Los ingleses en particular, lo han resaltado por múltiples razones, entre las que se destacan podemos mencionar las que lo distinguen para unos, por haber muerto al servicio del Rey, para otros por haberlo hecho al servicio de su patria, y por último para muchos, por haberlo hecho al servicio de Dios.
Peter Stanford en el Independent on Sunday afirmó: ôpara los Católicos, Moro es un mártir que perdió la cabeza porque se negó a anteponer las necesidades de Enrique VIII a las del Papa. Para los abogados, Moro fue un Lord Chancellor de elevados principios que sintetiza la estructura mental de su profesión. Y para los liberales, simboliza al hombre de conciencia que prefirió morir antes que someterse a la voluntad del tirano.ö (íqué distinto piensan estos liberales de los nuestros!)
En otro periódico inglés se destaca que Moro ôRenunció al cargo de Lord Chancellor sólo cuando no tuvo más remedio. Evitó enfrentarse con Enrique hasta que el enfrentamiento fue inevitable. Esquivó la persecución sin escabullirse, el martirio no tenia ningon encanto para ‘l».
Los anglicanos lo honran el 6 de Julio en su calendario como «un m rtir en aras de la conciencia.»
La firmeza de sus actitudes, en el sentido de enfrentar el despotismo de la dictadura, hace que haya sido elegido como figura inspiradora por moltiples organizaciones seculares de diverso car cter, como puede ser la +cole Nationale d¡Administration, de Paris, Francia, o el CollSge d¡Europe, de Brujas, B’lgica.
Por oltimo S.S. Juan Pablo II, el 5 de Noviembre del a_o pasado, en el marco del «Jubileo de la Cosa Poblica», lo proclam¢ «Patrono de los Pol¡ticos y Gobernantes».
Este papel fue muy bien ganado en atenci¢n a que la dirigencia pol¡tica del mundo siempre lo ha destacado muy especialmente porque, aon cuando era un fiel servidor y eficaz funcionario del Estado, fue capaz de incurrir en desobediencia civil, valorando la conciencia por encima de su propia vida.
Los nuevos sobornos en el Senado de la Naci¢n
Modelos y ejemplos como ‘ste, siempre son destacables, pero ¥qu’ magnitud adquieren! si se los compara con la moribunda dirigencia que hoy observamos, en particular en la expresi¢n de la inmensa mayor¡a del Senado de la Naci¢n Argentina, paradigma de m xima inconciencia.
Nos referimos a esos «esforzados» dirigentes que por dos veces en el a_o han trabajado un domingo. La primera vez para violar la Constituci¢n, otorgando privilegios especiales a un funcionario cuya propuesta fue claramente repudiada en las oltimas elecciones, y que hoy ostenta el m s alto grado de rechazo, convirti’ndose (en dura lucha) en el funcionario con peor imagen del gobierno, segon una encuesta de la consultora Aresco, publicada en estos d¡as.
La nueva labor dominical de los senadores fue para aprobar la desigualdad ante la ley, lo que significa que el Estado Nacional privilegie a un reducido nomero de sus acreedores (la usura financiera) frente a jubilados, trabajadores, embarazadas, y peque_as empresas, entre otros confiscados, para seguir atendiendo la voracidad del saqueador.
Pero como este Senado se encuentra totalmente desprestigiado (por buenas razones y de las otras) era necesario montar un espect culo que «disimulara» el nuevo soborno.
Para eso se present¢ una campa_a de terror medi tico, editorializada por «prestigiosos» medios instando a los protagonistas a «tener la valent¡a» de dar una pantalla legal al fraude confiscatorio.
As¡ escuchamos discursos de una falsedad notoria, donde nadie puede dejar de destacar con el «Mart¡n Fierro a la hipocres¡a» al pronunciado por el Senador Leopoldo Moreau.
Todo para luego votar a favor, o pararse y retirarse (como hicieron los senadores menemistas), para dar el nomero necesario a una alquimia num’rica que confundi¢ hasta al ilustre presidente del cuerpo.
Pero hay un dato que no puede dejar de mencionarse, el punto clave de la apropiaci¢n cont¢ para lograr imponerse, con un onico voto favorable de la bancada del Justicialismo, en la persona del Sr. Omar Vaquir, representante (te¢ricamente) de Santiago del Estero, quien cambi¢ su voto por su designaci¢n como embajador en Kuwait, afirmando luego con el cinismo que caracteriza a una reducida parte de sus paisanos (muchos de los cuales se dedican a la pol¡tica), que «no pod¡a votar contra el presidente del cual acaba de ser designado embajador.»
La verdadera Democracia:
Muchas veces hemos afirmado que los argentinos hab¡amos recuperado la democracia meramente electoral, y no la verdadera democracia, donde el gobierno hace lo que el pueblo quiere.
No puede haber democracia verdadera, con apropiaci¢n de los recursos de la poblaci¢n y mientras se conculcan los derechos leg¡timos de nuestro pueblo.
La democracia que impide, o limita gravemente entre otros el derecho a la participaci¢n, el derecho al trabajo, o el derecho a la libertad de opini¢n e informaci¢n, no es democracia.
Cuando hablamos de «crisis de la pol¡tica», o acerca de la necesidad de una «reforma pol¡tica», nos referimos – como ya hemos planteado en diversas oportunidades – a la ilegitimidad que representa la ruptura del contrato sellado entre el mandante y el mandatario, por incumplimiento por parte de ‘ste de la palabra empe_ada y del mandato recibido.
Terminar con la mentira:
Los medios de comunicaci¢n nos han invadido con un absurdo pensamiento economicista, que encubre su subordinaci¢n a quienes se han apropiado de la riqueza de los argentinos, llev ndonos a una situaci¢n que podr¡amos calificar de catastr¢fica, signada adem s por el disimulo sobre graves problemas de nuestra patria como son, entre otros, la ruptura del tejido social, la p’rdida de los h bitos del trabajo, y la desorientaci¢n cultural, con la consecuente situaci¢n de anomia, producto de la crisis valorativa de grandes sectores de nuestra poblaci¢n, lo que a su vez permite ahondar en la confusi¢n.
De la misma manera que hace muchos a_os el Gral. Per¢n preguntaba ¨Qui’n de Uds. ha visto un d¢lar? para demostrar la falsedad de una cuesti¢n medi tica abstracta, en ese momento, nos preguntamos, por ejemplo: +A qui’n puede afectar una devaluaci¢n? +Al cincuenta por ciento de la poblaci¢n que no tiene trabajo, o est sub-ocupado, o tiene graves problemas de trabajo en negro? Seguramente que no, pues no est en condiciones de asumir ninguna deuda ni en pesos ni en d¢lares; +Al conjunto de los jubilados?, de los cuales el 85% de ellos perciben menos de $500.- mientras que los funcionarios debaten si tienen que hacerles una quita sobre estas rid¡culas acreencias o no, a estos tampoco; por oltimo +Al conjunto de los trabajadores que aon continoan si’ndolo, y que hace mucho tiempo que no tienen acceso a ningon tipo de cr’dito? L¢gicamente no. En consecuencia cu l es la causa de que hablemos sistem ticamente de la «necesidad vital» de defender – por ejemplo – una paridad en una cuesti¢n que nos es ajena.
Lo mismo pasa con otros ¡ndices y cuestiones a las que arbitrariamente nos vemos sometidos a diario, todo con el terrorismo del «default», de «la ruptura de la convertibilidad», etc., etc., para prolongar la perversa situaci¢n ag¢nica de un sistema que no merece vivir.
Por otra parte, y tal como anunciaba cual ave de mal ag_ero el Senador Moreau, vienen por m s.
Y de esto no caben dudas, mientras un gobierno que ha demostrado ser el resultado de un sistema de complacencia sin l¡mite a la presi¢n de la usura, sigue entregando lo que piden, l¢gicamente vienen por m s. Y as¡ como la reforma laboral no los calm¢, tampoco lo hizo la quita a los empleados estatales, ni el blindaje, ni el megacanje, ni cada uno de los setenta veces siete planes de ajuste, tampoco los calma este sinistro plan de dependencia, y al otro d¡a del que la extorsi¢n planteaba que si no se aprobaba el plan ca¡amos en el abismo, nada cambi¢, seguimos al borde del precipicio, y ahora quieren Energ¡a At¢mica, el Banco de la Naci¢n y el de la Provincia de Bs. As., los sistemas de salud y las obras sociales, etc., etc., etc.
La Argentina que se nos ofrece resulta invivible y la econom¡a que se nos plantea es destructora tanto del trabajo (y del salario) as¡ como de los mercados, reemplazando la producci¢n por la especulaci¢n, y olvidando que todos los pa¡ses desarrollados en su historia y en la actualidad, han privilegiado tanto su propia producci¢n como el desarrollo del mercado local. En consecuencia urge tomar las medidas que corresponden como parte de un gran consenso entre la producci¢n, el trabajo, la dirigencia pol¡tica, religiosa y cultural, que acuerden el cambio de la paridad monetaria a favor de la Naci¢n y su Pueblo, y no que ‘sta sea impuesta por la especulaci¢n.
De la misma manera se hace imprescindible decidir en forma ordenada y programada la suspenci¢n y renegociaci¢n seria de los pagos de la deuda externa, partiendo de la inexorable conciencia de los acreedores de que el riesgo es mayor para todos si no se toman las medidas que corresponden, con la onica discusi¢n pendiente acerca del porcentaje de la quita y la forma de reprogramaci¢n y cancelaci¢n de los saldos, elementos que los acreedores no ponen en duda.
De esta manera se debe volver a una econom¡a de producci¢n, poniendo ‘sta al servicio del hombre, como expresi¢n de una filosof¡a profundamente humanista y cristiana.
Otra Argentina es posible:
Los argentinos merecemos otro destino. Tenemos un territorio ricamente dotado por la providencia, junto con la inteligencia necesaria para desarrollar un pa¡s poderoso, si fuimos la segunda potencia en producir aviones de reacci¢n, una de las cinco naciones con mayor desarrollo aut¢nomo de energ¡a at¢mica, si la producci¢n tuvo empresas nacionales con desarrollo de punta, como Y.P.F. y Somisa, si tuvimos un alto despliegue tecnol¢gico independiente en todos campos (baste citar Falda del Carmen o el Centro At¢mico de Huemul), en definitiva si fuimos una patria grande con un pueblo feliz, por qu’ no volver a serlo.
Nuestro pueblo se ha destacado, y se destaca, no s¢lo por su capacidad intelectual, sino tambi’n por su capacidad de entrega; qu’ son si no los millones de argentinos que participan de las organizaciones del voluntariado, que como Caritas atienden los d’ficit de un estado abandonado y aband¢nico.
Otra Argentina es posible, la que algunos conocieron y la que todos so_amos, con una nueva y verdadera dirigencia, que nos permita recrear los cuerpos de la comunidad y sus instituciones, recuperando el Estado para ponerlo al servicio de la Naci¢n y como ejecutor de la Voluntad Nacional y Popular.
Sabemos c¢mo hacerlo, y en muy poco tiempo podemos cambiar decididamente el rumbo triste que llevamos por una Argentina donde volvamos a saborear la gloria y acariciar la grandeza.
Esto es lo que merecemos.
Lic. Jorge Aldo Benedetti
ASOCIACION JUBILEO PARA AMERICA