza Italia) hasta Teatinos, frente al palacio de La Moneda, distante 12 cuadras. Otro fen¢meno que dificulta la estimaci¢n es el hecho que, a las 21 horas, cuando el acto estaba conclu¡do y mucha gente comenzaba a retirarse, continuaban llegando grupos rezagados.
Aparte de la enorme diferencia num’rica hubo otras a destacar. Una cantidad no despreciable de personas llegaba a la concentraci¢n de Lav¡n con su visera distintiva puesta e, inmediatamente, abandonaba el acto, para alejarse por las calles colindantes, con la visera en las manos para arrojarla, luego, a la basura. Mientras hablaba Lav¡n, en los contenedores de basura y por el suelo, comenzaban a quedar abandonados afiches, distintivos y pancartas como cosas inotiles, ya no m s necesarias, ni motivantes, ni representativas de orgullo o de futuro. Calles adyacentes y transversales tales como el paseo Ahumada, el paseo Hu’rfanos y Estado manten¡an su aspecto habitual, como si nada hubiera estado ocurriendo a pocas cuadras. No hab¡a m¡stica ni encanto en el acto de Lav¡n. La gente fue abandonando el punto de concentraci¢n en silencio sin muestras de triunfo o de satisfacci¢n.
El acto laguista, en cambio, colaps¢ la Alameda y 12 calles transversales. El fen¢meno es s¢lo comparable a los que ocurr¡an antes del Golpe de Estado para las presidenciales de esa ‘poca. Una vez conclu¡do, caravanas de autom¢viles, haciendo sonar sus bocinas, recorrieron las calles de la capital provocando la sensaci¢n de estar celebrando un triunfo por adelantado. La mayor parte de los concurrentes no tuvo posibilidad alguna de escuchar el discurso de Ricardo Lagos o disfrutar de los actos art¡sticos en el escenario porque los organizadores hab¡an dispuesto altoparlantes para cubrir s¢lo un tramo de 7 cuadras. Sin embargo se advert¡a una profunda satisfacci¢n y alegr¡a comon desbordante. Una gran disposici¢n a conversar entre todos, a felicitarse mutuamente. Fue una explosi¢n generalizada de ansias y anhelos de comunicaci¢n directa contenidas durante muchos a_os. Miles de reencuentros con abrazos en plena calle. La confraternidad franca pod¡a respirarse por doquier. Un padre de familia arriesg¢ ser arrollado por un veh¡culo al correr, sorpresivamente, para recuperar su gorro distintivo arrancado por el viento. Un simple pedazo de cart¢n pero fuertemente emblem tico. Todos volv¡an a sus hogares empu_ando banderines, pancartas y recuerdos con el mismo entusiasmo que lucieron durante el acto.
Para estas elecciones presidenciales ha persistido un escenario que se ha prestado para especulaciones rid¡culas e intencionadas. Por una parte, la derecha chilena ha hecho el juego a la UDI, promoviendo la ilusi¢n de un triunfo sobre Lagos con el s¢lo fin de crear una base de apoyo para quienes s¢lo pretenden llegar a ser el mayor partido pol¡tico del pa¡s. Por la otra, la Concertaci¢n ha utilizado este juego derechista en beneficio propio, para recuperar una m¡stica que permita cerrar filas en torno a Lagos y evitar la dispersi¢n provocada por los planteamientos de izquierda extra concertacionistas. «La tarea fundamental ser¡a apabullar, primero, a la Derecha, con un candidato que garantiza el triunfo». Conceder que se est en una condici¢n de «empate virtual» con la derecha atrae corazoncitos de izquierda. Por eso, mientras m s duras, intransigentes y sectarias son las arengas de Gladys Mar¡n, candidata comunista, m s ayudan al caudal laguista.
De todos los candidatos en pugna, el onico que postula al sill¢n presidencial, en un 100 % de sus prop¢sitos, es Ricardo Lagos. Carece de oponentes reales o convincentes. De todas las entidades en pugna, la onica que perder¡a mucho, si es que perdiera la carrera presidencial, es la Concertaci¢n. Aon cuando su candidato va a triunfar, para lograr todos sus prop¢sitos necesita minimizar los caudales electorales de todos los oponentes.
De todas las entidades en pugna, la que m s podr¡a ganar, es la UDI, aon cuando su candidato va a perder las presidenciales. La UDI apuesta al sill¢n presidencial de modo poblico s¢lo como una estrategia. Su meta real es transformarse en el principal o m s poderoso Partido Politico del pa¡s. Y lo va a lograr en gran medida, a expensas de RN y en virtud de su lenguaje populista. Si la UDI supera el 35% de la votaci¢n v lidamente emitida tendr un argumento indesmentible para afirmar que son el Partido Pol¡tico m s poderoso y gravitante hacia el futuro, comparativamente ante los dem s considerados uno a uno. Su mayor transgresi¢n ‘tica (o moral) o contradicci¢n flagrante consiste en utilizar el «apoliticismo» como bandera de lucha mientras su prop¢sito oculto es consolidarse como el mayor y m s fuerte Partido Pol¡tico del pa¡s.
Tras las presidenciales, el partido pol¡tico que tendr m s dificultades para manifestar su identidad es RN. Sus intentos en tal sentido se contraponen a la estrategia de su aliada, la UDI, que apunta a reorganizar a la Derecha chilena unific ndola mediante criterios que factibilicen un esquema ganador a futuro. La visi¢n UDI, idealizada, es una sola Derecha fuerte frente al resto del espectro pol¡tico totalmente desmembrado, formando coaliciones debilitadas por constantes discrepancias internas.
Sara Larra¡n (analizada como entidad pol¡tica y no como persona) busca crear y estructurar una organizaci¢n que recoja, capitalice y administre los aportes econ¢micos internacionales y nacionales destinados a promover cuestiones ecol¢gicas.
Tom s Hirsch es coherente en sus planteamientos pero no sabe distinguir entre una candidatura presidencial a las puertas del nuevo milenio, con una Globalizaci¢n Mundial en marcha y la colonizaci¢n del Lejano Oeste. Un rom ntico vaquero intergal ctico.
Arturo Frei Bol¡var, expresi¢n del sector m s derechista de la DC, expulsado de ella por su respaldo a Pinochet, se considera poseedor de un capital electoral propio que no desea regalar a Lagos. En un comienzo supuso que pod¡a constituirse en el candidato avalado por Pinochet para recoger al pinochetismo. Una vez rechazada su propuesta porque habr¡a afectado la estrategia UDI, ha servido como candidato de emergencia para evitar el desbande de los seguidores de Francisco Javier Err zuriz, (senador desaforado y empresario acaudalado, sometido a proceso por un litigio con Endesa), aglutinados precariamente en la UCCP (Uni¢n de Centro-Centro Pol¡tico). Pretende legitimar su oportunismo sirviendo como instrumento para drenar votos DC e independientes con el evidente fin de disminuir la votaci¢n de Lagos. Sirve, indirectamente, a los planes de la UDI.
Gladys Mar¡n, comunista, representa un esfuerzo serio y confesado poblicamente de reconstruir a la Izquierda. La estrategia tiene dos objetivos. Uno inmediato y otro de largo plazo. El inmediato pretende posibilitar la segunda vuelta en la contienda electoral a fin de obligar a la Concertaci¢n a contar con una Izquierda bien definida. El de largo plazo es reconstruir un bloque de izquierda, tras una ruptura de la Concertaci¢n para depurarla, dejando afuera al sector derechista de la misma. No arriesgan nada y van a mejorar su posicionamiento ampliando su base de apoyo. Su queja no confesada es que la Concertaci¢n no deber¡a descalificarlos y en cambio debiera esforzarse por capturar a los sectores democr ticos de la derecha. Sus seguidores se resisten a aceptar la evoluci¢n hacia un centro pol¡tico equidistante y conciliador (sin vuelta atr s) de la Concertaci¢n.
La Concertaci¢n sabe que su candidato va a triunfar. Pero eso no es suficiente para sus planes. Su estrategia ha tenido la forma de un proceso por etapas progresivas. Las Primarias entre Lagos y Zald¡var conten¡an un riesgo serio de provocar la ruptura de la coalici¢n. El peligro fue abortado quitando protagonismo al sector izquierdista interno. Salen airosos de la prueba de fuego y decididos a mostrarse como el Centro del espectro pol¡tico chileno, t ctica que coronan exitosamente al soldarse las grietas que hab¡an aparecido en la DC. Pero ya no hay vestigios de izquierda pol¡tica en la actual concepci¢n global concertacionista. Son una coalici¢n definitivamente centrista cuya actual estrategia es crecer desde el centro sin hacer concesiones a la periferia. Han inflado calculadamente a la UDI para diluir al militarismo y al golpismo en la batalla electoral. Han permitido la expresi¢n poblica de los sectores pinochetistas y francamente sediciosos (militares en retiro) como herramienta para desalentar el resurgimiento de pretensiones izquierdistas. Tambi’n han logrado ‘xito en estos delicados juegos. Les queda la oltima etapa. Deben desinflar el mito «Lav¡n» para minimizar su votaci¢n porque saben que este caudal ser exhibido como trofeo por la UDI. La estrategia concertacionista apunta a dejar de ser, a partir del pr¢ximo per¡odo presidencial, el instrumento gestor de la Derecha para implementar, definitivamente, una l¡nea social-dem¢crata liberada del fantasma de Jaime Guzm n, ide¢logo derechista, gestor de la actual Constituci¢n Pol¡tica chilena y asesinado por un grupo de extrema izquierda. («…si no estamos en el gobierno… debemos hacer las cosas de modo tal que todo ocurra como si nosotros estuvi’ramos gobernando…»). La Concertaci¢n tiene un concepto propio de pa¡s que pretende poner en pr ctica plenamente. Para eso va tras una mayor¡a absoluta y aplastante. Por lo mismo ya ha descartado definitivamente toda pretensi¢n izquierdizante en los t’rminos que intenta reivindicar Gladys Mar¡n.
El comando de Lav¡n ha evitado sistem ticamente exponerlo a riesgos evitables. Esto explica las concesiones que debi¢ hacer el comando de Lagos para hacer viable el foro televisado hace algon tiempo atr s y protagonizado por ambos candidatos. Ese foro se realiz¢ sobre la base de evitar una confrontaci¢n abierta y franca. El comando de Lav¡n eludi¢ la confrontaci¢n abierta con Lagos porque habr¡a destru¡do el mito de «una candidatura con posibilidades reales de ‘xito», destrozado los pilares de su campa_a y arriesgado su meta b sica ya explicada m s arriba. Por el mismo motivo rehusaron reiteradas invitaciones a entrevistas televisadas con espacio exclusivo para interrogar al candidato. Por otra parte y dado que la UDI y su candidato no est n luchando en serio por el sill¢n presidencial, vieron, como mucho m s rentable en votos, el trabajo directo, en terreno, ante gente desinformada e ingenua. El lavinismo us¢ y abus¢ de la demagogia, ofreciendo solucionar todos los problemas reales y actuales del pa¡s, de una sola plumada, si llega al poder. Incluso ha prometido inclu¡r, en su hipot’tico gobierno, a militantes de todos los partidos pol¡ticos inclu¡da la izquierda, s¢lo en funci¢n de sus capacidades individuales.
Si el mito levantado por la derecha no logra mantener la votaci¢n sobre el 30%, enfrentar¡a una cat strofe electoral, permitiendo que la Concertaci¢n culmine exitosamente todas las etapas planificadas. Eso lo sabremos el pr¢ximo domingo, aproximadamente a las 22, hora chilena. Pero ya contamos con una pista elocuente: Lagos abri¢ la alameda… desbord ndola de gentes.
Valentin Marchant
Desde Santiago de Chile