El gobierno brasileño está empeñado en reparar y asfaltar cuatro carreteras que atraviesan la selva amazónica, al norte y centro del país. Todo estaría bien si estas obras no destruyeran nada menos que 180 mil kilómetros cuadrados de la selva tropical.
Las carreteras tienen una extensión de 3.500 kilómetros y la deforestación causada se dejaría sentir en los próximos 25 años, según lo señalan grupos de ecologistas.
Y es que con la apertura de estas carreteras, se facilitaría el asentamiento de cientos de comunidades en los estados de Mato Grosso, Pará, Amazonas y Roraima.
El estudio de impacto fue elaborado por dos grupos ecologistas brasileños y un grupo estadounidense. Hasta el momento el gobierno no ha comentado estos estudios, aunque ha prometido especial atención al impacto negativo sobre la naturaleza. (Br/LY/Oi-Ong/Ec/mc)
EL GOBIERNO BRASILEíO EMPEíADO EN DESTRUIR 180.000 Km DE SELVA TROPICAL
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