La tortura padecida por los dos campesinos ecologistas, a quienes Amnistía Internacional declaró «presos de conciencia», fue también confirmada recientemente por médicos forenses de la sección danesa de la organización no-gubernamental Médicos por los Derechos Humanos. Después de hacer exámenes médicos a Rodolfo Montiel y Teodoro Cabrera, los peritos concluyeron que los síntomas físicos que aún presentan coinciden de manera contundente con los tiempos y métodos de tortura descritos por los dos ecologistas.
Por su parte, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), una organización gubernamental, también reconoció el 14 de julio que los dos campesinos habían sido torturados. El informe de la CNDH sobre el caso confirma la detención ilegal de los dos campesinos por parte del Ejército Mexicano el 2 de mayo del 1999, descarta las aseveraciones de que éstos se encontraban armados el día de su detención y confirma que las pruebas en las cuales los militares basan sus cargos fueron sembradas.
«Hasta el momento las autoridades mexicanas se han negado a tomar en cuenta la evidencia contundente de la inocencia de estos dos hombres, cuyo onico delito fue oponerse a las operaciones de tala que amenazan el medio ambiente y los medios de vida de las comunidades campesinas en Guerrero,» manifest¢ Amnist¡a Internacional.
La organizaci¢n de derechos humanos reitera su firme llamamiento a las autoridades mexicanas a que aseguren la liberaci¢n inmediata e incondicional de Rodolfo Montiel y Teodoro Cabrera.
Informaci¢n general
Rodolfo Montiel y Teodoro Cabrera, fundadores de la Organizaci¢n de Campesinos Ecologistas de la Sierra de Petatl n y Coyuca de Catal n, fueron detenidos arbitrariamente el 2 de mayo de 1999 por miembros del 40? Batall¢n de Infanter¡a del Ej’rcito Mexicano en la comunidad de Pizotla, estado de Guerrero. Mientras estaban en r’gimen de incomunicaci¢n, bajo custodia militar, los detenidos fueron obligados a firmar una confesi¢n autoinculpatoria y acusados formalmente de delitos relacionados con drogas y armas de fuego.
Al parecer, los intereses econ¢micos locales que promov¡an y se beneficiaban de las operaciones de tala de rboles consideraron una amenaza el surgimiento de la Organizaci¢n de Campesinos Ecologistas. Miembros del 40? Batall¢n de Infanter¡a, asignados a operaciones de contrainsurgencia y antinarc¢ticos en la regi¢n, emprendieron tambi’n una campa_a de acoso y amenazas contra el grupo. Estos hechos han sido tambi’n constatados por la CNDH en su informe reciente.