Pues bien, el futuro de Aerolíneas se dirime en buena parte en los tribunales, tanto a argentinos como españoles. Por su parte. El Gobierno Kirchner, además de regulador accionista minoritario de Aerolíneas, ha impugnado por tercera vez (ejercicios 2002, 2003 y 2004, es decir, todos los de Marsans) la Junta de Accionistas de Aerolíneas. En la Junta del presente año, Antonio Mata, a quien Pascual y Díaz colocaron al frente de Aerolíneas, ha realizado cinco convocatorias sin ningún éxito, la última el pasado lunes 17, a la postre, el resultado es invariable: el Gobierno argentino, en calidad de accionista, rachaza las cuentas anuales y la gestión del Grupo Marsans, entre otras cosas hasta que no se aclare judicialmente cómo se han empleado los fondos que el Estado español dio para reflotar Aerolíneas.
Pues bien, Zapatero y Kirchner acordaron dar una salida al caso Aerolíneas a la mayor brevedad posible. De ello se encargarán, por parte española, el secretario de Estado monclovita, Miguel Sebastián, y por parte argentina el todopoderoso jefe de Gabinete presidencial, Alberto Fernández, y el ministro de Planificación, Julio de Vido.