Me parece que dedicar una calle a una cantante porque sea transexual, como postula el colectivo correspondiente, es un despropósito al que no debería prestarse la corporación municipal de Granada. Como cantante, lo que importa es que tenga suficientes méritos artísticos como para ser acreedora a ese galardón. Y que una persona haya resuelto sus problemas morfológico-sexuales, será algo médicamente positivo en el caso de que haya nacido hermafrodita o con alguna deformación genital; en cambio, en el supuesto de que se tratase de alguien biosexualmente normal pero con un psiquismo discordante, me apenaría que los médicos se hubieran prestado a convertirla en una especie de híbrido sexual: pues ni le habrían prestado la terapia que necesitaba, de tipo psiquiátrico en su caso, ni la habrían cambiado realmente de sexo ya que los cromosomas de todas las células de su cuerpo seguirían siendo XY -o XXY, en el caso de que tuviera esta enfermedad- y no tendría verdaderos órganos genitales femeninos. S¢lo la habr¡an cambiado de aspecto, a base de ciruj¡a y de una peligrosa ingesta habitual de hormonas: y esto no habr¡a resuelto el problema ps¡quico, sino que lo agravar¡a con el tiempo y, encima, la estar¡a exponiendo a serios problemas endocrinol¢gicos.
En todo caso, las relaciones de una persona con su sexo, sean o no positivas, no me parecen motivo de distinci¢n ciudadana. Y pienso que mezclar lo art¡stico con lo sexual es un modo de confundir las churras con las meninas.
Mar¡a A. Gonz lez Jim’nez