La crisis de la biodiversidad
por José Santamarta
Director de World Watch
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Hoy, 22 de mayo de 2001, se celebra el Día Mundial de la Biodiversidad. La pérdida de la diversidad genética, de especies y de ecosistemas es uno de los mayores peligros para el futuro de la humanidad.
El 22 de mayo de 2001, día mundial de la biodiversidad, se celebra coincidiendo con el ataque de la Administración Bush a todas las conquistas internacionales para proteger el medio ambiente, la discusión sobre el Plan Hidrológico Nacional (los embalses y el trasvase del Ebro previstos en
el PHN afectarían negativamente a nuestra diversidad biológica) y el proceso imparable de construcción de nuevas infraestructuras de transporte, como autovías, autopistas y líneas de alta velocidad. Otras de las amenazas más insidiosas es el desarrollo de los cultivos transgénicos, y que puede tener graves consecuencias a lo largo del siglo XXI, si la presi¢n ciudadana no frena su desarrollo.
Cada a_o desaparecen miles de especies y con ellas nuevas posibilidades de culturas agr¡colas, productos industriales o medicinas para curar las enfermedades. Con la p’rdida de diversidad, aumenta la uniformidad, la dependencia de unas pocas variedades de plantas para alimentarnos, y sobre todo crece la vulnerabilidad ante las plagas y las enfermedades. La biodiversidad se pierde debido al deterioro y fragmentaci¢n de los h bitats, a la introducci¢n de especies, la explotaci¢n excesiva de plantas, animales y peces, la contaminaci¢n, el cambio clim tico, la agricultura (reducci¢n de las variedades empleadas, plaguicidas) y repoblaciones forestales con monocultivos de r pido crecimiento.
A las consecuencias indeseables del desarrollo econ¢mico, del crecimiento demogr fico, de la desigual distribuci¢n de la renta y del consumo insostenible de recursos, hay que a_adir las causadas por las nuevas biotecnolog¡as y el desarrollo de la ingenier¡a gen’tica, el reducido espectro de productos agr¡colas, forestales y pesqueros comercializados, y las pol¡ticas econ¢micas que no atribuyen su debido valor a los recursos. La mayor parte del germoplasma de las especies y variedades agr¡colas y ganaderas puede llegar a desaparecer.
Las especies inventariadas alcanzan la cifra de 1.750.000, pero algunos autores se_alan que probablemente superen los 111 millones de especies, aunque la cifra media hoy se estima en 13.620.000 especies, segon la biblia de la biodiversidad, el Global Biodiversity Assessment, informe de 1.140 p ginas publicado en ingl’s por el PNUMA en 1995.
Pero lo onico seguro es que nadie sabe cu ntas especies existen. Entre las especies ya descritas hay 270.000 plantas, 4.300 mam¡feros, 9.700 aves, 6.300 reptiles, 4.200 anfibios, 19.000 peces, 72.000 hongos (se cree que el nomero de especies debe superar el 1,5 millones), 1.085.000 artr¢podos (950.000 insectos descritos, aunque el nomero de especies debe ser superior a 8 millones), 5.000 virus y otras 4.000 bacterias (una ¡nfima parte de los m s de 400.000 virus y 1 mill¢n de bacterias que se cree que existen).
Los bosques tropicales, que s¢lo cubren el 7 por ciento de las tierras emergidas, albergan entre el 50% y el 90% del total de las especies. El promedio de extinci¢n era de una especie de mam¡feros cada 400 a_os y de una especie de aves cada 200 a_os, pero las extinciones documentadas en los oltimos 400 a_os indican que han desaparecido 58 especies de mam¡feros y 115 de aves.
Estas cifras representan solo las extinciones conocidas. Las poblaciones afectadas pueden resistir durante algunas generaciones, pero est n condenadas a la desaparici¢n cuando su nomero total cae por debajo de un punto que no puede soportar la dureza de una sequ¡a, una enfermedad, una depredaci¢n y otras clases de fen¢menos. Una especie debe tener una poblaci¢n de al menos varios miles de individuos para sobrevivir a largo plazo. Alrededor del 12 por ciento de las especies de mam¡feros y el 11 por ciento de aves fueron clasificadas como especies en peligro en 1990. El 90 por ciento de nuestra alimentaci¢n procede de 15 especies de plantas y 8 especies de animales. El arroz, segon la FAO, aporta el 26% de las calor¡as, el trigo el 23% y el ma¡z el 7%. Las nuevas especies sustituyen a las nativas, uniformizando la agricultura y destruyendo la diversidad gen’tica. S¢lo en Indonesia se han extinguido 1.500 variedades de arroz en los oltimos 15 a_os. A medida que crece la uniformidad, aumenta la vulnerabilidad. La p’rdida de la cosecha de la patata en Irlanda en 1846, la del ma¡z en Estados Unidos en 1970 o la del trigo en Rusia en 1972, son ejemplos de los peligros de la erosi¢n gen’tica y muestran la necesidad de preservar variedades nativas de las plantas, incluso para crear nuevas variedades mejoradas y resistentes a las plagas.
El trigo hoy cultivado en Canad tiene genes procedentes de 14 pa¡ses y los genes de los pepinos de EE UU proceden de Birmania, India y Corea, genes adquiridos sin ninguna contrapartida econ¢mica, a diferencia de las semillas mejoradas que exporta EE UU, por no hablar de las semillas transg’nicas.
Las multinacionales de Estados Unidos, la Uni¢n Europea y Jap¢n pretenden obtener gratis, sobre todo en los pa¡ses del Tercer Mundo, los recursos gen’ticos, para luego venderles a precios de usura las semillas, animales o medicamentos obtenidos, en base a la «propiedad intelectual». La ingenier¡a gen’tica supondr la p’rdida de miles de variedades de plantas, al cultivarse s¢lo una pocas con una alta productividad, por no hablar de otros muchos peligros, agravando los efectos de la revoluci¢n verde de las d’cadas pasadas.
Proteger la biodiversidad
Existen dos planteamientos para conservar la biodiversidad: proteger las especies y las poblaciones individuales o proteger los h bitats en los que viven. Lo esencial es la conservaci¢n de ecosistemas enteros, asegurando su funcionalidad. Los esfuerzos dirigidos hacia las especies y las poblaciones, aunque son importantes, exigen una gran cantidad de tiempo y esfuerzo; las medidas incluyen la protecci¢n legal de las especies individuales, planes de gesti¢n y una conservaci¢n ex situ, es decir, proteger las poblaciones de animales y plantas en zoos y bancos de semillas. La conservaci¢n ex situ sirve tanto de seguro contra la p’rdida de la diversidad gen’tica y de especies en la naturaleza como de semillero para reintroducir o reforzar las poblaciones silvestres. Adem s, los bancos de semillas son una fuente de diversidad gen’tica para la investigaci¢n agr¡cola.
El Convenio sobre la Diversidad Biol¢gica se firm¢ en junio de 1992 en la Conferencia de R¡o y entr¢ en vigor el 29 de diciembre de 1993; aunque EE UU no lo ha ratificado ni piensa hacerlo. Su objetivo es cubrir el vac¡o existente a nivel internacional en el campo de la biodiversidad. El Convenio prev’ programas de cooperaci¢n y de financiaci¢n para proteger la biodiversidad, y en su art¡culo 6 contempla la necesidad de que «cada Parte Contratante…elaborar estrategias, planes o programas nacionales para la conservaci¢n y la utilizaci¢n sostenible de la diversidad biol¢gica». La Conferencia de las Partes del Convenio se ha reunido en varias ocasiones, la primera en Nassau, en las Bahamas, del 28 de noviembre al 9 de diciembre de 1994, y la segunda en Yakarta, Indonesia, entre el 6 y el 17 de noviembre de 1995, donde se decidi¢ que Montreal, en Canad , fuese la sede permanente del Convenio, e igualmente se aprob¢ desarrollar un protocolo de bioseguridad, que finalmente fue aprobado el 29 de enero de 2000. Dentro del Convenio igualmente debe desarrollarse un problem tico protocolo sobre bosques, que fue uno de los temas que quedaron fuera de la Cumbre de R¡o de 1992, y otro sobre los derechos de los agricultores en el mantenimiento de los recursos gen’ticos.
Causas de la p’rdida de biodiversidad
Espa_a cuenta con una gran diversidad de fauna y flora, pero su estado de conservaci¢n es lamentable, y son numerosas las especies en peligro o amenazadas, como pone de manifiesto el proyecto Hispanat del antiguo ICONA: el 12% de las plantas vasculares y el 26% de las especies de vertebrados est n incluidas en las categor¡as extinguida, en peligro, vulnerable o rara de la UICN. Un total de 209 especies de flora y 43 especies de vertebrados se encuentran en peligro de extinci¢n.
En Espa_a se han extinguido varias razas de vacuno, y son muchas las especies ganaderas y plantas cultivadas en peligro de extinci¢n. Al igual que en toda Europa, la naturaleza y los ecosistemas originales han sufrido las consecuencias del desarrollo: deforestaci¢n, p’rdida de biodiversidad, alteraci¢n de los ciclos hidrol¢gicos, desertizaci¢n, erosi¢n, suelos contaminados, contaminaci¢n atmosf’rica, litoral esquilmado por la especulaci¢n urban¡stica y la pesca excesiva, cursos de agua contaminados, generaci¢n anual de cerca de 270 millones de toneladas de residuos (de ellos m s de 3 millones de toneladas son residuos t¢xicos y peligrosos), difusi¢n de sustancias t¢xicas y bioacumulativas como los organoclorados o las sustancias radiactivas, acu¡feros contaminados por nitratos y procesos de eutrofizaci¢n.
Desde 1950 han desaparecido el 50 por ciento de los humedales. Se han construido decenas de miles de kil¢metros de carreteras por las que circulaban millones de veh¡culos. Entre 1970 y 2000 la demanda de transporte de viajeros y de mercanc¡as se ha triplicado. El parque de veh¡culos super¢ los 22 millones antes del a_o 2000, y nadie sabe cuando se alcanzar el nivel de saturaci¢n. Un total de 1.015 embalses con capacidad para almacenar 53 km3 de agua han inundado 3.000 kil¢metros cuadrados, y un total de 3,6 millones de hect reas de regad¡o consumen ineficientemente el 80% de los usos consuntivos del agua (24.000 Hm3 sobre un total de 30.494). M s de 500.000 pozos bombean cerca de 5.500 Hm3 al a_o.
Se consumen anualmente 1,8 millones de toneladas de fertilizantes qu¡micos y m s de 70.000 millones de pesetas de productos fitosanitarios. La quema de rastrojos es una pr ctica generalizada, a pesar de que causa numerosos incendios forestales, perjudica la conservaci¢n de los suelos, aumenta la erosi¢n y perjudica la infiltraci¢n del agua de lluvia. En el periodo 1961-2000 se han quemado en Espa_a 3 millones de hect reas de superficie arbolada. El 18% del territorio sufre una erosi¢n superior a las 50 toneladas anuales de suelo por hect rea, y s¢lo el 3% de la superficie del pa¡s est ocupada por bosques espesos. Entre 1940 y 1994 se han repoblado 2,9 millones de hect reas con pinos y 450.000 hect reas con eucaliptos, y pr cticamente nada con frondosas aut¢ctonas.
Estrategia Espa_ola para Conservaci¢n y el Uso Sostenible de la diversidad Biol¢gica
Hoy sigue pendiente la aprobaci¢n de la estrategia de Biodiversidad, prueba de la escasa atenci¢n del Ministro de Medio Ambiente por la denominada Estrategia Espa_ola para la Conservaci¢n y el Uso Sostenible de la Diversidad Biol¢gica, que todav¡a se encuentra pendiente de aprobaci¢n por el Consejo de Ministros. La Estrategia Espa_ola para la Biodiversidad lleva m s de dos a_os pendiente de su aprobaci¢n oficial por el Consejo de Ministros, a pesar de su presentaci¢n poblica en la anterior legislatura.
Espa_a, con cuatro regiones biogeogr ficas (mediterr nea, atl ntica, alpina y macaron’sica), cuenta con el 40 por ciento de las especies de la UE y el 54 por ciento de los h bitats identificados como de inter’s comunitario (121 h bitats sobre un total de 226 tipos, segon la Directiva H bitats 43/92 CEE). Espa_a cuenta con cerca de 80.000 taxones: 635 vertebrados, m s de 50.000 invertebrados, 8.000 plantas vasculares, 15.000 hongos, 2.000 l¡quenes y 1.500 briofitas. Hay cerca de 1.500 endemismos vegetales, es decir, especies que s¢lo existen en nuestro territorio. En toda Europa s¢lo se conocen 142.000 taxones, por lo que puede afirmarse que m s del 50 por ciento de las especies europeas est n representadas en Espa_a, cifra que se eleva al 74 por ciento en el caso de las aves (368 especies) y al 79 por ciento de los mam¡feros (118 especies).
Igualmente nuestro pa¡s cuenta con 68 especies de peces, sobre un total de 150 en la Europa de los doce de la antigua UE, 56 especies de reptiles y 25 especies de anfibios. En Espa_a es necesario que la Administraci¢n apruebe y desarrolle la Estrategia Espa_ola para la Conservaci¢n y el Uso Sostenible de la Diversidad Biol¢gica, tal y como obliga el Convenio firmado y las ONG deber¡an igualmente tener una participaci¢n y control m s estricto. Desde que en junio de 1992 el gobierno firm¢ el Convenio sobre la Diversidad Biol¢gica han transcurrido nueve a_os, y en ese periodo las sucesivas administraciones lo onico que han hecho es presentar una estrategia que aon no ha sido aprobada.
La Estrategia no debe ser una mera recopilaci¢n de los planes y actuaciones existentes, ni tampoco debe quedarse en un diagn¢stico mas o menos acertado de la situaci¢n de la diversidad biol¢gica en Espa_a. Segon el Convenio firmado, cada Parte Contratante «integrar la conservaci¢n y la utilizaci¢n sostenible de la diversidad biol¢gica en los planes, programas y pol¡ticas sectoriales o intersectoriales». La conservaci¢n de los h bitats es imprescindible para la preservaci¢n de la diversidad biol¢gica. Se debe ampliar la red de parques y espacios protegidos al 15 por ciento del territorio, buscando un sistema de reas representativo de nuestra diversidad biol¢gica, sin olvidar los valores paisaj¡sticos, aunque lo fundamental es la conservaci¢n y el uso sostenible de la diversidad biol¢gica en todo el territorio, y no s¢lo en los espacios protegidos. S¢lo el 5 por ciento del territorio espa_ol corresponde a espacios naturales protegidos, rea que no obstante deja sin protecci¢n a una tercera parte de los espacios identificados como de alto inter’s en el Proyecto Biotopos/Corine. La mitad de la superficie protegida est en Andaluc¡a, mientras que en el extremo opuesto se encuentran las Comunidades Aut¢nomas que apenas han protegido reas, como La Rioja, Galicia o Castilla-Le¢n.
Igualmente es necesario recuperar las v¡as pecuarias y los r¡os, aut’nticos corredores ecol¢gicos verticales (las v¡as pecuarias) y horizontales (los r¡os) en la Pen¡nsula. La conservaci¢n de la biodiversidad debe determinar todas las pol¡ticas sectoriales (econ¢mica, agr¡cola, forestal, pesca, agua, transporte, energ¡a, turismo, urbanismo, comercio, industria, entre otras), dando prioridad absoluta a la conservaci¢n in situ sobre los bancos gen’ticos (ex situ), aunque ‘stos tambi’n son necesarios. Especial importancia merece la conservaci¢n de la diversidad gen’tica de la agricultura y de la ganader¡a, tanto in situ como ex situ (bancos de germoplasma).
Destrucci¢n de h bitats
La destrucci¢n del h bitat es la mayor amenaza actual para la biodiversidad. Un estudio de Conservation International mostr¢ que el 23,9% de los sistemas biogeogr ficos de la Tierra han sido completamente transformados por el hombre (el 36,3% si se excluyen las superficies heladas, de roca y los desiertos), el 24,2% parcialmente y s¢lo quedan bien conservados el 51,9%, cifra que se reduce a s¢lo el 27% si se exceptoan las superficies est’riles. S¢lo quedan sin transformar el 51,9% de las tierras emergidas, aproximadamente 90 millones de km2. Las reas parcialmente transformadas por las actividades humanas son 41 millones de km2 (24,2% de las tierras emergidas), y las reas totalmente transformadas por el hombre superan los 40 millones de km2, un 23,9% del total de las tierras emergidas. Sin embargo, estas cifras son enga_osas, al incluir extensas reas de desiertos, rocas o hielos, que no son habitables o tienen escasa importancia desde el punto de vista de la diversidad biol¢gica.
Si se excluyen las reas des’rticas, rocosas y heladas, las zonas no transformadas por el hombre y por lo tanto con los ecosistemas y la diversidad biol¢gica bien conservadas, son s¢lo el 27%, mientras que las parcialmente transformadas son el 36,7% y las totalmente transformadas ascienden al 36,3%. Las zonas sin transformar son la taiga y la tundra en las latitudes n¢rdicas, los desiertos en -frica, Australia y el centro de Asia, y la Amazonia. Las zonas m s transformadas, sin apenas restos de la vegetaci¢n original y con grandes p’rdidas de diversidad biol¢gica, son Europa, el Este de EE UU, China y el Sureste asi tico.
Am’rica del Sur, con el 62,5%, y Ocean¡a, con el 62,3%, son las dos regiones mejor conservadas y menos transformadas, mientras que Europa es el continente que menos h bitats ha conservado, con s¢lo el 15,6%. Las zonas de Ocean¡a bien conservadas corresponden a los desiertos de Australia, mientras que las regiones de Am’rica del Sur casi intactas corresponden a la Amazonia, con bosques tropicales con una extraordinaria diversidad biol¢gica. -frica es la zona con m s reas parcialmente transformadas, reflejo de una presi¢n demogr fica todav¡a baja, y de una agricultura extensiva. Europa, con el 64,9%, es la regi¢n m s humanizada, m s del doble que el siguiente continente, Asia, con el 29,5%.
Referencias
*C.J. Bibby, N.J. Collar, M.J. Crosby, et al. (1992). Putting Biodiversity on the Map: Priority Areas for Global Conservation (Consejo Internacional para la Preservaci¢n de las Aves, Cambridge, U.K).
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*United Nations Environment Programme (1995). Global Biodiversity Assessment. Cambridge University Press, Cambridge, U.K.
*Wilson, E.O. (1988). Biodiversity. National Academy Press, Washington.
*Wilson, E.O. (1992). The Diversity of Life. Harvard University Press.
*World Conservation Monitoring Centre (1992), Global Biodiversity:
Status of the Earth’s Living Resources. (Chapman and Hall, Londres).
*WRI, WCU, y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (1992), Global Biodiversity Strategy. WRI, Washington, D.C.
*Wynne et al (1995). Biodiversity Challenge. RSPB, Sandy.
*Jos’ Santamarta es director de World Watch
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