Prueba de que el Estado español no intenta llegar a un acuerdo sino, en cambio, quebrar la compañía es que nuestro gremio, a pesar de no cobrar los salarios y de tener 58 Tripulantes despedidos no ha tomado ninguna medida de fuerza y ha aceptado la convocatoria al arbitraje.
Por otro lado hemos ratificado nuestro compromiso de optimizar la productividad de los recursos técnicos y humanos, y hemos formulado diversas propuestas para bajar los costos, tales como: optimizar la programación de los Tripulantes de Cabina, la fusión de Aerolíneas y Austral, facilitar los reemplazos de los retiros voluntarios pendientes, etc.
En este marco queda claro que el conflicto no es de índole laboral, ya que a la empresa le queda un solo avión propio, 1.000 millones de dólares de deuda y el gerenciamiento español sigue apostando a las pérdidas y al achicamiento.
La empresa ya no paga los salarios ni el combustible y no consigue más crédito para solventar las operaciones. Lamentamos que el Ministro Cavallo, en lugar de presionar al Gobierno espa_ol para que se haga cargo del endeudamiento, declare que este no es un problema de los gobiernos.
Desde entonces sigue declarando que Aerol¡neas tendr¡a que quebrar como cualquier empresa privada. Parece olvidar que durante el menemismo renegoci¢ los t’rminos de esta privatizaci¢n, permitiendo la liquidaci¢n de todos los activos de Aerol¡neas, legitimando el vaciamiento.
Este fundamentalista del mercado ignora lo que conocen todos los gobiernos serios: la importancia de la actividad aerocomercial para el desarrollo econ¢mico de una naci¢n.
Alicia Castro
Sec Gral de la Asociaci¢n Argentina de Aeronavegantes y Diputada Nacional
