La cantidad de ajustes que vienen sucediéndose desde la asunción de Domingo F. Cavallo al frente del Ministerio de Economía, no parece por el momento tener fin y cada vez profundiza más la interminable crisis en la que nos encontramos sumidos desde hace 3 años. A cada nuevo ajuste le sucede el mismo estribillo de costumbre, esgrimido desde distintos medios especializados tanto económicos como financieros, ôNO ALCANZA, NO ES SUFICIENTE, LA CAJA NO CIERRA…ö
Dentro de los distintos ciclos que soportó la República Argentina, en cada uno de ellos se destacó una palabra, una frase, que soltada al viento a través de los medios ponía a los argentinos en estado de shock y el pánico se adueñaba de la economía en su conjunto, trabajadores y empleadores fueron conociendo la diversidad de artilugios utilizados por los distintos administradores de turno para meter la mano en todos los bolsillos posibles haciendo gala de un cinismo cada vez mas profesionalizado para explicar lo inexplicable.
Las ôcaras de piedra» se fueron convirtiendo en figuritas repetidas en cuanta c mara estuviera encendida. Los conductores especializados en la materia, tibios a la hora de las preguntas, dejaban transcurrir el tiempo del programa sin lograr que se respondiera lo preguntado. Alguien una vez dijo, «contesto lo que me conviene, no lo que usted quiere». El funcionario de esta manera, expresa y soberbiamente, dejaba sentado que era el due_o de la porci¢n de poder que detentaba en ese momento y que no deb¡a rendir cuentas a nadie, tampoco aceptaba que era un empleado a sueldo de todos nosotros que ocupaba un cargo a tiempo parcial.
Desde el a_o pasado asistimos, para la mayor¡a de los habitantes, a esta nueva frase: «riesgo pa¡s». R¡os de tinta han corrido con diversas definiciones de este t’rmino, pero siempre la explicaci¢n se bas¢ desde el punto de vista de los porcentajes, y como las matem ticas son tan precisas, podr¡a decir que hoy gran parte de los ciudadanos casi repiten al mismo tiempo definiciones casi exactas acerca de su significado.
¥¥Qu’ bien se les explic¢ a la gente el concepto!!
¥¥Qu’ bien internalizada la definici¢n!!
Me arriesgar¡a a decir que cualquier turista extranjero estar¡a anonadado con la explicaci¢n sobre el riesgo pa¡s realizada por Minguito Tinguitela, si el querido Altavista viviera.
Pero me pregunto +la gente sabe de lo que habla? Seguramente que si le sacamos los porcentajes desconoce todo lo que ‘stas dos palabras implican en su realidad cotidiana.
Algunos pocos ejemplos a saber:
. Recortarle el 13 % a un pol¡tico que percibe $ 10.000.- mensuales, no es nada, en cambio saquear con el mismo porcentaje a un empleado o jubilado que percibe $ 500.- , es todo. El que gana el valor m s alto tiene capacidad de ahorro el otro no, utiliza la totalidad de su magro ingreso para su nivel de subsistencia.
. Es totalmente injusto el mismo porcentaje de descuento para valores tan dis¡miles.
. Este descuento significa menos consumo. La posibilidad de adquirir una menor cantidad de bienes y servicios a la de meses anteriores. Consumo que ya viene deterior ndose significativamente en los oltimos a_os.
. Volverse a ajustar el cintur¢n, para aquellos con ingresos bajos, significa reducir sobre todo aquellos «bienes superfluos» como la salud, educaci¢n, vestimenta, alquileres, etc.
. Reducir el consumo significa que los comercios vender n menos, por lo tanto la empresas producir n menos, en consecuencia el estado recaudar menos impuestos.
. Como el estado recaudar menos impuestos tendr que hacer un nuevo ajuste y el c¡rculo vuelve a comenzar.
. Poco a poco la econom¡a se va achicando cada vez m s.
. Se incrementa y profundiza el deterioro continuo de la clase media aumentando la cantidad de pobres por el ingreso de los nuevos pobres provenientes de la clase deteriorada.
Estos administradores que venimos padeciendo gobierno tras gobierno, y que explicaron prolijamente qu’ significaba el riesgo pa¡s, no tuvieron en cuenta ni explicaron el significado del «riesgo social». +ste viene siendo cada vez m s alto, pero como no puede medirse en porcentajes, entonces no existe.
El riesgo social que los pol¡ticos han dejado de lado significa:
. Estado deplorable de los hospitales, en cuanto a la falta de mantenimiento de sus estructuras, falta de insumos para sus pacientes, falta de salarios dignos para los profesionales.
. Dejar librado al azar a todos aquellos enfermos carentes de adquirir drogas sumamente onerosas para enfermedades terminales o de alta complejidad.
. Desentenderse de los ni_os que hoy no pueden recibir su raci¢n diaria necesaria para un crecimiento saludable mental y f¡sico por haber cortado los planes alimentarios.
. Desprecio por la ciencia, la tecnolog¡a y los miles de habitantes que est n emigrando.
. Incremento de la tasa de desempleo.
. Arbitrariedad y desv¡o en el pago de los salarios y adicionales docentes.
. Desconocimiento de cu nto van a cobrar empleados y jubilados en los pr¢ximos meses.
. Falta de garant¡as tanto en el cobro de las jubilaciones futuras como de la posibilidad de llegar a jubilarse de los actuales trabajadores.
. Que para que baje el riesgo pa¡s tiene que aumentar el riesgo social.
Por su accionar y sus actitudes es posible reconocer la calidad de ser humano que anida en las entra_as de nuestros dirigentes , mientras desde el ejecutivo se publicita que todos los argentinos debemos «tirar para un mismo lado» .
Durante la oltima semana vivimos minuto a minuto las especulaciones financieras respecto del «riesgo pa¡s». En este momento un concepto que aclare un poco m s sobre este t’rmino tan porcentualizado ser¡a: posibilidad de disminuci¢n del terrorismo financiero en cuanto a sus apetencias de succionar el torrente sangu¡neo de millones de argentinos. Entendiendo que cuanto m s alto es el nomero que se publicita menor es la posibilidad de crecimiento y desarrollo de cada uno de los habitantes del territorio argentino.
Reduciendo el «riesgo pa¡s» a la menor expresi¢n que lo represente podr¡amos denominarlo: dinero. Haciendo lo mismo con el «riesgo social» ‘ste quedar¡a expresado en: personas.
Si quisi’ramos expresarlo matem ticamente dir¡amos que el dinero como concepto es distinto de personas.
En el mundo capitalista el dinero es un instrumento que utilizan las personas para adquirir sus bienes o servicios para la satisfacci¢n de sus necesidades. En otras palabras, se podr¡a decir que el dinero debe estar al servicio del hombre. Cuando la mayor¡a de la sociedad carece de dinero suficiente para su desarrollo como individuo psico-f¡sico-social el sistema como tal deja de existir.
Con variaciones en m s o menos el riesgo pa¡s giraba en los oltimos 15 d¡as alrededor de los 1500 puntos llegando hasta los 1650. Urgentemente se presion¢ a los legisladores para que sesionen el fin de semana del 28 y 29 de julio de 2001. Urg¡a «ordenar las cuentas» y «ayudar a la gobernabilidad», en consecuencia se solicit¢ la «colaboraci¢n» de los diputados y senadores nacionales. Para el gobierno era imperioso bajar el riesgo pa¡s y comenzar de esta manera a generar confianza en los mercados.
Asistimos a largas jornadas de debate ocioso , cuando el resultado era conocido antes de comenzar a sesionar: «la ley sal¡a o sal¡a», el d¡a lunes ten¡a que tener una abrupta tendencia a la baja, por arte de magia y con esta «simple ley» se resolv¡a el descr’dito gubernamental.
Pero.. ¥oh sorpresa! El riesgo pa¡s sigui¢ subiendo y hacia mitad de semana se ubic¢ en m s de 1745 puntos. ¨Qu’ pas¢? +No era que con la ley todo se resolv¡a?
Ya para ese entonces se escuchaban los rumores provenientes de los EEUU de no socorrer a la Argentina, «la ca¡da estrepitosa del quiebre estatal deber¡a ser el ejemplo a tomar por otros pa¡ses que segu¡an endeud ndose para el despilfarro».
El pedido de socorro y casi al un¡sono fue realizado por las empresas radicadas en nuestro pa¡s de capitales procedentes del hemisferio norte: «O ayudan a la Argentina o tambi’n quebramos nosotros», y all¡ la ayuda no se hizo esperar, lleg¢ John Taylor con la promesa de aportar 1.200 millones de d¢lares como para aligerar la presi¢n por algunos d¡as y el riesgo disminuy¢ a 1547 puntos.
Mientras hacemos zaping c¢modamente sentados en nuestros hogares observamos:
. los justos reclamos de los desocupados devenidos en piqueteros que fueron copados por estructuras mafiosas organizadas provenientes de partidos populistas mayoritarios
. la gente: ni_os, adultos y ancianos que mueren de hambre y abandono de la persona humana.
. Las colas en las distintas embajadas buscando la tan ansiada visa que brinde la ilusi¢n de poder trabajar en algon lugar del mundo.
. Una m’dica que llora por decirle a su paciente: «no me enviaron los medicamentos para su tratamiento de c ncer, lo siento», mientras el paciente le contesta: +entonces, tengo que morirme?
. Un actor provocador que le dice a un grupo compuesto de pol¡ticos y periodistas «d’jense de bla bla, la gente se est muriendo de hambre, hagan algo». +stos lo miran inc¢lumes y lo tildan de agresivo.
. El aeropuerto de Ezeiza repleto de gente que se va y poca gente que llega.
Con el oltimo ajuste de reducir los salarios de empleados y jubilados se dio el paso que faltaba, lo onico que queda por decir es que ya soltaron los toros y como en la fiesta de San Ferm¡n hay que correr, y mucho.
La pel¡cula no termin¢, continoa en el pr¢ximo ajuste, con los «caras de piedra» de costumbre, con las explicaciones de siempre que ya a nadie les interesa, con la indiferencia de la dirigencia, con el sufrimiento y la angustia de toda una sociedad.
En este escenario va apareciendo un nuevo despertar, d¡a a d¡a infinitos movimientos subterr neos de bases oprimidas y pensantes se van sumando, conteniendo, alentando, reuniendo, son los que no temen, los que no se resignan al sometimiento, los que est n convencidos de que existe otra alternativa para la Argentina y va despertando una nueva conciencia social de ese letargo y adormecimiento al que nos indujeron nuestros sucesivos gobernantes.
La Segunda Repoblica est en marcha.
Ana Mar¡a Bebic
anabic@elsitio.com
