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Un piso antiguo que Raimon Bundó ha sabido transformar, creando una atmósfera mágica, con grandes contrastes, guiándose por el sentimiento intimista, de buen gusto y de comodidad. “La intención es crear una atmósfera cálida, para que la novia se sienta arropada en el momento de la elección del vestido, un momento único para la novia” dice Ivonne Ruiz, la diseñadora de Raimon Bundó.
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En el atelier se mezclan las texturas más nobles, como la madera blanca del suelo, el terciopelo de los sofás, jugando con el reflejo de las luces a través de los cristales de las lámparas de araña, los techos altos y los grandes ventanales. Raimon Bundó lleva ya 35 años en el mundo de las novias, haciendo trajes personalizados. En esta marca se vende exclusividad y flexibilidad a través de la innovación y la búsqueda de las tendencias, ya que Raimon Bundó crea piezas únicas, siguiendo diferentes estilos para hacer algo más vivido. Su objetivo no es otro que el de intentar salir de la frialdad y el minimalismo, para cuidar a la novia con un trato totalmente personalizado y en un entorno cálido.
