Mónica Frassoni MPE, Co-Presidenta del Grupo Verdes/ALE del Parlamento
Europeo ha dicho:
«En Barcelona la U.E. ha dado un paso atrás en términos de avanzar hacia
una política económica integrada con las políticas sociales y
ambientales. Las conclusiones de la cumbre de Barcelona reflejan una
óptica muy antigua, basada exclusivamente en un punto de vista económico
guiado por la desregulación y la liberalización. Los Verdes/ALE lamentan
que se haya olvidado completamente de la decisión de Göteborg el año
pasado de dedicar los Consejos de Primavera al desarrollo sostenible.
Caminando sólo en una pierna es como la U.E. intenta alcanzar el
objetivo de convertirse en la economía más competitiva, al margen de
cuestiones de sostenibilidad ecológica y social».
Comentando sobre la liberalización de los mercados energéticos, Claude
Turmes MPE (Luxemburgo) ha afirmado:
«Ahora que se ha establecido una fecha fija para la apertura de mercados
energéticos, ahora ha llegado el momento para enfrentarse a los
verdaderos problemas de estos mercados, que son el abuso de posiciones
dominantes en el mercado y las distorsiones en precios que favorecen la
energía nuclear».
«El eje Berlín-Paris están encubriendo un hecho escandaloso, que
empresas de aquellos dos países – EdF, E.ON y RWE – están actualmente
destruyendo el mercado por medio de compras de compañías por toda Europa
con el dinero de sus fondos públicos para la reestructuración y gastos
de las plantas nucleares. 450 eurodiputadas/os votaron la semana pasada
en Estrasburgo a favor de acabar con esta enorme distorsión.. Ahora la
Comisión y el Consejo no deben ignorar su opinión.»
Comentando sobre la liberalización de los mercados laborales, Theo
Bouwman MPE (Holanda) ha dicho:
«Los Verdes/ALE nos alegramos que la cumbre de la UE haya mostrado un
compromiso claro con el objetivo del pleno empleo. Es un primer paso
para luchar en contra de la pobreza y la exclusión social. Pero ahora se
está utilizando una «economía dual» para conseguir este objetivo, con
una economía dinámica de las nuevas tecnologías y políticamente
desregulada junto a otra economía de servicios con bajos sueldos y
precariedad. Para evitar la creación de nuevas divisiones sociales en el
nuevo milenio, debemos orientarnos hacia una regulación social de la
nueva economía y la UE debe orientarse hacia la creación de empleo
estable con derechos sociales. Sólo con una fuerza de trabajo dignamente
retribuida y ampliamente cualificada puede la UE conservar su capacidad
de innovación en todos los sectores de la economía para poder crear un
bienestar sostenible para todos.»