En este contexto, el académico señaló que “el 30% del total de la energía usada en un país desarrollado o en desarrollo es de tipo doméstico, vale decir, para calentamiento de agua y calefacción. Para satisfacer estas necesidades, son requeridas temperaturas moderadas, las que son factibles de obtener con la tecnología solar actual. Por lo tanto se puede deducir que la energía solar podría satisfacer las necesidades para el uso residencial, comercial y parte de la industrial, vale decir, podría absorber parte significativa del total de la energía a usar”.
En este sentido, destacó que “las ventajas de las aplicaciones de la energía solar radican en que es una energía inagotable y en abundancia en nuestro país, no es contaminante y de un bajo costo de inversión relativo. Entre sus desventajas podemos anotar, que es una energía diluida e intermitente, por lo que requiere frecuentemente un sistema de acumulación”.
“Ante estas circunstancias los países desarrollados han ideado políticas energéticas que favorecen el uso de la energía solar, ya que implica un uso racional de energía, ahorro de combustible, menor contaminación y podría tener una incidencia a nivel nacional. Para esto han puesto en práctica préstamos especiales, franquicias y rebajas en derechos de construcción”, puntualizó Sarmiento.
Al referirse a los costos de este tipo de sistema de energía afirmó que “ante las actuales circunstancias de precios de energía y equipamiento, las aplicaciones generalizadas de colectores concentradores y celdas fotovoltaicas no resultan económicamente atractivas y los aspectos económicos involucrados para las aplicaciones por medio de colectores planos y en arquitectura difieren substancialmente para los colectores concentradores y las celdas fotovoltaicas, pero se destacan los beneficios económicos directos de estas instalaciones, como el aporte que ellas hacen a la descontaminación ambiente, asunto cada vez más relevante desde el punto de vista de la comunidad internacional”.
Por otra parte, al referirse a las aplicaciones de la energía solar en arquitectura señaló que “se han designado por sistemas solares pasivos, helioarquitectura y arquitectura bioclimática. En todos ellos se considera la utilización de la energía solar, el bienestar térmico, la ventilación e iluminación natural, según se apliquen en las actividades de diseño en arquitectura, junto a las prácticas de construcción. Todas las escuelas de arquitectura con mayor o menor énfasis consideran estos aspectos en el currículo académico. Si ellos son ignorados resultan construcciones malsanas, a veces con condensaciones interiores, sin iluminación natural y costosas de mantener, al tener que contar con instalaciones de calefacción o aire acondicionado para poder habitarlas con el mínimo de bienestar requerido”.
Finalmente, Pedro Sarmiento afirmó que “considerando los caminos recorridos por los países desarrollados, junto a nuestras propias experiencias, parece razonable concentrar nuestros esfuerzos en las aplicaciones de la energía solar por medio de colectores planos y arquitectura solar, de todas formas cualquiera que sean los caminos propuestos creemos que las actividades de difusión jugarán un rol importante en todas las etapas por desarrollar”.