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Pero es demasiado tarde. El Mirage está a punto de abrir fuego sobre Vallois, y Marchelli se ve obligado a derribarlo para salvar a su compañero. Este incidente es el preámbulo de una trama de consecuencias insospechadas donde el secuestro de un caza francés para un ataque terrorista está en juego.
Una trama cuyo último acto se desarrollará en el Día de la Bastilla, en los cielos de París sobre los Campos Elíseos y con la presencia de los mismos pilotos, Marchelli y Valois.
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Esta película representó un verdadero reto para el cine francés y europeo, un reto sugerido por el director Gerard Pirès antes de que comenzara el desarrollo del guión y aceptado por los productores desde el principio: combinar las escenas aéreas más espectaculares de la historia del cine con la acción real. La idea era crear un filme completamente moderno sin recurrir a los efectos digitales y las maquetas 3D.
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No hubiera sido posible enfrentarse a este desafío sin la ayuda excepcional de las Fuerzas Aéreas Francesas y su Ministerio de Defensa. Este apoyo se concretó en las doce semanas de rodaje de escenas aéreas, que incluyeron varios vuelos sobre París, algo nunca visto antes en la gran pantalla. El equipo también contó con la colaboración de los mejores pilotos de cazas Mirage 2000 de las bases militares en Orange y Djibouti, que permitió rodar un metraje verdaderamente excepcional.
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Especialmente diseñada para filmar a una altitud de hasta 15.000 metros y a la velocidad de la luz, utilizaron una lata de queroseno como soporte de cuatro cámaras de 35mm que rodaban simultáneamente. Y con el fin de simular las condiciones de vuelo, el equipo construyó una copia exacta de la cabina de mando del Mirage 2000, donde colocaron varias cámaras.
Además de la tecnología, la película se benefició del entusiasmo y de la pasión de los pilotos, técnicos y oficiales. También contó con la participación de algunas de las mejores empresas europeas (Dassault, Airbus, Safran), que hicieron posible este rodaje fantástico. Gracias a estas valiosas contribuciones, SKY FIGHTERS es uno de los proyectos más ambiciosos del cine europeo.
Abróchense los cinturones.
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