Tambores de campaña electoral. Unos y otros candidatos exponen sus programas, se descalifican y sobre todo pontifican. Las falacias están a la orden del día. Este es uno de los problemas. Está la falacia que los clásicos de la lógica denominan ‘ad hominem’, es decir, descalificar lo que se dice por la calidad de quien lo dice. Y eso es un error manifiesto.
«Atiende a lo que se dice y no a quien lo dice», aconseja el brillante Thomas de Kempis en su inmortal ‘Imitación de Cristo’.
Por ejemplo, por que critica Cuevas el programa económico de socialistas y comunistas, estos emprenden una campaña de descalificaciones contra él. Por la mismas reglas nadie le ha recordado a Almunia lo que todos sabemos sobre su partido, o al comunista Frutos los asesinatos de los dirigentes del POUM en Barcelona, durante la guerra cicil.
Estamos en otros tiempos y el objetivo debería ser hacer que los ciudadanos piensen y no dedicarse a sataniazar al adversario por ser de «derechas», «socialista» o «comunista». Mientras m s descalifican y satanizan tal vez m s escondan que sin «perdedores», que carecen de argumentos. Desconfio de los que siempre recurren a las falacias para salir adelante.
Marcos Gutizerrez Sanju n