Contra la paciencia están la ira y la resignación. Contra esas máquinas de la zafiedad, los insultos, las burlas, las mofas, las ridiculizaciones de lo que sea en tal o cual programa o anuncio , los telespectadores tienen otra poderosa máquina, que es el «mando», con el que pueden enviar a otra galaxia al programa en cuestión. Por muy alzado en los púlpitos del dogmatismo y de la iluminación que se esté, nadie debe insultar a nadie, ni siquiera si se pontifica desde programas tan portadores de la verdad eterna como «Crónicas Marcianas», de Tele 5.
El veinte de enero, en ese programa, tanto insultan al Papa determinados contertulios, paladines feronces de sus dogmas, que ha sucedido esto: La Iglesia pide el boicot de ½Crónicas Marcianas+ por los insultos al Papa.
La capacidad de insultar y demás improperios no tiene límites, y los insultadores siempre ganan a las personas educadas. Las personas comunes debe eludir ese recurso, que lo correcto tiene un recorredo más corto que lo zafio, lo chabacano, la estupidez o el insulto, ya que est sometido a las normas de la inteligencia y el respeto por el otro. Es mejor que a los insultadores de les traslade a otro planeta con nuestro «mando» televisivo.
Enhorabuena a los que no se resignan, cuando son insultados, ni siquiera si la v¡ctima es el Papa de Roma y viajero a a todas partes, que es tan querido en tantos lugares del mundo por tantas multitudes, pese a qui’n pese. Por ejemplo, si no rechazamos estas conductas perniciosas, +que fuera moral tienen los profesores para rechazar los insultos? +O las muchas v¡ctimas de los mismos que se producen d¡a a d¡a?
Por Ana Carvajal Becerra
