Una constante en la que ojalá me equivocase. El peor político es aquel que viene de la profesión de funcionario, y su realidad es esa que ha leido en su confortable casa, con maravillosas vistas. Y además va investido de la arrogancia «progre» o «carca» -es igual-, esa que se caracteriza por no saber escuchar a la gente. Este político-funcionario ignora los sufrimientos que supone sacar una empresa adelante, y cuando llegan al poder no toman medidas ninguna para agilizar los trámites de las licencias, miran a todo el mundo como sospechoso de hacer negocio y hasta lanzan amenazas veladas y sombras de sospecha sobre el emprendedor. Esto ha ocurrido recientemente, cuando el político-funcionario docente de turno amenaza a una empresa con ser cerrada por no tener la oportuna licencia. Todos estamos de acuerdo en que las empresas deben de cumplir una serie de normativas, pero los esperpéntico es que tarden tandos meses y años en conceder las licencias en los Ayuntamientos, etc. Este político instalado en las pagas de los contribuyentes no piensa en que mantener un local cerrado cuesta mucho dinero debido a los gastos que genera d¡a a d¡a desde el alquiler, pago de intereses,etc. Este pol¡tico-funcionario de turno tiene el privilegio de que una vez que ha sido pol¡tico volver a su puesto de trabajo, que la leyes le respetan, pero que a otro ciudadano comon no, ya que puede perder el empleo si es empresa privada.
Y mientras que en Espa_a manden los pol¡ticos-funcionarios m’dicos, o profesores o inspectores de Hacienda, a la iniciativa privada no le lucir el pelo. Un empresario compra ordenadores y desde el primer d¡a exige a sus empleados que saquen partido a esa inversi¢n, que se queda obsolota, pero un funcioario, por tal de mantener la burocracia, mantendr esos PC guardados en una sala, no sea que se rompan o los malutilcen los dem s o los de la oposici¢n, o el ciudadano dispuestillo a sacar partido a es bien poblico.
Con este arquetipo de funcionarios que tanto abunda en esta Espa_a de charanga y pandereta, lo poblico no necesita enemigos, ya est n ellos de salvadores.
A ver cuando se valora m s la iniciativas de sacar partido a lo que tenemos, de sacrle jugo a todo, y que estos funcionarios-pol¡ticos sean un mal recuerdo. Pero esto es lo que a veces sue_o,y los sue_os sue_os son. Y es que la impotencia entre los que emprendedores ante estos funcionarios-pol¡ticos acaba con la paciencia de cualquiera.
Mar¡a A. Gonzalez Jimenez
