Película con vocación de culto y que a nadie deja indiferente, obtuvo el Gran Premio del Jurado en el Festival de Sundance 2004, así como cuatro nominaciones a los Independent Spirits Awards de 2005, incluidas las categorías de Mejor Película y Mejor Director, además del reconocimiento de la crítica, unánime al elogiar el trabajo de Carruth como “la más ingeniosa y eficaz película de ciencia ficción de los últimos tiempos”.
PRIMER es un hipnótico thriller con el que se estrena Shane Carruth, un nuevo talento con una original y estimulante sensibilidad. Carruth, un ex ingeniero de 31 años que pasó tres aprendiendo cine de forma autodidacta, ha concebido, escrito, dirigido, montado y puesto música a PRIMER, en la que además interpreta uno de los papeles protagonistas. Su impresionante opera prima, ambientada en el mundo que él abandonó para dedicarse a hacer películas, narra la historia de dos ingenieros que hacen un descubrimiento extraordinario que cambia sus vidas de manera insospechada. Esta fascinante película, que explora de manera provocadora el lado oscuro de la naturaleza humana y la ciencia, ha ganado el Gran Premio del Jurado en el Festival de Cine de Sundance 2004, donde encandiló al público, y el premio que la Fundación Alfred P. Sloan otorga a películas que tratan sobre ciencia y tecnología.
La historia de cómo se hizo PRIMER es tan original como la propia película. Carruth, un licenciado en matemáticas que había trabajado durante poco tiempo en tres empresas de ingeniería, estaba insatisfecho con su elección profesional y decidió hacerse escritor. Empezó escribiendo relatos cortos, y estaba en mitad de una novela cuando se dio cuenta de que le interesaba más trabajar con imágenes que con palabras. En ese momento, decidió abrirse camino en el mundo del cine, a pesar de que no tenía formación en ese campo.
Por suerte, su amplia formación en matemáticas y ciencia habían hecho de Carruth un experto en la resolución de problemas, y supo aplicar dichas aptitudes al estudio del cine. «Hay una parte muy importante de las matemáticas que no trata solamente de números —explica—. Se trata de que tienes delante un problema que parece irresoluble y que, sin embargo, si lo diseccionas puedes resolverlo.» Carruth diseñó su propio plan de estudios y aprendió por su cuenta escritura de guiones, dirección, fotografía, mezcla de sonidos, montaje e interpretación. «Leí un montón de guiones para ver cómo tenían que ser, y llegué a la ciudad escribiendo», recuerda. Para aprender nociones de producción cinematográfica, Carruth visitó productoras en su Dallas natal, se fijó en todos los detalles e hizo muchísimas preguntas. Experimentó con cámaras y luces y diseñó un estilo propio de guión ilustrado (storyboard). Y, sobre todo, se puso a redactar su guión.
La inspiración de hacer PRIMER le llegó a Carruth en un momento en que estaba leyendo libros sobre descubrimientos. Observó que «tanto si se trata del descubrimiento del número cero como de la invención del transistor, hay dos aspectos llamativos: en primer lugar, el descubrimiento que acaba siendo más importante suele descartarse en un principio por considerarse como una consecuencia indirecta; en segundo lugar, los prototipos casi nunca tienen luces de neón ni son cromados. Quería una historia que se pareciera más a la forma en que realmente se produce la innovación».
Mientras desarrollaba la idea de dos ingenieros sorprendidos por un verosímil descubrimiento que les cambiaría las vidas, Carruth vio por primera vez “Todos los hombres del presidente”, que le asombró e inspiró al mismo tiempo. Al ver las pequeñas pistas y datos de la investigación apuntar hacia una conspiración mayor, supo que su historia podría desarrollarse también así. «Sufrí un accidente de coche que me dejó postrado casi un mes, y entonces me dediqué a ver un montón de películas del canal Turner Classic Movies —recuerda—. Era la primera vez que veía películas como “La conversación”, “Norma Rae” o “Todos los hombres del presidente”, y estaba encantado.
Concretamente, “Todos los hombres del presidente” es toda una investigación, el dramatismo está en la revelación, no en un actor que te lo va contando todo hasta el final. Trata de cómo los pequeños detalles se van revelando para crear una perspectiva mayor. Esto me confirmó que PRIMER podía ser un relato convincente sin necesidad de neones, efectos especiales ni cortinas de humo. La estética de láseres, extraterrestres y esas cosas no me va. La ciencia ficción es una de las mejores herramientas de que dispone un escritor, porque te permite abordar temas universales, cosas inherentes a haber nacido en este planeta, y eso es lo que me parece realmente interesante.»
Una vez consolidada su idea, Carruth tardó un año en desarrollar y escribir el guión de PRIMER. Quería que los diálogos sonaran auténticos desde el principio. La única forma de conseguirlo era lanzarse al estudio de la física (la obsesión que comparten sus personajes) hasta tener un conocimiento suficiente como para mantener una conversación sobre el tema. «Yo nunca había estudiado física —comenta—, pero leí un montón sobre el tema y consulté proyectos de fin de carrera que encontré en Internet.» En la película, las conversaciones entre los personajes son tremendamente realistas: hablan utilizando la típica jerga que utilizarían de manera espontánea dos científicos obsesionados por su trabajo.
De hecho, a Carruth le costó encontrar unos actores que se manejaran bien con diálogos de tipo informal y sencillo, y explica: «Fue un proceso terrible lograr que los actores perdieran esa costumbre que tienen de poner tanto dramatismo en cada frase». David Sullivan, de Dallas, fue seleccionado para el papel de Abe, mientras que Carruth, sin ninguna experiencia en la interpretación, decidió interpretar a Aaron. «A esas alturas, yo ya me sabía el guión de memoria —explica—. ¡Y al menos podía contar con que estaría allí cada vez que rodáramos!» Carruth realizó ensayos que duraban meses, y repasaba cada escena cientos de veces antes de poner la cámara a rodar, ya que su escaso presupuesto no le permitía repetir tomas.
El hecho de que tuviera tan poco dinero para su producción pudo haber llevado a Carruth a seguir el ejemplo de otros cineastas independientes que reducen costes haciendo películas digitales, pero él tenía unas ideas muy concretas sobre qué aspecto quería que tuviese PRIMER y sabía que no lo conseguiría con una grabación digital. «Pronto supe que no quería hacerla digital —explica—. Creo que es algo que, estéticamente, le falta algo. Sirve para muchas cosas, y es posible que hubiera servido para PRIMER. Pero lo que yo buscaba, en el sentido de qué aspecto quería que tuvieran las imágenes, era algo bastante directo. Ya que la historia es tan fantástica, no quería experimentar con el medio en sí.» Carruth rodó PRIMER en Super 16 mm, y luego pasó a 35 mm. La película terminada tiene un estilo visual propio, un aspecto sencillo, contemporáneo, frío e intencionalmente sobreexpuesto que rinde homenaje a las películas favoritas de Carruth de los años setenta.
Carruth quería que el sonido de PRIMER fuese tan realista como su imagen. Para crear el zumbido de la máquina del tiempo, por ejemplo, utilizó un molinillo mecánico y un coche, entre otras máquinas. «Sabía que, fuera lo fuera lo que utilizara, no podía tener un sonido digital hecho por ordenador —explica—. Tenía que ser algo que sonara muy analógico y realista, que pareciera que podía explotar.»
Dados la impresionante calidad de producción de la película, resulta increíble que costara aproximadamente 7.000 dólares, o, como dice Carruth, «lo que cuesta un coche de segunda mano». El equipo de producción de PRIMER tuvo que ser muy escaso y muy versátil. Al igual que su polifacético director, los miembros del equipo tenían que cambiar continuamente de tarea, desde manejar material sofisticado a mover los decorados. La película se rodó en cinco semanas en Dallas, donde Carruth dependía de la generosidad de los vecinos y de los apartamentos de amigos para las localizaciones.
Paradójicamente, el estilo que tiene Carruth de hacer cine, inconformista pero al mismo tiempo retro (se inspira en los años setenta y evita los efectos digitales en una película que es básicamente un thriller de ciencia ficción), ha dado como resultado un trabajo de lo más vanguardista. PRIMER, descrita por la revista Film Comment Magazine como «un derroche de ideas unidas por una capa casi sublime de efectos sonoros y música», es un ágil rompecabezas que reta al público a ser astuto y estar alerta y abierto a nuevas experiencias. El argumento es a veces desconcertante, de una forma que deja al espectador con ganas de saber más y al mismo tiempo satisfecho con lo que todavía no sabe. La sensación de que los hechos, la información y lo que llamamos «verdad» son, en realidad, efímeros, difíciles de aprehender y a menudo inalcanzables caracteriza tanto la forma como el contenido de PRIMER.
La película trata sobre uno de esas encrucijadas de la vida que no permiten una vuelta atrás. Carruth ha intentado, y muchos coincidirán en que lo ha logrado, hacer una obra de arte que constituye en sí una de tales encrucijadas. Tras un visionado de PRIMER (que podría no ser el último), es probable que la experiencia que tenemos sobre ver una película nunca vuelva a ser lo mismo.
SHANE CARRUTH, GUIONISTA Y DIRECTOR
¿Qué le inspiró a escribir un guión y cómo se le ocurrió la historia?
Me llevó casi un año escribirlo. Leí un montón de libros sobre descubrimientos. Me di cuenta de que, tanto si se trata del descubrimiento del número cero como de la invención del transistor, hay dos aspectos llamativos: en primer lugar, el descubrimiento que acaba siendo más importante suele descartarse en un principio por considerarse como una consecuencia indirecta; en segundo lugar, los prototipos casi nunca tienen luces de neón ni son cromados. Quería una historia que se pareciera más a la forma en que realmente se produce la innovación y que fuera mejor que las que había visto hasta entonces. Sabía que quería resolver bien el tema antes de meterme con la trama. Me interesaba el modo en que la confianza se va consumiendo entre las personas cuando hay mucho en juego, así como la complejidad resultante.
Explíquenos la relación entre Aaron, Abe, Robert y Philip.
Como la mayoría de la gente que conozco, son personas que por el día trabajan en una cosa y durante su tiempo libre trabajan en lo que realmente les apasiona. Han montado un pequeño negocio de venta por vía postal de dispositivos de detección de errores para ordenadores. Sin embargo, siempre están trabajando en nuevas ideas. Hacen turnos de dos meses durante los que todo el grupo se dedica a intentar llevar a cabo la idea de uno de los miembros. Siempre me los he imaginado como niños que forman un club y se reúnen en un garaje. Tiene un logo, un lema («fabricar el dispositivo que más falta hace») y una serie de normas de votos sobre las compras, o sea, todo lo que a un niño de seis años le encantaría que tuviera su propia empresa. Hasta el hecho de que lleven corbata se inspira en la imagen de esos niños de colegios privados cuyos uniformes casi nunca pegan con sus actividades extraescolares.
Esta película se definiría más bien como un thriller intelectual. ¿Por qué pensó en este género cuando se decidió a hacer un largometraje?
Ni siquiera tengo claro que eligiera ningún género. Me interesaba reflejar cómo se desarrolla el proceso de la invención a pequeña escala, de manera no profesional, y sabía qué dirección quería seguir desde el punto de vista temático, así que ésos fueron los dos factores que decidieron el tipo de película que sería. Se trataba de partir de una premisa y de seguirla de una manera interesante hasta una conclusión lógica.
PREMIOS Y NOMINACIONES
2004 Sundance Film Festival: Gran Premio del Jurado
2004 Sundance Film Festival: Alfred P. Sloan Prize (otorgado a películas que tratan sobre ciencia y tecnología)
2004 Nantucket Film Festival: Mejor Guionista/Director
2004 Gotham Awards Nomination: Mejor Película
2005 London International Festival of Science Fiction: Mejor Película
2005 Independent Spirit Award Nomination: Mejor Película
2005 Independent Spirit Award Nomination: Mejor Director
2005 Independent Spirit Award Nomination: Mejor Guión
2005 Independent Spirit Award Nomination: Mejor Actor Revelación (David Sullivan)
FICHA TECNICA
- Reggie Evans Sonido
Anand Upadhyaya Cámara
Daniel Bueche Cámara
James Russell Ayudante De Cámara
David Sullivan Ayudante De Producción
FICHA ARTÍSTICA
- Shane Carruth
David Sullivan
Anand Upadhyaya
Casey Gooden
Carrie Crawford
Jay Butler
John Carruth
Samantha Thomson
Chip Carruth
Jack Pyland
Keith Bradshaw
Ashok Upadhyaya
Brandon Blagg
Jon Cook
David Joyner
Eric De Soualhat