En el Día Mundial de la Lucha Campesina, en conmemoración a la masacre perpetrada contra 19 campesinos del Movimiento Sin Tierra (MST) de Brasil, el 17 de abril de 1996, durante la Segunda Conferencia Internacional de la Vía Campesina en Tlaxcala (México), los manifestantes llegaron a las instalaciones de Novartis con pancartas, máscaras y pitos, además de manzanas y panes biológicos que fueron repartidos, junto con el manifiesto del movimiento internacional de agricultores, Vida Campesina, a los transeúntes.
Formando una cadena humana, los manifestantes impidieron por unos minutos el tránsito de vehículos de una importante vía de la ciudad, llevando cada uno en su pecho una letra grande que en su conjunto rezaba «No a los transgénicos», y que fue una de las imágenes que más llamó la atención de los medios de comunicación que desde las 11:30 de la mañana estuvieron presentes en el acto para registrar una de las acciones que la sociedad civil viene desarrollando en diferentes partes del mundo desde hace varios meses, para manifestarse en contra de los Organismos Modificados Gen’ticamente, OMG.
El acto se desarroll¢ en total normalidad, contando con la colaboraci¢n de la Guardia Urbana que control¢ el tr fico durante m s de 15 minutos. Adentro, en las oficinas de Novartis, nadie dio la cara, predominando as¡ el silencio total que es frecuente en estas multinacionales, dado el riesgo que corren de enfrentar a los manifestantes con los medios de comunicaci¢n de por medio. Entre tanto, los manifestantes aprovecharon la obstaculizaci¢n del tr fico para entregar a los conductores las manzanas y los panes biol¢gicos, as¡ como el manifiesto de Vida Campesina. Otros lanzaron ma¡z contra los vidrios de Novartis, como uno de los productos que m s se ha sometido a transformaciones en aras de aumentar la producci¢n, justificada por las multinacionales como la onica alternativa de calmar el hambre que padecen millones de personas en el mundo.
En Espa_a en 1998 se autorizaron las primeras variedades de cultivos transg’nicos, y en la actualidad es el pa¡s de la Uni¢n Europea con m s cultivos modificados gen’ticamente. Hoy se cultiva una variedad de ma¡z de Novartis (Compa) que llevan
incorporado un gen de la bacteria Bacillus thuringiensis, que en teor¡a la hace resistente al taladro. En el a_o 2000, segon Novartis, se sembraron unas 25.000 hect reas de ma¡z transg’nico, sobre todo en Arag¢n (10.000 hect reas) y Castilla-La Mancha (4.000 hect reas), cantidad similar a la de 1999. Pero tal cultivo tendr que se ser abandonado en el a_o 2005, pues en abril del a_o 2000 el Parlamento Europeo decidi¢ que a partir de ese a_o no se cultiven semillas transg’nicas cuando sean resistentes a los antibi¢ticos, como es el caso del ma¡z Compa de Novartis (o Syngenta, creada por Novartis por razones econ¢micas y de imagen).
Despu’s de casi dos horas de proclamas, pitos y palmas, los manifestantes tocaron a las puertas de la multinacional,con el nimo de entrar pac¡ficamente a hacer entrega del manifiesto de Vida Campesina, que m s adelante se reproduce. «En el marco de la Campa_a contra el Banco Mundial – Barcelona 2001, el D¡a Mundial de la Lucha Campesina se_ala nuestra primera acci¢n poblica, que concretamos en la lucha contra los transg’nicos.
Las semillas transg’nicas, caras y est’riles, no vienen a acabar con el hambre en el mundo como promete la industria biotecnol¢gica. Bien al contrario, son una vuelta de tuerca m s para sacar legalmente a los campesinos de sus tierras. Las semillas transg’nicas son est’riles: no se reproducen y hay que comprarlas cada a_o; y son caras: millones de agricultores no tienen dinero para comprar lo que leg¡timamente les pertenece; despose¡dos de las semillas, abandonan las tierras.
«La contaminaci¢n gen’tica trae a la Humanidad un nuevo elemento: los efectos en la salud de las personas y en el medio ambiente, son irreversibles. Los errores gen’ticos que se cometan hoy no se pueden reparar», manifestaron voceros del acto. A su vez, denunciaron la complicidad entre los gobiernos y las multinacionales de la biotecnolog¡a para la implantaci¢n de los cultivos y la comercializaci¢n de los alimentos transg’nicos en sus tierras; que la mayor parte de los centros de investigaci¢n, tanto poblicos como privados, est’n financiados por las mismas multinacionales que contaminan; y que buena parte de los medios de comunicaci¢n est’n sometidos tambi’n a la dictadura del poder econ¢mico a nivel mundial.
Acciones determinantes
Las peticiones de Vida Campesina, contempladas en su manifiesto y apoyadas por miembros de la sociedad civil que se dieron cita en las instalaciones de Novartis son:
1.- Parar las importaciones a bajo precio y aplicar el principio de la soberan¡a alimentaria.
2.- Exclusi¢n de la Organizaci¢n Mundial del Comercio (OMC) de toda negociaci¢n relacionada con la producci¢n y los mercados de los alimentos. Denunciamos a la OMC como un verdadero instrumento antidemocr tico al servicio de las multinacionales que nos est n imponiendo la pol¡tica de Liberalizaci¢n de los Mercados. Los Tratados de Libre Comercio y de la OMC en la agricultura est n desviando la producci¢n dom’stica hacia la producci¢n intensiva de exportaci¢n y forzando a millones de campesinos y pueblos ind¡genas hacia la bancarrota total. Hay que parar estas pol¡ticas neoliberales que convierten a los campesinos/as e ind¡genas en desplazados en su propio pa¡s, o en trabajadores/as ilegales en la producci¢n intensiva industrial.
3.- Aplicaci¢n del principio de la soberan¡a alimentaria como primer principio en la formulaci¢n de pol¡ticas agr¡colas que tienen que asegurar una producci¢n campesina y diversificada de alimentos sanos, precios que remuneren el trabajo campesino, la reactivaci¢n de las pol¡ticas de reforma agraria, una regulaci¢n de los mercados para evitar excedentes y un paro de la industrializaci¢n de la producci¢n agr¡cola.
4.- Abolici¢n de las subvenciones y otras ayudas a la exportaci¢n como parte de medidas para evitar el dumping y la importaci¢n a bajos precios.
5.- Abolici¢n de la obligaci¢n de aceptar importaciones hasta el 5% del consumo interno. Cada pa¡s debe tener y aplicar el pleno derecho de proteger su producci¢n alimentaria contra importaciones. Hay que parar la apertura forzada de nuestros mercados para importaciones a bajo precio que destruyen la producci¢n alimentaria y aumentan aon m s la miseria y el hambre en los medios rurales.
6.- No a los Organismos Gen’ticamente Modificados (OGMs) y a las Patentes en la agricultura y S- a las semillas campesinas.
7.- Prohibici¢n de los OGM de la agricultura. Son lesivos para los agricultores, los consumidores y el medio ambiente.
8.- Prohibici¢n de las Patentes de la vida. No puede ser que esta riqueza y diversidad desarrollada por el propio campesinado, se convierta en la propiedad privada de algunas empresas transnacionales.
9.- Establecer marcos jur¡dicos diferentes que reconocen a las semillas y otros recursos gen’ticos como patrimonio de la Humanidad y que respeten el car cter colectivo de estos derechos y el libre acceso a los recursos gen’ticos.
10.- Prohibici¢n de semillas «muertas» y otras tecnolog¡as que impiden al agricultor reproducir sus propias semillas. Semillas muertas dan plantas con semillas inf’rtiles lo que significa que los campesinos/as y productores/as tendr n que comprarlas a_o tras a_o. Este hecho nos sitoa en dependencia de las transnacionales y nos excluye de la producci¢n.
11.- Reconocimiento de los derechos del agricultor al control y a decidir el futuro de los recursos gen’ticos. Como agricultores hemos resguardado los recursos gen’ticos en la agricultura, somos depositarios del esfuerzo y conocimiento de las generaciones que han creado esta riqueza biol¢gica, por ello exigimos que se reconozcan nuestros derechos.
Por Ayda Ardila C rdenas