1.Los atentados terroristas del pasado 11 de setiembre constituyen actos bárbaros y merecedores de la más inequívoca condena. Los atentados de Nueva York y Washington deben ser considerados un ataque a la humanidad y a los valores democráticos que defiende la federación Los Verdes-Izquierda Verde. Esta Federación comparte el dolor y la solidaridad con las víctimas que los atentados han despertado en todo el mundo, así como la firme determinación de que los autores de estos atentados no queden impunes y sean llevados frente a la justicia.
2.Más que nunca, tras los atentados del 11 de setiembre, debemos reafirmar nuestra oposición a cualquier tipo de totalitarismo. Los autores de los atentados, lejos de representar a los oprimidos del mundo o al conjunto del mundo islámico, persiguen la imposición por todo el mundo musulmán de regímenes inaceptables, que violan todos los derechos humanos y que relegan a las mujeres a condiciones ignominiosas.
3.La respuesta a los atentados no debe ser una escalada b’lica que podr¡a alimentar en todo el mundo musulm n el odio contra Estados Unidos y otros pa¡ses occidentales y que podr¡a fortalecer el fundamentalismo teocr tico. La poblaci¢n afgana, v¡ctima de dos d’cadas de guerra y de represi¢n, no debe ser ahora la v¡ctima de las represalias occidentales sino que debe verse libre del r’gimen talib n. En este sentido, desde la Federaci¢n Los Verdes-Izquierda Verde, pedimos que se intensifique el esfuerzo en las soluciones pol¡ticas por encima de las militares. Apostamos
por la estabilidad de Afganist n y de la regi¢n sin nuevas injerencias extranjeras.
4.Despu’s del 11 de setiembre, se hace m s necesaria que nunca la construcci¢n de f¢rmulas de protecci¢n internacional de los derechos humanos. Debemos avanzar r pidamente hacia el Tribunal Penal Internacional permanente y de jurisdicci¢n universal. Tambi’n se hace urgente profundizar en la construcci¢n de una estructura pol¡tica internacional al servicio de la paz y delbienestar de todas las personas. Debemos avanzar hacia unas Naciones Unidas m s fuertes y m s democr ticas. Debemos reformar los organismos financieros internacionales en favor de la equidad. Debemos construir mecanismos multilaterales de seguridad compartida basados en la prevenci¢n de conflictos.
5.Asimismo, se pone de manifiesto la necesidad de reforzar a Europa. Europa debe ser capaz de articular una pol¡tica propia, y defender los valores de una mundializaci¢n diferente, atenta a los valores de la diversidad, defensora de todos los derechos sociales y comprometida con la resoluci¢n pac¡fica de los conflictos.
6.En el mundo de despu’s del 11 de setiembre, tenemos que permanecer vigilantes ante cualquier retroceso de las libertades que se nos quiera imponer en nombre de la seguridad. Tenemos que negarnos a la criminalizaci¢n de la disidencia: en este sentido, nos preocupa la utilizaci¢n de la amenaza terrorista para desacreditar a los movimientos pac¡ficos de cr¡tica a la globalizaci¢n neoliberal. Afirmamos que la profundizaci¢n en las libertades es necesaria para la creaci¢n de un mundo m s seguro.
7.En un mundo tan interrelacionado como el nuestro, no hay seguridad posible mientras la mitad de la poblaci¢n tenga que subsistir con menos de dos d¢lares al d¡a. Es necesario que existan condiciones de vida digna para todas las personas y que se corrija el brutal desequilibrio entre el Norte y el Sur. La seguridad exige mucho m s que la capacidad armament¡stica.
8.Nos negamos a la identificaci¢n entre el conjunto del mundo musulm n con el islamismo fan tico y con el terrorismo. Los oltimos a_os han conocido fanatismos criminales de todos los signos religiosos: musulm n en Afganist n, cristiano ortodoxo en los Balcanes o jud¡o en Israel. Tambi’n nos negamos a admitir que nos dirigimos hacia un choque de civilizaciones. Los an lisis de este tipo son profec¡as que promueven su propio cumplimiento. Levantar el fantasma de un supuesto enemigo isl mico de la civilizaci¢n occidental es una de las mejores contribuciones a los enfrentamientos.
9.Los atentados del 11 de setiembre desacreditan la pol¡tica de doble moral que ha seguido rigiendo al mundo tras la guerra fr¡a. Las antiguas alianzas occidentales (Irak, los talibanes) alimentan el fanatismo. Mientras tanto, otros reg¡menes pueden ocultar sus propias violaciones de los derechos humanos en su condici¢n de aliados de Occidente (Arabia Saud¡) o pretenden utilizar el terrorismo para justificar sus actuaciones represivas indiscriminadas (Rusia en Chechenia).
10.Tras el 11 de setiembre, y tras la respuesta b’lica iniciada el 7 de octubre, nos reafirmamos en la necesidad de una pol¡tica solidaria de acogida a las personas inmigrantes. El gobierno espa_ol, en lugar de aceptar de forma acr¡tica y sin debate ciudadano la respuesta de Estados Unidos, deber¡a esforzarse en el di logo entre los diferentes pueblos del Mediterr neo como camino en la construcci¢n de la paz.
