No estoy de acuerdo con el programa de educación sexual que el Instituto Andaluz de la Juventud en Granada y el Instituto de Sexología Al-Andalus pretenden imponer a nuestros hijos sin consultarnos a los padres, según leo en los medios de comunicación, el pasado 10 de marzo.
Lo que a mí me interesa para mi hija es que conozca las claves para encontrar un amor verdadero y estable y que sepa las consecuencias psico-biológicas, sociales y económicas de las aventuras sentimentales, del divorcio y de las prácticas homosexuales.
Yo quiero que conozca todas las enfermedades que se transmiten por contacto sexual, no sólo el sida, y lo poco que hace falta para contraerlas. Deseo que tenga claro qué efectos secundarios provocan cada uno de los actuales métodos anticonceptivos y de reproducción artificial, y que vea cómo se hace un aborto.
Y quiero que conozca los métodos modernos de detección de la fertilidad de la mujer, así como su fiabilidad para espaciar los nacimientos y para buscarlos cuando no vienen, y sus virtualidades integradoras para la pareja.
Lo otro me parece corrupci¢n de menores. Respeto a los padres que se presten a eso. Pero yo no estoy dispuesto a que estos se_ores roben a mi hija su capacidad de realizarse como persona en un amor limpio y duradero.
C’sar D¡az P’rez
M’dico
EDUCACIÓN SEXULA QUE NO CORROMPA A LOS MENORES
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