Su patético discurso monocorde a favor de la vida humana, pariente de aquel argumento clásico de los analfabetos ôyo sólo sé que…ö, mientras pretende que cualquier soberanista no defiende lo mismo por asociación de ideas, no hace más que dar la razón a los que dicen que por las buenas no hay nada que hacer y que no hay acción política que valga para conseguir ejercer un derecho que tienen. Ese argumento ya es viejo. Es el mismo que usaban los franquistas cuando pretendían asimilar a quienes deseaban el advenimiento de la democracia por medios pacíficos con otros grupos que no le hacían ascos a un poco de acción violenta para conseguir el mismo objetivo, o la soez identificación de cualquier opositor al régimen con el ôcomunismoö, convertido en la bestia negra del fascismo. Viene a ser algo así como si, para solucionar el problema de Irlanda del Norte, Bertie Ahern diera su apoyo a los sectores más bestias del IRA-Auténtico y Tony Blair al sector más cerril de la Fuerza de Voluntarios del Ulster en lugar de a los partidos m s moderados de ambos bandos. All¡, como en bastantes otros lugares, la autodeterminaci¢n como principio va ganando terreno. Ni siquiera se contempla esta especie de fractura social por la lengua propia del pa¡s – como se provoca aqu¡ en bastantes ocasiones – que tanto gusta a los centralistas. Puede decirse que desde hace siglos, desde los tiempos de «At the rising of the moon», que ni siquiera hacen cuesti¢n de la pr ctica desaparici¢n de la lengua aut¢ctona de aquella naci¢n, el ga’lico irland’s, a causa de un genocidio cultural no menos sangrante que otros cometidos por estos andurriales mal que les pese a Aznar y a la ministra Del Castillo. Las canciones m s significativas del IRA son, desde siempre, en lengua inglesa, como aparece incluso en la pel¡cula pro nacionalista de Ken Loach – ingl’s, por cierto – «Hidden agenda» (1990), donde en un club republicano del Sinn Fein – «Nosotros Solos» en ga’lico – un par de elementos cantan desde el estrado una melodiosa e ingeniosa justificaci¢n de la violencia terrorista, mientras su poblico les escucha boquiabierto siguiendo la canci¢n con los labios.
Ser’ tan claro y rotundo como me sea posible. A m¡, en un primer momento, no me pareci¢ demasiado bien que el primer dato sobre la pol¡tica del nuevo gobierno Ibarretxe fuera de corte soberanista. Por mucho que los nacionalistas ganaran las elecciones con cierta holgura, me parec¡a que eso era m s un tema del partido que del gobierno que, segon mi criterio, tiene que serlo de todos, incluso l¢gicamente del casi cincuenta por ciento de vascos que no parecen estar por esa labor, tanto si los mal llamados «constitucionalistas» hab¡a abusado de este eslogan, contraponiendo en falso el respeto por la constituci¢n y el nacionalismo vasco, como si no. Pero en el mismo momento que los espa_olistas han empezado a rasgarse las vestiduras, y no precisamente en el sentido que mencionaba sino en el del centralismo de siempre, me qued¢ definitivamente aguada esta primera impresi¢n y me apercib¡ del acierto del lehendakari haciendo lo onico que puede poner en solfa el final del apoyo que aun le quede a ETA, o por lo menos menguarlo sustancialmente. Hace unas semanas, una buena amiga m¡a me dec¡a que la gente no las tiene nada claras estas cosas y que ser¡a necesario que se dijesen en voz alta y sin tapujos. A m¡ me parece que ya se ha hecho, por lo menos aqu¡ en Catalunya, pero ocurre que a ratos los nacionalistas de por aqu¡ gastan demasiada ambig_edad – los que cortan el bacalao, quiero decir, no los otros, pobres, que bastante trabajo tienen para hacerse o¡r un poco – como resultado de su conchabanza con los «peperos», y no acaban de ponerle suficiente ‘nfasis, m s preocupados por sostenerse en el gobierno como sea que por el hecho nacional y la defensa seria del derecho de los pueblos a su autodeterminaci¢n, por constituir uno de los derechos humanos m s importantes.
Dig moslo alto y claro. No cabe ese «constitucionalismo» que predican el PP y el PSOE en un estado de derecho, porque al partir de la calidad de intocable del texto actual pone al mismo nivel fascismo y democracia, argumentando, como hizo el otro d¡a el l¡der del PSOE, que todos renunciaron a sus programas m ximos con tal de llegar a un acuerdo que lo hiciera posible, y que es eso lo que ahora lo hace intocable. Yo quisiera que me explicasen a qu’ renunciaron los sectores fascistas que no fuera a seguir con su dictadura – suponiendo que hubieran podido realmente hacerlo – y por qu’ demonios tenemos que agradecerles a perpetuidad esta «renuncia» suya a base de hacernos nuestras sus obsesiones doctrinales sobre los diversos hechos nacionales que existen en este rinc¢n de Europa. Tambien en qu’ consisten esos programas m ximos del PP y el PSOE, esos que ahora enarbolan como «renuncias» suyas para reclamar que los nacionalistas vascos dejen para las calendas griegas la prevista consulta popular sobre la autodeterminaci¢n de su pa¡s. ¨Quiz s la «suspensi¢n temporal del orden constitucional» otra vez, los unos, y la «socializaci¢n de la econom¡a y los medios de producci¢n», f¢rmula m s que probada y fracasada, los otros? Cojamos carrerilla y salgamos corriendo cuanto antes mejor, creedme.
Jordi Portell