Sin embargo, algo está cambiando en el resto del mundo. Cada vez son más los países que apuestan decididamente por los nuevos empresarios. No en vano, numerosas investigaciones han puesto de manifiesto que tanto el carácter emprendedor como la vocación por la innovación conducen a la creación de empleo, lo que repercute en la actividad económica. Ambos actúan como catalizadores del crecimiento económico.
Un informe realizado en 2001 por Harvard Business School muestra que la mayoría de las 200 mayores empresas de Estados Unidos -las que figuraban en el ranking Fortune 200 de 1997- habían sido fundadas por uno o varios emprendedores. Un segundo análisis sobre el origen de las partes constituyentes del resto de firmas -aquellas nacidas a través de fusiones y adquisiciones- pone de manifiesto que, prácticamente todas ellas, comenzaron también gracias a emprendedores. En total, éstos han creado 197 de las empresas del Fortune 200 de 1997, que ese año sumaban 1,3 millones de puestos de trabajo y unos ingresos cercanos a los 400.000 millones de dólares.
Apax Partners, una de las mayores y más prestigiosas firmas de capital inversión del mundo, junto con The Economist Intelligence Unit ha elaborado un estudio en el que se analizan las condiciones para fomentar el espíritu empresarial en 60 países de todo el mundo y se determinan cuáles serán las tendencias en este sentido.
Tres europeos -Holanda, Dinamarca y Reino Unido-, seguidos por Estados Unidos ofrecen en la actualidad el marco más favorable. España, que hasta ahora ocupaba la posición 25 dentro del ranking, escalará en los próximos años dos puestos, hasta situarse en el 23.
Por otra parte, la correlación entre la actividad emprendedora y el crecimiento económico ha quedado sobradamente demostrada. Según el estudio GEM (Global Entrepreneurship Monitor) de 2000, la mitad de la diferencia de niveles de crecimiento económico entre distintos países, puede atribuirse directamente a la presencia o ausencia de dicha actividad. Otro estudio de la Universidad de Indiana corrobora estas conclusiones y señala que el crecimiento económico, a su vez, estimula y produce una reacción en cadena de innovación y espíritu empresarial.
Hasta ahora, Estados Unidos mantenía el puesto de honor, mientras que eran pocos los gobiernos europeos o asiáticos que se preocupaban por las necesidades de los empresarios. Sus mercados financieros miraban escépticamente a aquellos que se presentaban con nuevas ideas de negocios. Este entorno condujo a nuevos empresarios hacia Estados Unidos, de manera que según la NCOE (National Comisión on Entrepreneurship), este país controla el 70% del capital riesgo a nivel mundial.
El Índice elaborado por Apax Partners, que valora los países con un bajo nivel de burocracia para crear empresas, actitud social positiva hacia la empresa privada, sistemas fiscales equilibrados, sistemas financieros abiertos y bien desarrollados, flexibilidad laboral e infraestructuras modernas, entre otros factores, revela que esta situación está evolucionando.
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Autor: Apax Partners
