Sabemos que los parientes no se eligen. Aunque a veces se decide tener con ellos relaciones carnales. La TIA en cuestión tiene un detallado y pormenorizado conocimiento de todos los millones de habitantes de este mundo. Sabe qué zapatos calzamos, si pagamos o no nuestras cuentas, si lo hacemos en efectivo o con tarjeta de débito, si tenemos tarjetas de crédito, si caminamos como pisando huevos, si tenemos enfermedades, si estamos al borde de la muerte, si pensamos distinto al común de las personas, si adquirimos en el telecompra un alisador de cabello, qué sitios visitamos en la Web, qué leemos, qué comemos, qué miramos en la tele, qué pensamos, a quiénes amamos y a quiénes no. La TIA.
Y sabe advertir a tiempo nuestros potenciales desvíos físicos, psíquicos, ideológicos o morales. Nos cuida de ser un peligro para el resto de la humanidad, posibles terroristas. Ella vino a visitarnos hace tiempo y ha decidido, dado el atentado a las Torres Gemelas, poner en marcha un plan familiar que abarca a toda la humanidad y que nació en 1998.
TIA viajó por todo el mundo y en Latinoamérica el primer «campo orégano» que encontró fue Perú, en épocas de Fujimori. Dio una mano durante la invasión de EE.UU. a Irak, corrigiendo algunos errores de cálculo cometidos durante la guerra del Golfo, y ahora anda por Bogotá y sus alrededores colaborando con el Plan Colombia. Unos años antes hizo un enorme trabajo propiciando la caída del Muro de Berlín.
LA PATINADORA
TIA patinó y patina en las redes informáticas como si fuera una bailarina de Holliday On Ice. Sabe, incluso lo que no decimos, lo que ocultamos y, por supuesto, lo que escribimos en el ida y vuelta de los correos electrónicos y en los puertos que tocamos al navegar por Internet. Su método es mezclarse en la libertad virtual de las tecnologías de la comunicación. Es su arte. ¿Será por eso que quieren que todos estemos conectados?
TIA es estratégica. Construye de a poco y toma nota. No le hace falta estar en ninguna movilización. Ella sabe más de nosotros que nosotros mismos.
¿Cuántas veces nos hemos olvidado la talla de un corpiño, de una pollera o de una camisa? Ella, sagaz observadora, sabe de nuestra silueta y muy especialmente de nuestro perfil ideológico.
TIA es, digámoslo, un fenómeno de la guerra permanente, cruel y salvaje. Es un monstruo creado a imagen y semejanza del capitalismo de este tiempo y de la llamada sociedad del control. Y hace magia. La TIA nos hace creer, en la indignidad del peor estado de la esclavitud, que somos libres. Somos libres, «botones», «soplones», «buchones». Libres, libres, libres.
A esta TIA la chusma «antiterrorista» la adoptó para que dé la batalla de todas las batallas: militarizar la vida, controlarla, manipularla. O sea, una bella odisea del mundo de las tecnologías de la comunicación puesta al servicio del poder militar, económico y cultural de los Estados Unidos.
EN CUALQUIER RINCON OSCURO, O NO
TIA es la tecnología militar destinada a localizar blancos «para el sistema de defensa» internacional, en el llamado «combate al terrorismo», según afirman los hombres del Pentágono.
Ya mismo TIA está en condiciones de analizar y confrontar informaciones de toda clase sobre las personas, cosa que hace temblar a los defensores de la privacidad y, por ende: de la propiedad privada. ¡Vaya contradicción la del sistema!
«La chusma antiterrorista» bate las palmas y al mismo tiempo se siente un poquito invadida, por un proyecto que concentra información del mundo y sus habitantes en un volumen cincuenta veces mayor al del Congreso Norteamericano.
TIA significa: Total Information Awareness. Es decir: un sistema de obtención, recuperación y análisis de datos, bajo perfeccionamiento de los militares norteamericanos. Un encantador nido de espías, acerca del cual un funcionario del aparato señaló, sin ponerse colorado, que: «desde el 11 de septiembre (de 2001), el FBI está autorizado a buscar información sobre individuos, sin razón alguna para creer que están participando o planeando actos criminales». De terror.
Lidia Fagale, Periodista.
Responsable del Observatorio de Medios
Político, Social y Cultural-UTPBA