Anuncia que se podrían dar clases de árabe en las escuelas fuera del horario escolar normal, utilizando esas dependencias “si se tienen garantías de que lo único que se enseña es lengua árabe, no otras materias”.
Sin entrar en el fondo del asunto, lo que produce sonrojo es que un Estado extranjero ningunee de esta manera al Gobierno de nuestra Nación y se dirija directamente a una comunidad autónoma para pedir, por vía oficial, modificaciones en el sistema educativo. Como quiera que el Gobierno de España no exige que se respete la Constitución por parte de ciertos poderes regionales, y deja a algunas autonomías hacer lo que les venga en gana, sin preocuparse de que cumplan la ley, tampoco le respetan los Gobierno extranjeros. Causa honda tristeza que los políticos de turno nos arrastren a los españoles a cobijarnos amodorrados en la sombra de los campanarios y nos hagan olvidar cuanto nos une y nos puede hacer fuertes y respetados. Divide y vencerás, dice una sabia sentencia, a lo que yo añado: Divídete y te avasallará cualquier intrépido.
Somos muchos los españoles que exigimos al Gobierno de nuestra Nación que ponga coto de una vez a toda esta suerte de disparates.
Manuel González Ferrer
Sta. Coloma de Gramanet
(Barcelona)