Para los que ya estábamos ahítos del estilo del primero, que si al principio nos hacía una poca de gracia û y una chiquita, ay arriba, ay arriba û poco a poco nos fue divirtiendo cada vez menos, el estilo del segundo no es que empalague, es que quien tenga un mínimo de sensibilidad no se lo puede ni siquiera tragar. Tengo entendido que tampoco acaban de hacerlo los suyos, a no ser aquellos fanáticos acríticos que existen en todos los partidos, dirigidos por los corifeos de turno. Me consta que en el Partido Popular hay gente bien educada, conservadora desde siempre, con suficiente sensibilidad política y de la otra y cortesía sobrada como para no comulgar con las ruedas de molino del patético líder, aunque estén encantados de la vida de ostentar el gobierno del estado y de que no lo tengan los otros, claro. Si ya estabamos hartos de que González representara aquel papel suyo de encantador de serpientes û ôsin acritúö, por supuesto û e informándose por la prensa de los distintos desastres que estaban ocurriendo en su partido y su gobierno – una evidente tomadura de pelo para el poblico en general, incluidos los votantes de su partido -, la mala educaci¢n y la falta de sensibilidad de Aznar para cualquier otra cosa que no sea creerse a si mismo algo as¡ como el enviado por los dioses a salvar la patria espa_ola nos lo hacen a_orar, especialmente porque nos prodiga muestras de este talante suyo tan peculiar cada vez con mayor frecuencia.
Si hace muy pocos d¡as nos sobresalt¢ con su criterio acerca de quienes critican al Defensor del Pueblo – tan agradecido a quienes le han vuelto a poner un coche oficial bajo las posaderas que no se atreve a decir nada que pueda contrariarles – por no haber tenido el detalle de tomar en consideraci¢n las numerosas demandas que le llegaban desde distintos sectores para recurrir la Ley de Extranjer¡a (a falta de sensibilidad autogenerada sobre la misma cuesti¢n), diciendo «urbi et orbe» que le parec¡a «incomprensible» que se «jaleen» las cr¡ticas que se le han hecho a Mogica por este motivo, y avisando a aquellos que las hacen de que «se meten en un charco», haciendo gala de su conocida incapacidad para ni tan siquiera aceptar la mera existencia de cualquier otra opini¢n que no sea la suya, el martes pasado acab¢ de dejarme groggy unos momentos en que mi mala suerte me llev¢ a verle – y o¡rle, claro – en una de las cadenas de televisi¢n de por aqu¡. Hace unas pocas semanas hab¡a hecho uso de su tradicional estilo para meterse con el Gobierno de Catalunya, tach ndolo de veleta a cuenta del Plan Hidrol¢gico Nacional, y a algunos ya nos sobresalt¢ lo suyo su negativa filos¢fica a admitir la legitimidad de cambiar de criterio. Entonces aun no nos hab¡amos dado por enterados de algo que se ha sabido despu’s, hecho poblico – document ndolo – por la oposici¢n socialista en el Congreso: que en 1993 prometi¢ en Zaragoza que si ‘l llegaba al gobierno nunca habr¡a trasvase de aguas del Ebro. Al tener conocimiento del dato, iluso de mi, me pregunt’ como se las iba a apa_ar para rectificar de forma que no lo hiciera en absoluto. Insisto en que no critico que de entonces para ac haya cambiado de criterio, sino sus chanzas acerca de quienes ‘l dec¡a que lo hac¡an segon soplara el viento. Por este motivo, el otro d¡a, mientras hac¡a z ping tratando de rehuir la publicidad televisiva, me detuve en el Canal 33 a o¡r sus respuestas acerca del mencionado Plan. As¡ descubr¡ mi cretinez por haber pensado que incluso ‘l pod¡a albergar algon sentido del rid¡culo. De la forma que le tengo calado y no sab¡a que se limitar¡a a recitar la d’cima tal y como se la han hecho memorizar sus asesores, aderezada con su ret¢rico «Mire ustez», exactamente igual que cuando llegamos al empacho con aquel «¥ V yase se_or Gonz lez! ¥Ustez no tiene credibilidaz!». +l s¢lo sabe que su Plan es la Biblia en verso, y punto. Lo mismo que opina de su controvertida Ley de Extranjer¡a, enmendada a la baja por «ellos» despu’s que ellos mismos la hubiesen apadrinado en otra redacci¢n mucho m s liberal.
Supongo que tiene que ver con aquella idea fija contra la memoria colectiva. A veces me creo que s¢lo lo hacen con la guerra civil y el franquismo, pero se ve que no es as¡. Al parecer por lo que no quieren que recordemos es para poder seguir haciendo mangas y capirotes a su aire. Estamos perdidos si no llueve.
Jordi Portell