Se queja de que la lengua de ocio es el español, por lo que da la sensación de que necesita de comisarios en bares, discotecas, etc., para regular su uso entre la población también en sus horas de ocio y diversión.
Dice también que “deben ser los empresarios quienes asuman la enseñanza del catalán como tarea.” ¿Se les estará abocando a que no contraten a trabajadores que desconozca la lengua, o se les está indicando que recibirán sustanciosas subvenciones a cambio de que sólo contraten a aquellos que dominen el idioma, subvenciones como las que recibieron para cambiar las rotulaciones de las tiendas y ponerlas en catalán?
Añade así mismo que “en el ámbito laboral, los sindicatos deben tener un papel fundamental”, y que “es imprescindible que expliquen a los extranjeros la importancia de la lengua. Queremos su aportación para la construcción de un país, y el objetivo de los sindicatos no es sólo laboral, sino de consideración de la persona.”
El vicesecretario general de UGT le responde que la Generalidad debe decirles por dónde deben ir. Supongo que les piden subvenciones millonarias a cambio del servicio de guardias lingüísticos.
Como vemos, en Cataluña se vive cada día con menor libertad.
Aurora Navarro Martín
Seo de Urgel
(Lérida)