Este procedimiento de inmersión purificadora está reñido con todos los derechos fundamentales reconocidos para todos en la Constitución, aunque el Tribunal Constitucional no ha sabido defender como debiera estos derechos.
Como se trata del derecho fundamental a recibir la enseñanza en la lengua oficial de la nación española, independientemente del origen de los individuos, la política de inmersión es un sueño étnico de mentes tribales, ancladas en el pasado más reaccionario.
Contra esta política amañada por la Generalidad y el catalanismo en general, debemos luchar todos sin tregua, porque va en ello la Democracia, la defensa del estado de derecho y de todo lo establecido en la Carta Magna.
Es absolutamente indignante, injusto, antidemocrático, anticonstitucional y bárbaro, que en la propia España no se pueda estudiar en español. Y que tome nota el Gobierno de Aznar, porque es él el último y principal responsable de todas estas injusticias. El catalanismo es el verdadero fascismo y el mayor enemigo de la libertad, porque lo lógico, lo natural y lo justo sería que cada padre pudiera escoger la lengua en que quiere que sean educados sus hijos, y no las imposiciones que actualmente sufrimos.
José Estrada
(Barcelona)