Encuentro A Daniela* en un restaurante de la calle Roosevelt, en Queens, N.Y. La acompaña Luis, a quien no conozco pero que ella ha traido a platicar. Ella es menuda y su rostro es aniñado, aun para sus 23 años. Me dice que solia ser lo que los mexicanos llamamos «rechonchita» (gordita), pero ha perdido en el ultimo año cerca de 20 libras. » El SIDA hizo lo que ninguna dieta pudo», dice sonriendo amargamente. La historia de Daniela es la de muchas mujeres migrantes hoy. La frontera entre Mexico y los Estados Unidos de Norteamerica es cruzada 300 millones de veces al año. Ninguna otra frontera en el mundo recibe un flujo humano semejante.
Las ciudades fronterizas mexicanas como Tijuana, Ciudad Juarez, Laredo y Matamoros, reciben diariamente el impacto de una enorme poblacion flotante que espera poder cruzar al otro lado. No solo mexicanos sino también centroamericanos y sudamericanos en menor medida llegan en busca de una oportunidad; algunos y algunas, los menos, se quedan por un tiempo, trabajando en las maquiladoras del lado mexicano. La mayoria pasa al «otro lado», hacia un futuro incierto pero que parece prometedor.
» Yo vengo de un pueblito del estado de Puebla – me dice mientras sorbe lentamente un te – Alla mi papa se dedicaba al campo y mas o menos viviamos de eso. Mi mama hacia antojitos, ya sabes, chalupitas, tacos, que vendia en la noche, pon¡a su mesita en la calle y como tiene buen saz¢n, se le juntaba harta gente. Luego se les ocurrio hacer carnitas los domingos y fue un exito. Pues ya no era cosa de tener una mesita sino que rentaron un localito que luego quisieron comprar.
Como no ajustaban pidieron un prestamo al banco! Fue un sufrir para completar los papeles que pedia el banco! Como las tierras eran de mi papa pues las dio como garant¡a y con el prestamo pudieron comprar. Luego la cosa se puso fea, mi papa se puso malo y pa no hacerte largo el cuento, ya no pudimos pagar el mentado prestamo. Perdimos el restaurancito, las tierras y nomas se salvo el terrenito de la casa porque mi mama le pidi¢ prestado a una tia que ten¡a yo aqui.
Esa tia le dijo a mis papas que por que no me ven¡a aca a ayudarla, que hab¡a harto trabajo y como yo le se a la costura, pues me iba a ir bien. Iba a ganar dolares y con lo que juntara me regresaba y pon¡amos de nuevo el restaurante. Y asi, nos poniamos a hacer cuentas de lo que yo iba a ganar y cuando me regresaria y yo pensaba en las cosas que les iba yo a regalar cuando regresara y que iba a regresar hablando ingles y entonces podria trabajar de secretaria en la capital.
Daniela se limpia las lagrimas, que son sal de dolor en su rostro moreno, se suena la nariz y continua: «Ay, disculpa, es que nomas de acordarme de tantas ilusiones con las que yo venia… Bueno, pues la pasada a este lado ni te la platico. Consegui trabajo en un taller de costura, pero aunque ganara d¢lares, igual gastaba en dolares y hab¡a que mandar a la casa. Un d¡a hubo una inspeccion en el taller, de la migra. Se llevaron a muchas, yo me salve porque estaba en un ba_o que habia atras y me pude salir. Pero ya me dio miedo regresar. Mi tia me dijo que buscara otra cosa y encontre trabajo de mesera en un restaurante como este. El due_o me dijo que ten¡a que usar una falda chiquita porque aqui se usaba asi. Los clientes luego se pon¡an pesados y te dec¡an cosa o trataban de agarrarte, pero pues como necesitaba el dinero, me aguantaba. Pa no alargarla, te digo que termine un d¡a y’ndome con uno de los clientes. Parte porque me gustaba y me hab¡a hecho mucho la lucha y parte porque necesitaba el dinero, porque mi papa se habia puesto malo de nuevo».
Hab¡a yo conocido a otras muchachas en el trabajo, unas mexicanas, colombianas, dominicanas, de El Salvador, de muchos lados, y ya me habian dicho que ellas lo hacian a veces, pa completarse. Asi entre en esto…»Daniela baja la voz y el rostro, yo le digo que no se apene. «La vida es canija. El restaurante era pura fachada; el due_o, ya que supo que me hab¡a ido con el cliente, me dijo que pues que ya sab¡a ahora de que se trataba, pero que me iba a ir muy bien. Ten¡a el un departamento en el que hacia fiestas a hombres. Les pon¡a cerveza y ron o lo que fuera; ibamos 3 o 4 muchachas y habia como 10 o 12 clientes, o sea que cada una ten¡a relaciones con 2, 3 o 4 en una noche. » » De condones o de como cuidarme yo no sabia nada – me contesta cuando le pregunto si tomaba precauciones – Nomas sab¡a de la pildora para no embarazarme. Si, me hab¡a dicho una de las muchachas que le dijera al cliente que usara condon y me dijo del SIDA, pero los clientes nunca querian usarlo. Te dec¡an que eran l¡mpios y que no estaban enfermos y que no iban a pagar para hacerlo con un hule metido ahi. Ni siquiera se les ocurr¡a que pod¡a ser al rev’s, que ellos se pod¡an contagiar. Uno me dijo una vez: -A los latinos no nos da el SIDA, eso es cosa de gringos-.
Le pregunto a Luis si esa es una actitud comon entre los hombres latinos. «Yo creo que es una forma de pensar esa, de machismo, o sea que puede ser as¡ en cualquier tipo de gente, entre latinos, blancos o afroamericanos, pero entre nosotros eso es muy comon. Tiene que ver la cuestion cultural, pero tambi’n otras cosas. Los latinos tomamos menos precaucion porque carecemos de buena informaci¢n y la poblaci¢n latina tampoco tienen acceso suficiente a los servicios de salud, sobre todo los que estan indocumentados. Las organizaciones de lucha contra el SIDA de hispanos o latinos reciben mucho menos ayuda que aquellas que estan dirigidas a la poblaci¢n blanca. Eso tambi’n influye.» Luis es salvadore_o y conoci¢ a Daniela en el grupo de autoayuda para enfermos de SIDA al que asisten. Tiene muchos a_os en este pa¡s y se contagio de SIDA hace 4, por medio de una aguja infectada.
» Yo no me contagie por sexo, sino porque soy drogadicto. Suena feo pero as¡ es. Esa es otra forma de no tener precauci¢n. Ahora se que hay organizaciones y programas de ayuda que cambian las jeringas usadas por nuevas para que no usen varios la misma y se contagien, pero yo eso no lo sab¡a. Lo peor es que por mi culpa paga ahora gente inocente. Yo contagie a mi esposa. Ella no se inyecta ni nada, siempre se ha dedicado a cuidar a los dos ni_os que tenemos, es una mujer buena y trabajadora. Yo creo que siempre me ha sido fiel, pero yo siempre tuve relaciones con ella sin usar cond¢n. Yo dec¡a pa que, si es mi mujer, o sea que yo consideraba que era como una propiedad mia».
«Una vez ella me pregunt¢, porque hab¡a visto un programa en la tele sobre lo del SIDA y el cond¢n, que si yo hab¡a tenido relaciones con otras mujeres mejor usara cond¢n. Me enfureci, le dije que para eso ella era mi mujer y que a lo mejor ella era la que andaba con otros. Yo nunca le habia pegado, hasta esa vez…». A Luis se le quiebra la voz pero continua: » Peor aun cuando uno ya sabe que tiene SIDA y sigue como si nada. Uno no quiere ni aceptarlo ni decir nada, no quiere uno que lo marginen, que los amigos se alejen o perder el trabajo. Te da verguenza. Los mejores aliados del SIDA son el silencio y la ignorancia».
Daniela interviene: » Mira, cuando yo me entere que tenia SIDA, crei que era un castigo de Dios, que asi pagaba yo mis pecados, pero luego ya me entero, por el grupo de autoayuda, que ahora hay muchas mujeres casadas o con una sola pareja que se infectan porque su esposo o su novio las contagia. En el grupo escuchas a cada rato que cuando le ped¡an a su marido usar cond¢n pasaba lo que paso con Luis. Tambi’n les dicen que si quieren usar cond¢n es que no los quieren. ?Como va a ser la enfermedad un castigo de Dios si hay tanto ni_o recien nacido con VIH? Ellos son inocentes y lo mismo padecen. Se contagian de su mama, en el vientre o cuando les dan de mamar».
Luis asegura: » Lo de las drogas es un problema serio aqui y el contagio por agujas contaminadas es ahora una de las principales causas. Y aun as¡ hay quien se opone a los intercambios de agujas usadas por nuevas, hay pol¡ticos que dicen que es promover la drogadicci¢n. Lo onico que se promueve asi es el SIDA. «De acuerdo a los estudios mas recientes, aunque la transmision sexual sigue siendo la principal causa de contagio, los casos de infeccion por uso de agujas contaminadas entre los adictos han aumentado en forma alarmante en Estados Unidos: por lo menos en 26 % de contagios se deben a esta causa».
Mira, adem s la bronca es que el virus viaja junto con el migrante, o sea que lo lleva de regreso a su pa¡s cuando se va. Alla contagia a su mujer o a otros, a veces ni esta enterado o enterada de que tiene SIDA o que es portador de VIH – explica Luis, que ahora trabaja de tiempo completo en el grupo de autoayuda y se ha convertido en un experto en el tema – La mayor¡a de los migrantes latinos, son hombres solos, aca tienen relaciones con otras mujeres, o con otros hombres incluso. Hay que reconocer que algunos hacen aqui lo que no harian en su pueblo, porque alla luego los se_alar¡an. O tambi’n, como yo, te drogas, cosa que antes ni conoc¡as. Una parte importante de los casos de SIDA en pa¡ses con mucha migracion se da porque los que se van, regresan luego con el virus. Tambien hay casos al reves, en las ciudades fronterizas de Mexico, sobretodo en Ciudad Juarez el indice de SIDA es alto, porque hay droga tambi’n».
Algunos se quedan ah¡ un tiempo, se contagian y luego cruzan. El virus viaja para todos lados. Ese es un grave problema. » » En nuestros pa¡ses, sobre todo en los pueblos alejados de las ciudades grandes, de donde venimos muchos, a veces no hay suficiente informacion o ayuda para los seropositivos, o sea los que son portadores del virus».
De acuerdo al Consejo Nacional de Prevencion y Control del SIDA (Conasida), de Mexico, los enfermos de SIDA en areas indigenas y rurales, en las que no hay tratamiento, atenci¢n e informaci¢n sobre la enfermedad, viven como promedio 10 meses, mientras que aquellos que tienen acceso a esos recursos pueden vivir varios anios. Tambien influye en la corta sobre vida de los enfermos de SIDA en zonas marginadas, que su nutricion es mala como lo es en general su calidad de vida.
Todos guardamos silencio. Me acuerdo que en Mexico decimos que paso un angel cuando todos callan repentinamente en medio de una conversacion. Daniela, como si hubiera leido mi pensamiento dice: » Es el angel de la muerte», y vuelve a callar. Ojala no callemos por mas tiempo, es cosa de vida o muerte.
Por Roc¡o