En los años 30 y en los primeros 40, negoció con la empresa alemana Luftwaffe creando tres sociedades de las que fue el accionista más importante, habiendo sido sancionado para haber comerciado con el enemigo violando la Trading with Enemy Act. Almorzaba normalmente con Allen Foster Dulles, jefe de la CIA en el momento del asesinato de John Kennedy, y convocó al jefe de la nación apache por una ceremonia de restitución de la calavera de Jerónimo, la cual terminó mal, porque intentó darle otra calavera cualquiera, ofendiéndolo a muerte.
Estaría contento con su primogénito George Herbert, petrolero de escasa fortuna pero que como agente de la CIA fue capaz de llegar hasta la cumbre, siendo nombrado su director en 1976, a pesar del mal resultado del desembarco en Bahía de Cochino en Cuba, del que fue coordinador. Pero demostró amar las raíces tejanas, el petróleo y la familia, llamando a tres de los barcos del desembarco: Houston, Zapata -el nombre de su sociedad petrolífera que había quebrado- y Bárbara, el nombre de su mujer. Tiene que haber pasado de largo sobre aquella extra_a relaci¢n de su hijo, en los a_os 60, con un constructor rabe que ven¡a de vez en cuando por Tejas y que trat¢ de introducirse en la alta sociedad local. Al fin de cuentas, aquel Muhammad Bin Laden, no dur¢ mucho: se estrell¢ con su avi¢n mientras volaba sobre los pozos que tan poca satisfacci¢n le dieron a su hijo predilecto. Era el 68, el mundo pensaba en otra cosa.
George W., al principio, tiene que haberle dado bastantes preocupaciones. Un burro en la escuela, con notas medias de «C», a un paso del suspenso, fue el oltimo en el examen de admisi¢n para las fuerzas a’reas de la Guardia Nacional, al l¡mite para no tener que ir a Vietnam, asiduo de las botellas de bourbon y de las l¡neas de coca¡na. Pero por fin, tambi’n ‘l, se lanz¢ al business del petr¢leo. A mitad de los a_os 70, creo la Arbusto Energy (nombre original en espa_ol, Bush significa arbusto), teniendo como socios a unos cuantos amigos paternos,ya que en la CIA ten¡a muchos amigos. Su compa_ero del servicio militar, James Bath, le proporcion¢ inversiones por parte de Khaled Bin Mafouz y Salem Bin Laden, el hijo mayor de Muhammad y nuevo jefe de la familia. Personaje notable, Mafouz. Banquero de la familia real saud¡, novio de una hermana de Salem y Osama, gran jefe de Relief y Blessed Relief, los dos «ong» rabes imputadas de ser una cobertura para la organizaci¢n de Osama.
George, en los negocios, fue desdichado. La Arbusto Energy fracas¢, se transforma en Bush Exploration, luego en Spectrum7. Infaliblemente llega la bancarrota. Salem hace que no le falte su generoso apoyo. El ‘xito parece llegar cuando la Harken Energy compra su parte de acciones en Spectrum pagando 600.000 d¢lares. Qu’ se a_aden a un contrato de consultor¡a de 120.000 d¢lares al a_o. En resumen se mete en el bolsillo un mill¢n de d¢lares, mientras que Harken pierde decenas. Pero se procura un contrato de perforaci¢n en una parte del mar de Barein, ganando a Amoco y a Esso. Es el a_o 91, y la guerra del Golfo est a punto de estallar, Bush padre es el presidente; y el jeque local, Khalifa, prefiere no arriesgarse. Tambi’n son viejos amigos de la familia. Khalifa, Bin Mafouz y Salem Bin Laden estuvieron en la direcci¢n del BCCI cuando pasaban inmensos movimientos de dinero del Asunto Ir n-Contra. Al final de los 80, los republicanos se encuentran secretamente en Par¡s con los jomeinistas moderados para retardar la liberaci¢n de los rehenes americanos en Teher n y perjudicar as¡ a Jimmy C rter en las elecciones, George padre llega a al reuni¢n a bordo del avi¢n de Salem Bin Laden.
George W. es desafortunado con sus socios. En aquel mismo avi¢n, en el a_o 1988, Salem encuentra la muerte, tambi’n ‘l, mientras volaba sobre los pozos de Tejas. La coincidencia parece a muchos excesiva, pero la investigaci¢n fue profunda. Las conclusiones, en efecto, no fueron jam s divulgadas. Mientras tanto otro protagonista del encuentro de Par¡s, Amiram Nir – agente del Mossad – muere en un accidente de avi¢n. Nada sospechoso, ya que se estrella en M’xico, no en Tejas.
La desdicha tambi’n persigue a los periodistas que investigan a Bush. Danny Casolaro est trabajando en su libro «Untanglig the Octopus», que reconstruye la red de los esc ndalos grandes y peque_os de la presidencia paterna. Antes de acabarlo decide suicidarse «por su incapacidad» segon cuenta Steve Mizrach. La misma suerte corre James H. Hatfield, 43 a_os, que hab¡a logrado publicar «A fortunate Son: George W. Bush and the making of an American President». Una biograf¡a no autorizada que, en 1999, revela como George ha tenido a escondidas frecuentes ca¡das en la coca¡na. Por la ley del contrapeso, es encontrado muerto de sobredosis en un hotel de Springdale, Arkansas, el 18 de julio de ese a_o.
Ahora le toca a Osama, naturalmente. Asunto no de negocios, pero si de operaciones que llevan la marca de la CIA. Quiz s los otros 52 hermanos tendr n algo que objetar. Pero, como Prescott dir¡a, en una guerra mundial hay espacio suficiente para solucionar los l¡os entre viejos socios.
FRANCESCO PICCIONI
