Tras un rico debate, moderado y coordinado por el periodista Héctor Márquez, sobre la situación general de la creación y la industria cinematográfica en España, todos los participantes acordaron la necesidad de constituir de manera inmediata una asociación que analice y defienda los intereses específicos de los directores de cine y sugiera soluciones para la defensa de la excepcionalidad cultural del cine español.
La posibilidad del cobro de un canon en el precio de la entrada a las películas norteamericanas que se exhiban dobladas en España fue una de las ideas esgrimidas durante el encuentro con la idea de competir en igualdad de condiciones con el gigante norteamericano. En EEUU los filmes en habla no inglesa son exhibidos en su idioma original, lo que a la postre se convierte en un sistema indirecto y muy eficaz de protección de la propia industria. En la actualidad, España es el tercer mercado mundial más importante para el cine norteamericano, que no encuentra ningún tipo de dificultad para ser exhibido en nuestras salas. La cuota de espectadores durante el primer trimestre de este año en España, arroja el siguiente dato: mientras los filmes norteamericanos suponen en número el 36,12 % del total exhibido y los españoles el 24,14 %, esta distancia se dispara al ver el cómputo total de espectadores y recaudación de una y otra cinematografía, siendo de más del 55 % del global en el caso de los EEUU y de poco menos del 23 % en el caso de filmes españoles. Sin embargo en estos datos hay que tener en cuenta el número apabullantemente superior de copias con las que cada producción media norteamericana se estrena en España frente a las propias películas españolas.
Como otra medida promocional, y una vez extendido el uso del vídeo y DVD en casi todos los hogares españoles, se planteó la posibilidad de que en escuelas e institutos se estudien y se vean obras reconocidas de directores españoles, de la misma forma que se hace con los autores literarios como fórmula de reconocimiento del valor cultural de estos filmes en el proceso educativo. Asimismo se habló de la necesidad de revisar la forma en que las televisiones españolas participan no sólo en las fórmulas de producción y exhibición del cine español sino en el tipo de promoción que reciben frente al cine americano.
La necesidad de una asociación de directores
En España existen asociaciones que agrupan a diferentes sectores de la creación y producción cinematográficas, como es el caso de los actores, guionistas y productores. Sin embargo, no hay ninguna que haga lo mismo con los profesionales que siempre se han considerado la base de la creación cinematográfica, los directores. “Resulta curioso constatar que la casi totalidad de las películas que han sido o son referentes de la calidad y el prestigio de nuestro cine dentro y fuera de España, son obras de autor y de ellas muchísimas han sido producidas o coproducidas por los propios directores de cine”, apuntó el director de Soldados de Salamina David Trueba, “lo curioso es que no tengamos una persona ni en las instituciones ni en todo el sistema de ayudas y producción del cine español con el que nos sintamos verdaderamente representados”. “Al representante español del cine en el ministerio de Cultura deberíamos elegirlo entre las personas del cine para sentirnos representados”, añadió el director de Obra maestra. Emilio Martínez Lázaro fue más allá y añadió que “a veces, más que representarnos, parecen incluso que son nuestros enemigos”.
En el mismo sentido se manifestó Agustín Díaz Yanes, quien recordó que el cine es quizá la industria que más puestos de trabajo directos crea en nuestro país. “Y no sólo eso, qué otra manifestación cultural o industria ha sido capaz de exportar talentos y profesionales que sean hoy reconocidos en el mundo entero como el cine: ahí están los casos de Pedro Almodóvar, Antonio Banderas, Penélope Cruz, Javier Bardem o Alejandro Amenábar”, añadió el autor de Sin noticias de dios.
Montxo Armendáriz insistió en que habría que lograr un sistema industrial que permitiese a los directores “dedicarse a hacer cine centrándose sobre todo en la calidad y el contenido de sus obras y no tener que estar todo el día preocupándonos de los problemas de la industria y sus crisis”. El terreno de los productores recibió también sus críticas. Díaz Yanes recordó que “la palabra crisis nunca ha salido de la boca de los directores, sino de los productores y en este país ninguno ha admitido jamás que ha ganado dinero haciendo cine”.
La promoción de las películas españolas fue uno de los puntos sobre los que más se debatió. Gerardo Vera, el principal impulsor de este encuentro, incidió en la necesidad de profesionalizar el terreno del marketing y la publicidad de los filmes españoles. “Tenemos grandes directores artísticos, de fotografía, de producción, compositores… pero nos faltan directores de marketing que puedan moverse al nivel de los americanos o franceses”, apuntó el autor de Deseo y Segunda piel.
Durante la reunión, por medio de contacto telefónico, Pedro Almodóvar, manifestó su apoyo sin fisuras a esta iniciativa asociativa y todos los asistentes coincidieron en que debía ser el director de Hable con ella el más indicado para ejercer de figura representativa de este colectivo. Gerardo Vera calificó de “hecho histórico” que los directores de cine en España decidan andar juntos por primera vez en la misma dirección”.
Todas las conclusiones de este encuentro serán publicadas próximamente por el Festival de Cine Español de Málaga en lo que será la primera publicación de una serie de documentos sobre la realidad actual del cine español.