Mi esposa y yo pasamos las primeras horas del día -después de que nos despertaran llamados telefónicos de nuestros padres- tratando de contactar a nuestra hija en la escuela en Nueva York, y a nuestro amiga JoAnn quien trabaja cerca del World Trade Center.
Llamé a JoAnn a su oficina. En el momento en que alguien atendió, la primera torre se desplomó, y la persona que estaba al teléfono gritó y huyó, dejándome sin saber nada sobre JoAnn, si estaba viva o no.
Fue un día horrible, aterrador, doloroso.
El 27 de diciembre de 1985 quedé atrapado en medio de un incidente terrorista en el aeropuerto de Viena, que dejó 30 muertos, allí y en el aeropuerto de Roma. (Los atentados en cada ciudad estaba sincronizados para ocurrir en el mismo momento.)
No tengo ganas de discutir los acontecimientos de anoche, porque todavía me trae demasiada desesperanza y confusión respecto de cómo y por qué tuve que vivir… un hecho fortuito, un error, a unos pocos pies del asfalto, y que aún esté aquí y allá, merced a…
A salvo. Seguro. Soy un americano que vive en Am’rica. Me gustan mis ilusiones. Atravieso un detector de metales, pongo mi equipaje de mano a trav’s de una m quina de rayos X y s’ que todo va a andar bien.
Aqu¡ hay una peque_a lista de mis experiencias recientes con la seguridad en aeropuertos:
* En Newark, el avi¢n tarda en cargar a toda la gente. La persona que me atiende en el mostrador no encuentra mi asiento. As¡ que me dice que «siga y entre»… ¥sin el ticket!
* En Detroit, me niego a poner en la m quina de rayos X el almuerzo que acabo de comprar, as¡ que le paso al guardia la bolsa a trav’s del espacio que queda entre el detector de metales y la m quina. Le digo: «Es s¢lo un sandwich». +l me cree y no se molesta en controlar. La bolsa no pasa por ningon artefacto de seguridad.
* En La Guardia, despu’s de despachar una valija, decido tomar el vuelo que sale m s tarde. El primer avi¢n parte sin m¡ pero con mi valija, sin que nadie sepa qu’ hay en ella.
* De vuelta a Detroit, me tomo mi tiempo para salir de la nave. En el momento en que termino de bajar las escaleras, el ¢mnibus que lleva a los pasajeros hasta la terminal ya se fue. Sin m¡. Estoy solo en la pista, libre de vagar por donde quiera. Y as¡ lo hago. Al rato, le hago se_as a una camioneta y un mec nico me lleva el resto del camino hasta la terminal.
* He llevado conmigo cuchillos y m quinas de afeitar. Y una vez mi acompa_ante de viaje llev¢ consigo un martillo y un cincel. Nadie nos detuvo.
Por supuesto, nunca tuve probleas con todo esto porque las l¡neas a’reas consideran que mi seguridad es TAN importante que le pagan a un polic¡a rentado $5,75 por hora para asegurarse de que los tipos malos no se suban a mi avi¢n.
Eso es lo que vale mi vida: menos que el costo de una carga de gasolina.
Te parece demasiado duro? Bueno, medit sobre esto: un piloto de American Eagle (de American Airlines) recibe alrededor de $15.000 como paga anual.
S¡, $15.000 para la persona que tiene tu vida en sus manos. Hasta hace poco, la Continental Express pagaba un poco m s de $13.000 por a_o. Hubo un tipo, un piloto de American Eagle, que ten¡a cuatro hijos. As¡ termin¢ yendo a la seguridad social y se postul¢ para un empleo de etiquetador de comida… ¥y lo eligieron!
+Alguno de los de seguridad social maneja mi avi¢n? +Es verdad? S¡, lo es.
Para ahorrarme toda la charla acerca de las precauciones que toman las aerol¡neas y las fuerzas armadas. Ellos, como en todos los negocios, se preocupan s¢lo por una cosa: el margen de beneficios.
¨Cuatro equipos de entre 3 y 5 personas pudieron atravesar la seguridad a’rea en la misma ma_ana en tres aeropuertos distintos y llevar a cabo este acto atroz? Mi onica respuesta es: +Eso es todo?
Bien, los expertos est n con diarrea, y expelen la cosa de la «amenaza terrorista» y del tipo m s aterrador del planeta hoy: Osama bin Laden. Eh, qui’n sabe, tal vez ‘l lo hizo.
Pero eso no termina con todo.
¨Me piden que crea que este tipo que duerme en una carpa en un desierto estuvo entrenando pilotos para que puedan volar nuestros m s modernos y sofisticados jumbos con tanta precisi¢n como para darle a esos tres objetivos sin que nadie se pregunte por qu’ esos aviones estaban tan alejados de sus rutas?
+O me piden que crea que justo hab¡a cuatro fan ticos religiosos y pol¡ticos que RESULTA que sab¡an pilotear esos aviones y que RESULTA que quer¡an suicidarse?
Tal vez ustedes puedan encontrar un piloto de jumbo que quiera morir por la causa, +pero CUATRO? Ok, tal vez puedan. Yo no s’…
Lo que s¡ s’ es que durante todo ese d¡a he escuchado de todo acerca de este tal bin Laden excepto esto:
¥NOSOTROS creamos ese monstruo conocido como Osama bin Laden!
¨D¢nde aprendi¢ terrorismo? ¥En la CIA!
No me crean a m¡. Vi un segmento en la NBC el a_o pasado que se trataba de eso. Cuando la Uni¢n Sovi’tica ocup¢ Afganist n, la CIA lo entren¢ a ‘l y a sus muchachos en c¢mo perpetrar actos de terrorismo contra las fuerzas sovi’ticas.
¥Y funcion¢! Los sovi’ticos dieron media vuelta y se fueron corriendo. Bin Laden est agradecido por lo que le ense_amos y pens¢ que tal vez ser¡a divertido usar esas mismas t’cnicas contra nosotros.
Nosotros aborrecemos el terrorismo… a menos que seamos nosotros los terroristas.
Pagamos y entrenamos y armamos un grupo de terroristas en Nicaragua en los a_os 80, que mat¢ a m s de 30.000 civiles.
+se fue NUESTRO trabajo. El tuyo y el m¡o. ¥Treinta mil civiles asesinados y qui’n **** se acuerda de ellos!
Nosotros financiamos un mont¢n de reg¡menes opresivos que han asesinado a cantidades de gente inocente, y nunca dejamos que ESE sufrimiento humano interrumpiera nuestros d¡as ni por un momento.
Hemos hecho hu’rfanos a tantos chicos, decenas de miles en todo el mundo, con el terrorismo pagado por nuestros impuestos (en Chile, Vietnam, Gaza, Salvador…) que supongo que no deber¡amos sorprendernos cuando esos hu’rfanos crezcan y se golpeen la cabeza a causa del horror que nosotros hemos ayudado a causar.
S¡, nuestas recientes bombas dom’sticas terroristas no estuvieron manejadas por un tipo desde el desierto, sino m s bien por nuestros propios ciudadanos: un par de ex militares que odiaban al gobierno federal.
Desde los primeros minutos de los hechos de hoy, no escuch’ que nadie sugiriera esa posibilidad. ¨Por qu’?
Tal vez porque los rabes son mejores enemigos. Un ingrediente clave para hacer que los americanos se sacudan con frenes¡ contra un nuevo enemigo es la tan importante identidad racial.
Es mucho m s f cil hacernos odiar cuando el objeto de nuestro odio no se parece a nosotros.
Los congresistas y senadores se pasaron el d¡a pidiendo m s plata para los militares. Un senador en la CNN lleg¢ a decir que ‘l no quer¡a escuchar hablar m s sobre dinero para educaci¢n o salud.
Que nuestra prioridad deber¡a ser una sola: la autodefensa.
Alguna vez llegaremos al punto en que nos demos cuenta de que estaremos m s seguros cuando el resto del mundo no viva en una pobreza tan grande mientras nosotros podemos tener bonitos zapatos.
En s¢lo 8 meses, Bush logr¢ que el resto del mundo vuelva a odiarno. Se retir¢ del acuerdo de Kyoto, nos sac¢ de la conferencia sobre el racismo de Durban, insiste en retornar a la carrera armamentista… Lo que se te ocurra, nombralo, y Bush seguro que lo arruin¢.
Esta noche, los senadores y congresistas estallaron en una versi¢n espont nea de «God Bless America». ¥No cantan nada mal!
S¡, Dios, bendice (bless) a Am’rica.
Esta noche, muchas familias fueron devastadas. Esto, simplemente, no est bien. No merecen morir. Si alguien hizo esto para vengarse de Bush, entonces lo hizo asesinando a ¥miles de personas que NO LO VOTARON! Boston, Nueva York, Washington y los destinos californianos de los aviones que estrellaron, fueron todos lugares que votaron CONTRA Bush.
¨Por qu’ matarlos? ¨Por qu’ matar a nadie? Qu’ locura…
Llevemos luto, lloremos a los muertos, y cuando sea apropiado examinemos nuestra contribuci¢n al inseguro mundo en el que vivimos.
No tiene que ser as¡…
Michael Moore
Periodista norteamericano