Popularmente conocido como «El Chino» por su origen asiático, el presidente y candidato de Perú, Alberto Fujimori, aún puede capear con éxito el natural desgaste de permanecer por diez años en el poder. En la década que lleva en el gobierno, Fujimori ha combinado una drástica política de ajuste económico con medidas asistencialistas dirigidas a los sectores más pobres de la sociedad.
Al mandatario peruano no le preocupa el rechazo de la clase media agobiada por la crisis económica y la recesión. Le basta y sobra con la fidelidad de los denominados estratos socioeconómicos «C» y «D», que componen más de la mitad del electorado y dependen de la ayuda alimentaria que distribuye el cuestionado Programa de Asistencia Alimentaria.
Fujimori llega al final de la contienda política con casi 40 por ciento de intención de voto. A este exitoso resultado contribuyó la guerra sucia entablada por la prensa sensacionalista y un par de canales de televisión contra los principales candidatos de oposici¢n. Estos medios de comunicaci¢n cuentan con el generoso auspicio de publicidad estatal, con la que financian m s de la mitad de sus costos de producci¢n.
Nacido en Lima en 1938, de padres inmigrantes japoneses, Alberto Fujimori se gradu¢ como ingeniero agr¢nomo en la Universidad Nacional Agraria, de la que posteriormente lleg¢ a ser rector. Cuando gan¢ las elecciones en 1990, Fujimori era un desconocido sin partido, equipo de trabajo, ni plan de gobierno. Las peruanas y peruanos optaron por ese enigm tico rostro nuevo en la pol¡tica, que les ofrec¡a simplemente honradez, tecnolog¡a y trabajo.
Pese a haber asegurado lo contrario en su campa_a pol¡tica, Fujimori tuvo que aplicar una severa pol¡tica de shock econ¢mico a pocos meses de asumir el gobierno. No tener mayor¡a en el Congreso torn¢ dif¡cil su gesti¢n, pero sali¢ del paso con su famoso autogolpe del 5 de abril de 1992. En esa oportunidad, Fujimori tom¢ la decisi¢n de disolver temporalmente el Congreso y elaborar una nueva Constituci¢n para legitimar su proyectada reforma del Estado. Se hizo reelegir en 1995, despu’s de un cuestionado proceso electoral y ahora pretende gobernar por un periodo m s, gracias a la llamada «Ley de interpretaci¢n aut’ntica» aprobada por sus partidarios en el Congreso.
Durante sus dos periodos en el poder ha tenido logros importantes: el control de la hiperinflaci¢n, la captura de los principales l¡deres subversivos y oltimamente, la demarcaci¢n de fronteras con Ecuador. Pero el costo ha sido alto para la democracia peruana. Los poderes del Estado han perdido autonom¡a y se ha desactivado instancias tan importantes como el Tribunal Constitucional. Si bien la poblaci¢n reconoce el control de la inflaci¢n como un aporte de Fujimori, ahora reclama insistentemente trabajo. Pero ‘se es un lujo que la austeridad fiscal de la pol¡tica econ¢mica neoliberal del presidente-candidato, no puede permitirse. (Pe/QR/Pf/Ppe/ag-pt)
Rosa Cisneros
