Hay hambre !, se siente hambre y los más chicos empiezan a llorar; una señora saca de algún lugar un pomo de cristal que contiene líquido incoloro, lo destapa y se riega el olor a azúcar amarga. El muchacho a su lado se empina el pomo con desesperación, y se escucha al fin el pito de una locomora rusa hiriendo los miembros mutilados de cada quien.
Casi se arrastran, alguna vez por los Æ70 hubieran corrido aplastándose los unos a los otros, pero ahora están castrados por la hambruna de más de 40 años. No cabe un cartel más en el anden; y la foto gigantesca del tipo ôde los tennisö está en el mismo lugar en que la dejaron en algún año de los Æ70. La peste a orine asalta los estómagos vacíos, pero al fin cada cual halló donde volver a tumbarse en los vagones del tren. Nadie mira hacia donde espera el rostro hosco del vecino, hace mucho que perdieron el hábito de los ôbuenos díasö; arranca al fin la inmunda locomotora rusa y al traqueteo de siempre no se le resiente nadie: están habituados.
Alguien de entre los asientos del oltimo vag¢n ruso se echa a llorar, pero termina por adormilarse por falta de fuerzas; ‘l sabe que no los llevan a ningon crematorio nazi, pero est harto. El pollo flaco que lleva bien escondido la viejita de al lado, tambi’n dormita. La peste a orine se acrecienta cada vez que el tren tiene que aminorar la marcha; aon no ha salido de la ciudad de Santiago, aon les falta un largo calvario hasta el lugar de destino, sea el que fuere para cada cual.
Pero al menos cada cual echa c lculos del tiempo que ha de esperar para poder comerse la pr¢xima basofia con qu’ entretener el est¢mago, al menos cada quien sabe m s a o menos cu nto le durar este mal trago de viajar por entre ciudades y campos arrasados.
Pero a la locomotora se le ocurre romperse por 4 largas horas casi entrando a la provincia de Camaguey, y el calor de un d¡a sin esperanzas les abofetea en medio de una campi_a donde no se ven ni moscas; empujan no se sabe c¢mo a aquello, est n frente a un pueblucho de fantasmas. Cuatro o cinco vendedores de matahambre de camino, se lanzan a tratar de venderles algo, pero aparece el ej’rcito de chivatos, CVP’s y reptiles de siempre a tratar de detener esa avalancha, hay gritos, los ni_os se desesperan por el olor, se persigue al vendedor, se le acorrala como a rata de vertedero; no hay agua que tomar y la gente maldice la hora en que vinieron a padecer este mundo, pero alguien recuerda en buen cubano a la madre «del de los tennis». El sol los achicharra y convierte en caldera crematoria cada vag¢n. Sigue la peste; el pollo est a punto de ahogarse pero la vieja le suplica que no haga ruido. Est n los perros de presa de Castro buscando cualquier indicio de ilegalidad dentro de aquello; alguien clama por el agua que no hay.
Esto se repite por el poblado de Florida; se vuelve a romper la grosera locomora rusa por dos largas horas m s. Se repiten los gritos, pero la gente no se le une al muchacho que recuerda esta vez a la madre «del de los tennis» . Desaparecieron al muchacho, apareci¢ de no se sabe d¢nde el lada comandado por los segurosos, cargaron con el muchacho, y «adios Lola». El pollo no da m s . Y la vieja le sopla con sus oltimas fuerzas; tremenda sorpresa cuando se aparezca con este «ser» en su destartalado caser¢n en Mor¢n. Esto la regocija, el pollo vivir despu’s de comer unas semanas las hierbas de la esquina, la misma esquina que hace mucho floreciera vigorosa, donde hacen pasto ahora los pocos perros que quedan.
Y es el aullido de perro hambreado lo que les da la bienvenida en ese pueblo. Qu’ desgracia haber llegado vivos para ver a turistas en plan de irse a de cacer¡a a uno de los cotos de oficiales militares. All van ufanos, rifles nuevos, buena provisi¢n para el viaje, y una abultada versi¢n de bolsillo de una de las novelas de Gabriel Garc¡a M rquez, el incondicional amigo «del de los tennis». Se acab¢ el viaje Santiago-Mor¢n; ya nadie se acuerda del muchacho que fu’ arrestado durante el trayecto, hay mucha hambre que no deja pensar.
(Cuento basado en testimonio real, denuncia transmitida desde Cuba)
Napole¢n L G¢mez
http://profiles.yahoo.com/corso03
Exprisionero Pol¡tico Cubano.
Licenciado en Historia y Ciencias Sociales