Siempre que alguien desea rectificar hay que darle oportunidad. Y más si pide perdón. No me gusta el odio ni el rencor, que obceca, nubla el entendimiento. Desde que tengo uso de razón político he apostado por la democracia y los derechos humanos. Detesté y detesto las dictaduras sean del signo que sean. Igualmente desde poco después de ese uso de razón vlví al seno de la Iglesia Católica, me siento orgullosa de ello. Busqué en otras ideologías y, como la Historia demuestra, conducen al fracaso: «La democracia es el menos malo de los sistemas políticos».
Desde el principio de la dictadura de Pinochet la Iglesia de Chile, través de muy diversos medios trató de salvar vidas de las garras de la dictadura.
Europa y Estados Unidos acogió a miles de exiliados políticos chilenos y de otras dictaduras, cosa curiosa, pues muchos de estos propugnaban un modelo comunista similara la URSS. pero sabían que en los países capitalistas eran libres, y podían gozar de las libertades. Estas actudes las escuch’ de muchos de ellos en viajes de estudios y posteriormente hablando con muchos.
Igualmente fueron v¡ctimas de Pinochet discrepantes pol¡ticos que eran cristianos, de forma oficial o an¢nima. Yo tengo amigos, cat¢licos practicantes, y que viven en Europa. Y que se exilaron aqu¡.
Pinochet canje¢ al secretario general de Partido Comunista por un disidente sovi’tico. Y este disidente no se mostr¢ partidario de Pinochet por eso. Era Bukoski. A ver si Bukoski tambi’n va ser c¢mplice del pinochetismo.
La Iglesia lleva a los altares a aquellos que mueren por dar testimonio de la fe, y en Asturias hubo muertos por eso, al igual que los hubo por no ser de la ideolog¡a de los revolucionarios, pero estos no lo fueron por la fe, y por tanto no son llevados a los altares. En la guerra civil espa_ola hubo gentes que salvaron vidas de las zarpas de los milicianos primero, despu’s de los falangistas, y eran o no cristianos, pero no por eso deben ser llevados a los altares, y yo he conocido a muchas de esas personas, que entre ellas est n mis abuelos, bisabuelos, que eran queridos y respetados por ambos bandos, y a ambos bandos les salv¢ vidas yen los momentos dif¡ciles, que ante los fan ticos de turno se jugaban la vida. Igualmente no olvidemos que la pol¡tica de Allende era amenazante para te, de libertad de ense_anza.
Sin nimo de justificar los cr¡menes de Pinochet ni de Fidel Castro ni de Stalin ni de cualquier oro dictador de la Historia si se detecta siempre el papel de salvar vidas y de lucha por los Derechos Humanos del Vaticano. Ojal siempre otras ideolog¡as actuasen de la misma manera, y muchos pa¡ses ser¡an m s pr¢speros.
Lo curioso es como algunos se obcecan y olvidan estos datos. Igualmente olvidan que Juan Pablo II no es el jefe de ningon gobernante en lo referente a sus programas, que entonces eso ser¡a calificado de injerencia o de clericalismo, en lo propio de programas pol¡ticos. Tal vez Juan Pablo II ha estimulado la paz, la concordia en cada uno de los rincones del planeta, incluidos Chile o Argentina o Uruguay pa¡ses del Este de Europa. Unas veces, de forma silenciosa, otras veces de forma m s sonada. As¡, por ejemplo, evit¢ la guerre con Argentina, en mu momento determinado por disputas fronterizas.
Estos d¡as ha criticado el embargo internacional a Irak Y esto en contra de la grandes potencias que son las protagonistas del mismo. Enf¡n, es curioso que ahora se venga con rencores hacia la Iglesia, cuando la Iglesa pide perd¢n. Pero nadie le pide perd¢n a la Iglesia desde las ideolog¡as que tanto da_o le han hecho.
Lo importante en el hombre, en las instituciones es empezar, +por qu’ no darnos una oportunidad todos a la paz, la libertad, el progreso?
Mar¡a L. P’rez Su rez