SafiyÞ traduce para el Sultán las partituras de Opera, que él adora y así ella adquiere al rango de favorita y, para conservar ese sitio tan envidiado, no retrocede ante nada, llegando a eliminar incluso físicamente a sus futuras rivales. Pero ni SafiyÞ ni Nadir ûque no tienen ningún contacto con el mundo exteriorû no se dan cuenta que esa carrera hacia el poder, que va más allá de sus amores prohibidos, no puede sobrevivir en el corazón de un mundo condenado a desaparecer.
SafiyÞ consigue tener el hijo tan esperado, pero el niño muere misteriosamente.
Esto es el principio del fin. El Sultán es enviado al exilio, dejando atrás a su Harén, el cual es cerrado por la autoridades. Los dos amantes intentan vivir su amor fuera de los muros, en un mundo aparentemente más libre, pero del que ignoran sus reglas…
FICHA ART-STICA
SafiyÞ À Marie Gilllian
Nadir À Alex Descas
SafiyÞ (anciana) À Lucía Bosé
Anita À Valeria Golino
Midhat À Malick Bowens
Sumbul À Christophe Aquilon
Gulfidan o Serra Yilmaz
Abdulhamit o Haluck Bilginer
Karanergiz o Felicite Mbezele
Selma o Nilufer Acikalin
Nevres o Pelin Batu
Guya o Selda Ozer
Aliye o Gaia Narcisi
Gulbahar o Basak Koklakaya
ValidS o Aya Algan
Halit o Ali Basar
FICHA T¨CNICA
Productores o R&C PRODUZIONI, Tilde Corsi y Gianni Romoli
Productores franceses o LES FILMS BALENCIAGA, Regine Konckier y Jean-Luc OrmiSres
Productores turcos o AFS FILM, Assaf y Siddik Ozpetek
Historia y gui¢n o Gianni Romoli y Ferzan Ozpetek
Director o Ferzan Ozpetek Fotograf¡a o Pasquale
Mari Dise_o de producci¢n o Mustaf Ulkenciler
C mara o Renaud Personnaz
Vestuario o Alfonsina Lettieri
Montaje o Mauro Bonanni
Mosica o Pivio y Aldo De Scalzi
Director de producci¢n o Riccardo Neri
Maquillaje o Gaia Banchelli Peluquer¡a o Carlo Barucci
Nacionalidad o Italiana A_o o 1999
Idioma original o Turco, franc’s e italiano
Duraci¢n o 105 minutos
EL HAR+N EN LA HISTORIA:
En la fundaci¢n del Imperio Otomano, en el siglo XIV, el Sult n y sus pr¡ncipes desposaban a las hijas de los arist¢cratas y dignatarios turcos, bizantinos y serbios. Estos matrimonios mixtos contribu¡an a la expansi¢n pol¡tica, esquema dise_ado por Osman Bey, fundador del Imperio. Su hijo Orthan tuvo tres esposas de origen extranjero, una sola de origen turco.
El har’n se convirti¢ en esta ‘poca el coraz¢n y la gloria de la poligamia; era all¡ donde el sue_o de todo hombre -poseer y amar a varias mujeres- se convert¡a en realidad.
Esta casa de sue_os era tambi’n un lugar en el que el Sult n pasaba gran parte de su vida.
All¡ es donde viv¡a con su madre -la ValidS, la mujer m s importante del Har’n- rodeado de sus esposas, sus hijos, sus favoritas y sus sirvientes.
Todo y nada se ha escrito sobre el Har’n «se puede afirmar cualquier cosa y al mismo tiempo negarlo en lo concerniente al Har’n: todo pertenece a la imaginaci¢n prohibida, a la historia de los deseos y a los cuentos de hadas», segon dijo un escrito turco del siglo XVII.
Es de la historia del Palacio de Topkapi – palacio entre los Palacios del Imperio-, de donde proviene la informaci¢n m s precisa sobre la vida cotidiana y la organizaci¢n del Har’n.
En sus or¡genes, el Har’n no estaba integrado en el Palacio: estaba situado en la primera Corte Real, sobre la tercera colina de Beyaazit.
El Sult n ten¡a all¡ su vida privada, mientras que el Palacio de Topkapi estaba consagrado a los asuntos de Estado. Fue Roxelane, la poderosa y bien amada favorita de Soliman el Magn¡fico, qui’n traslad¢ el Harem al Palacio de Topkapi, con el fin de poder vigilar mejor las actividades pol¡ticas de su esposo.
La leyenda describe el Har’n como un lugar inmenso, inundado por los perfumes de las esencias y las telas de seda, en el que las odaliscas bailaban a lo largo del d¡a y de la noche para los hombres.
El Har’n era en un principio un lugar organizado y arquitect¢nicamente estructurado. Comprend¡a los ba_os turcos y peque_as mezquitas, bibliotecas, dormitorios, salas de mosica, de costura, las cocinas e incluso un hospital. En este lugar en el que junto a las ventanas de cristal rojo ahumado y azul conviv¡an las familias del principado, casi quinientas personas, y todo estaba regido bajo una jerarqu¡a muy estricta. Los sirvientes de la familia real eran todos esclavos.
Pero el Sult n sab¡a distinguir y recompensar el talento de cada uno o una de entre ellos, incluso si se trataba de un eunuco. Ese era el caso del «maestro de las ni_as», o incluso el administrador, que compart¡an la vida con los eunucos en la entrada del Har’n y que ten¡an poder e influencia tanto sobre el Har’n como en el terreno pol¡tico.
Los eunucos viv¡an a las puertas del Har’n. No entraban m s que para servir la comida, para distribuir los productos de belleza, pero ellos tambi’n ten¡an un papel muy importante en los juegos de poder. Amantes, tanto de los sirvientes como de las concubinas, no desde_aban los placeres del amor. Eran unos amantes muy apreciados. El Sult n Mahmoud II los hab¡a alejado de Palacio por estas razones.
Los sirvientes, comprados en los grandes mercados de Bagdad y de El Cairo eran repartidos en cuatro categor¡as; los «Acemilers»o novatos, que no hab¡an terminado todav¡a su educaci¢n; los «Cariyes», que se ocupaban de pesadas cargas dom’sticas; los «Kalfas», m s experimentados que ten¡a atribuciones espec¡ficas; y finalmente los «Ustas» que, escogidos por su experiencia y su talento, se convert¡an en los sirvientes m s refinados y respetados. Para cada uno de ellos, el Sult n no era otro que «la sombra de oro», la presencia invisible, sobre la que no ten¡an derecho a poner su mirada. Durante los escasos momentos en los que se les permit¡an permanecer en su presencia, se manten¡an con los ojos y la cabeza bajados.
Osman II, con el fin de evitar cruzarse con nadie en los pasillos de Palacio, hab¡a cosido a sus zapatos grandes placas de metal, las cuales advert¡an a cualquier intruso de su presencia.
Las habitaciones decoradas con el m ximo esplendor y riqueza eran destinados a la mujeres elegidas : las esposas (Kadim Efendi), las favoritas (Gozdeler) y las concubinas (Ikballer). El Sult n no deb¡a poseer ni tocar a ninguna otra mujer. Acceder al estatus de favorita era considerado como un momento m gico, nada m s importante para una joven, generalmente en edades comprendidas entre 17 y 23 a_os, que ser elegida por el Sult n en compa_¡a de su Primer Ministro. Una vez elegida, y con el fin de preparar la llegada del Sult n, era ba_ada y perfumada por los sirvientes.
La v¡spera de ese gran momento, el Sult n le hac¡a llegar flores y regalos. La favorita dispon¡a de una libertad especial, y era elevada al rango de las elegidas ; una vez que el Sult n ya no la amaba, ella ten¡a derecho a elegir marido entre los dignatarios o los altos mandatarios. Las concubinas ten¡an otro poder. Regularmente recib¡an los honores por parte del Sult n, pod¡an convertirse en madres, o esposas, provocando odio y celos en el Har’n. Las esposas – cuatro en general- pero se pod¡an contar hasta diez- formaban parte en su totalidad de la vida de la vida del Sult n. Ellas participaban – a veces decid¡an- en los asuntos pol¡ticos ; y eran propiamente dicho indestronables.
La habitaci¢n m s sorprendente del Har’n era dedicada a la ValidS, la madre del Sult n, que ten¡a onicamente derechos pero ningon deber. Ella eleg¡a a las esposas y las favoritas, en base a su particular humor.