«Me gustaría disculparme, retractarme y fustigarme a mi mismo públicamente hasta obtener el perdón de las personas a las que de manera involuntaria hubiese o hubiera podido ofender a través de mi personaje Torrente, un ser despreciable, mezquino, mal cristiano, mala persona, guarro, zafio y grasiento, con el que, insisto, una vez más, no comparto ninguna de sus opiniones o visiones del mundo.
Obviamente, Torrente demuestra a través de sus actos lo terriblemente miserable que puede llegar a ser. Es un personaje de ficción. Un personaje cómico-patético. Yo no. Yo soy una persona (con mis sentimientos), y yo como persona puedo decir que nada quedaba más lejos de mi intención, que ofender a los devotos de la Santísima Cruz de Caravaca a través de los actos de mi personaje. Un personaje que pisoteando dicha cruz prueba que no tiene credo, ni fe, ni moral. Sólo eso.
Perdón, una vez más, por las sensibilidades heridas.»
Santiago Segura