La música que se escucha hoy en una discoteca no se parece en nada a la que se bailaba en la época de los Strauss. Pero ambas son música. Las imágenes sintéticas que vemos en las películas más recientes de ciencia ficción son mucho más sofisticadas que las que Fritz Lang ideó para su mítica película Metropolis. Pero todas ellas son imágenes. La forma en que Stephen King está difundiendo sus última novelas, por fragmentos a través de Internet, no tiene nada que ver con los folletines que repartían por las casas los Hermanos Grimm. Pero son todos ellos ejemplos de libros.
Los ejemplos anteriores muestran que nuestra experiencia con la información, sea cual sea su formato, ha ido cambiando a lo largo de la historia. Siempre hemos estado en una sociedad de la información, porque siempre hemos tratado información de una forma u otra. Pero la forma en que experimentamos nuestra relación con la información, y la importancia que la información tiene en nuestras vidas, en el ocio y en el negocio, han cambiado radicalmente. Hoy, la mayor¡a de la poblaci¢n de las sociedades desarrolladas vive manejando informaci¢n, transform ndola en conocimiento, y almacen ndola en inteligencia.
El gran avance de las tecnolog¡as de la informaci¢n durante las oltima d’cadas ha facilitado que hoy podamos manejar grandes cantidades de datos, almacenarlas y transmitirlas en muy poco tiempo. Pero nuestra fascinaci¢n por la progresi¢n de la tecnolog¡a no ha ido parejo al aumento de la calidad de nuestra comprensi¢n sobre c¢mo absorbemos, usamos, comunicamos, y valoramos la informaci¢n. En el dipolo «sistemas de informaci¢n» sabemos m s de «sistemas» que de «informaci¢n».
Por otro lado, la creaci¢n de valor en las organizaciones se debe hoy principalmente a la explotaci¢n inteligente del conocimiento (ideas, m’todos, procesos, pr cticas, tecnolog¡a, creatividad, etc). La contabilidad tradicional se enfrenta con el reto de incorporar los activos intangibles en la valoraci¢n de las empresas.
Adem s, tener acceso a la informaci¢n se est erigiendo como un nuevo derecho fundamental. Las democracias exigen transparencia informacional de las administraciones. Disponer de una ciudadan¡a informacionalmente culta (que sepa qu’ informaci¢n hay disponible, que la sepa encontrar, utilizar, y comunicar) es vital para asegurar el bienestar futuro de las sociedades. Entender la educaci¢n como un proceso continuo de aprendizaje y desaprendizaje resulta vital, tanto para los individuos como para las organizaciones.
Esta no es la era de Internet. Es la era de la gesti¢n inteligente de la informaci¢n. Internet es un mero instrumento, muy atractivo por cuanto aporta una forma novedosa, simple, sugerente, seductora, de presentar informaci¢n. Pero el ‘xito es una estrategia Internet reside, precisamente, en c¢mo permite hacer mejor uso de la informaci¢n que se presenta. La tecnolog¡a Internet es fundamental, pero lo es m s la organizaci¢n de la informaci¢n que permite un trabajo m s eficaz, la superaci¢n de bolsas de ineficiencia, la generaci¢n de nuevos modelos de negocio, y nuevas formas interactivas de relaci¢n entre las personas.
Es por ello que aparece la infonom¡a, la gesti¢n de la informaci¢n. De la misma forma que la econom¡a persigue la comprensi¢n de c¢mo se pueden gestionar mejor los bienes (eco-nomia = administraci¢n de los bienes), la infonom¡a pretende dar a individuos y organizaciones ideas y m’todos para el mejor uso de la informaci¢n (info-nomia = gesti¢n de la informaci¢n). La infonom¡a es una disciplina en crecimiento. Quiz s todav¡a nadie se llama a si mismo «infonomista», pero hay miles, millones de personas, que dedican muchas horas de su jornada justamente a eso, a explotar inteligentemente la informaci¢n que pasa por sus manos (mejor: por sus cerebros).
La infonom¡a precisa de un desarrollo te¢rico. Mientras este se desarrolla, podemos avanzar que entre los temas que deber tratar habr que contar los siguientes:
1) Econom¡a del conocimiento: la competitividad de las naciones reside hoy en su capacidad para generar ideas, para convertirlas en innovaciones, y para inventar nuevas industrias. Las infraestructuras (continentes de la informaci¢n) se combinan con las infoestructuras (los contenidos) para multiplicarse mutuamente y generar valor, en las organizaciones y las naciones. La infonom¡a deber aclarar si las reglas de la econom¡a «tradicional» son aplicables a la «nueva» econom¡a, o si es preciso modificarlas o mejorarlas.
2) La organizaci¢n como sistema de informaci¢n: una organizaci¢n es un ecosistema informacional, un ente complejo en el que se combinan personas, m quinas, documentos, procesos y pol¡ticas. Es err¢neo dise_ar sistemas de informaci¢n «para» una organizaci¢n, porque una organizaci¢n «es» un sistema de informaci¢n. El futuro de las organizaciones pasa por descubrir formas de multiplicar el valor de las mentes de sus miembros mediante tecnolog¡as que aumenten sus capacidades.
3) Las leyes de la informaci¢n: no existe ciencia de la infonom¡a mientras no contemos con unos principios b sicos, quiz s derivados por inducci¢n, que nos permitan deducir y predecir resultados. En el campo de la informaci¢n hay muchas leyes, para-leyes, pseudo-leyes y simples mentiras. ¨Cu les son las leyes fundamentales de la informaci¢n? ¨Podemos derivar algunos teoremas fundamentales? ¨Cu les son las l¡neas de investigaci¢n a desarrollar en el futuro?
4) La bosqueda de relevancia como energ¡a informacional: la informaci¢n sirve de poco si no es relevante para alguien, en determinado momento, en cierta situaci¢n. Tendremos que aprender qu’ hace que una informaci¢n sea relevante, para un individuo o una organizaci¢n (desarrollando mecanismos otiles de auditor¡a de la informaci¢n). Los sistemas de bosqueda de informaci¢n actuales son bastante primitivos. Hay que avanzar mucho en la construcci¢n de sistemas de bosqueda que aprendan del usuario, que se vayan ajustando a sus necesidades. Que evolucionen con el aprendizaje del usuario.
5) El conocimiento como valor: tenemos demasiada informaci¢n, poco conocimiento. Deberemos entender mejor en qu’ situaciones un individuo transforma la informaci¢n a su alcance en conocimiento. Y deberemos aprender a valorar el conocimiento como activo, a incorporarlo en los balances de empresa. Y tendremos que revisar los m’todos de evaluaci¢n de los sistemas educativos, que tienden a medir lo que no sabes, m s que en valorar lo que sabes. Las empresas desarrollaran formas de aumentar su capital intelectual, maneras de agilizar su motor de generaci¢n de conocimiento.
6) El negocio de la comprensi¢n: En una sociedad con exceso de informaci¢n, el reto consiste en hacer m s f cil su comprensi¢n. Habr poco tiempo para digerir los inputs, por lo que se invertir m s tiempo en la confecci¢n del est¡mulo informacional para que la gente le dedique tiempo, en una sociedad en que rige la econom¡a de la atenci¢n (el tiempo es escaso, y los creadores de est¡mulos se pelearan por nuestra atenci¢n). Dise_ar informaci¢n de manera que sea m s comprensible ser fundamental. Para ello, tendremos que aprender m s sobre c¢mo comprendemos (cognici¢n), y sobre las distintas maneras de trasmitir informaci¢n de manera eficiente (el campo de la interacci¢n hombre-m quina, o HCI). La visualizaci¢n de informaci¢n se convertir en un campo cr¡tico de la gesti¢n de la informaci¢n, estimulado tanto por los avances en tecnolog¡a (terminales de 3D, realidad virtual, etc), como por nuestra mayor comprensi¢n sobre nuestra relaci¢n con las im genes, sobre la forma en la que nuestro cerebro procesa y organiza informacional de manera espacial.
7) Internet como factor de transformaci¢n en los negocios: Internet es informaci¢n. Internet permite repensar las organizaciones, tanto en sus formas de operar, como en sus maneras de relacionarse con el entorno (con agentes del mercado, con clientes, con partners, etc). La clave de los negocios en Internet bien puede estar en entender la relaci¢n digital entre quien vende y quien compra, relaci¢n informacional que es muy distinta de la que ocurre en el «mundo real». El e-negocio es en realidad el i-negocio: la nueva econom¡a es una econom¡a de intangibles, y m s concretamente, de gesti¢n de la informaci¢n.
8) Pol¡ticas de informaci¢n: para que la nueva econom¡a funcione, es preciso una base de infraestructuras, tecnol¢gicas, legales, administrativas. Sin leyes pensadas para la era digital es muy dif¡cil que avancemos hacia la sociedad de la informaci¢n. Adem s, las administraciones poblicas deben actuar de ejemplo, utilizando de manera eficiente las tecnolog¡as, para mejorar su relaci¢n con los ciudadanos, as¡ como los servicios que les prestan.
9) La formaci¢n del nuevo profesional de la informaci¢n: No existe infonom¡a sin infonomistas. No existe como disciplina si no hay personas que quieren desarrollarla, no desde un punto de vista corporativista, sino de bosqueda de nuevos conocimientos. La definici¢n de un programa de investigaci¢n en infonom¡a es el primer reto para la disciplina: en un campo tan nuevo como este, la investigaci¢n empieza por definir qu’ se debe investigar.
10) Teor¡a general de la informaci¢n: Hay que organizar lo que sabemos sobre la informaci¢n en un esqueleto coherente. Habr que filtrar, ordenar, y encontrar alguna forma de relaci¢n entre los conocimientos actuales y futuros, de manera que se vislumbren los principios de una «teor¡a general de la informaci¢n», m s all de las porciones de la misma que hasta ahora han ideado los ingenieros, inform ticos, economistas, estad¡sticos, ling_istas, psic¢logos, cient¡ficos del caos, y otros. La infonom¡a ser , quiz s, la primera disciplina en la que se podr aplicar el principio de consenso (consilience) que ha propuesto Edward Wilson: s¢lo la conjunci¢n de visiones de diversas disciplinas nos permitir ver algo de luz en este campo. La infonom¡a como teor¡a general de la informaci¢n contendr , segon lo que hoy sabemos, dos grandes partes: la microinfonom¡a, que tratar de la relaci¢n de los individuos y la informaci¢n (con apartados como la cognici¢n, los interfaces, la comunicaci¢n, etc), y la macroinfonom¡a, que versar sobre el uso de la informaci¢n en las organizaciones y en en el conjunto de la sociedad (con temas como teor¡a de la organizaci¢n, teor¡a general de sistemas, sistemas de informaci¢n, pol¡ticas de informaci¢n, gesti¢n de conocimiento, etc)
La infonom¡a es una disciplina emergente. Trata, expresado en forma breve, de la relaci¢n de personas y organizaciones con la informaci¢n. Su construcci¢n requerir la participaci¢n de distintas disciplinas. Y de personas que trabajen tanto desde una perspectiva acad’mica como pr ctica.
Para hacerlo, dispondremos a partir del d¡a 21 de junio de 2000 de un espacio web, para aprender, desaprender, compartir y opinar, sobre la informaci¢n como factor de transformaci¢n de personas y organizaciones: el espacio infonomia.com (http://www.infonomia.com).