La familia es la primera educadora de los derechos de la mujer. Dia 8 de marzo, dia de la mujer trabajadora. La mujer, gracias a los avances técnicos, se ha ido liberando de los problemas que conlleva la maternidad en el mundo mas desarrollado, no es así en los países más pobres. En estos últimos muchas mujeres aún mueren en el parto. No obstante, aún hay que avanzar mucho para que los derechos de la mujer vayan avanzando en la sociedad. La educacion es un excelente instrumento para ello. La violencia marital, el acoso sexual o la discriminación en el trabajo aún se dan en muchos ambientes de esta España nuestra.
Todo lo que se haga para erradicarla es poco, y las que más pueden hacer son las propias afectadas, que deben denunciar los hechos, caiga quién caiga, pues de ese modo se va educando, con ley en mano, a los potenciales transgresores, que «el miedo guarda la viña».
La mujer tienen tantas capacidades como el hombre: crear y dirigir negocios, ejercer las más diversas profesiones, etc, y ella es la onica que debe ponerse sus metas y sus l¡mites, que nunca debe ser ninguneada por ser mujer.
Igualmente a la mujer trabajadora no se le puede negar de hecho que tenga una familia, y es necesario con urgencia una pol¡tica de ayudas a la familia, de manera eficaz, en lo referente a la legislaci¢n, a impuestos, a libertad de ense_anza para todos. Igualmente el seno de la mujer no debe ser un lugar donde se suprime con violencia la vida del no nacido, el m s d’bil entre los d’biles, y a mi me dan risa los que hablan de solidaridad y a la vez pontifican el aborto como soluci¢n, habiendo alternativas como la adopci¢n, ayudas por ley a las madres embararadas, etc..
Es necesario estimular la creativividad en las mujeres y en los hombres para que las violencias contra las mujeres y la violencia en el seno materno pase a la historia. Es necesario crear una cultura de la vida, donde todos, nacidos aqu¡ o all¡, tengan acogida, con todos sus derechos y sus oportunidades, en Espa_a, en todo el mundo. +No es este el reto de estos pr¢ximos siglos, para la mujer del segundo milenio?
Ana Carvajal Becerra