El mercurio es un compuesto tóxico, que como se sabe, causa defectos de nacimiento, daños en el cerebro y el hígado, y la muerte, con efectos particularmente agudos sobre fetos y niños pequeños. La contaminación por mercurio presenta serios riesgos para la salud humana, ya que se acumula en la cadena alimenticia y puede transferirse a los humanos que comen la carne contaminada. El pescado, los mariscos y otros tipos de alimentos marinos contribuyen de manera significativa al mercurio en la dieta.
En 1956, en la villa de Minamata Bay, Japón, resaltó los peligros del envenenamiento por mercurio. En dicho incidente, cientos de residentes murieron y miles enfermaron después de comer mariscos provenientes de la bahía, los cuales estaban altamente contaminados por mercurio desechado por la planta local de sustancias químicas.
Aunque el mercurio se presenta naturalmente en el medio ambiente, las actividades humanas contribuyen en gran manera a los niveles globales de mercurio. Las principales fuentes humanas de mercurio incluyen las plantas generadoras de energía alimentadas con carbón, las plantas de procesamiento de metales, los incineradores de desechos y productos de consumo comunes.
El análisis de mercurio presenta varios retos. El compuesto tiende a adherirse a las paredes de los recipientes de almacenamiento y a liberarse en forma de vapor de mercurio. Además, su alto potencial de ionización y sus numerosos isótopos han limitado su sensibilidad en los estudios de espectrometría de masas de plasma inductivamente acoplado (ICP-MS). El ICP-MS permite realizar determinaciones de metales en digeridos de alimentos, pero los métodos anteriores de análisis de mercurio requerían elevados tiempos de lavado para reducir los efectos de transferencia.
Este método mitiga muchos de los problemas asociados con el análisis de mercurio. El método utiliza el sistema ICP-MS Serie 7500 de Agilent, con un sistema integrado de introducción de muestras (ISIS). Para eliminar los efectos de transferencia y asegurar la estabilidad del análisis, se agregaron oro y ácido clorhídrico a todos los estándares, las muestras y las soluciones de lavado. El oro actúa como agente de limpieza, asegurando que el mercurio permanezca en forma ionizada en solución, en lugar de adherirse a las superficies del sistema analítico. El ISIS redujo los extensos tiempos de lavado típicos, ya que su poderosa bomba puede enviar grandes volúmenes de solución de lavado a través del sistema, en corto tiempo.
Este método alcanzó rutinariamente niveles de detección de 10 a 30 ppt de mercurio en muestras de alimentos. Este método demostró ser muy robusto, analizando más de 500 muestras en corridas de más de 36 horas, sin perder la sensibilidad.
