En un campamento para autocaravanas, la familia Munro traba amistad con la familia Gornicke: un clan familiar desesperadamente simpático y despreocupado que vive en una autocaravana de forma permanente. Cuanto más se empeñan en evitar a los Gornicke, más parece que sus destinos están destinados a cruzarse. Sin embargo, la adversidad logra unir incluso a los miembros de la familia más desmembrada de tal forma que, sin darse cuenta, cada revés que experimentan los Munro, les ayuda a convertirse, de nuevo, en una verdadera familia.
EL SUEñO AMERICANO SOBRE RUEDAS
“Si lo pruebas un día, lo utilizarás toda la vida” es el tentador slogan del anuncio que convence a un hombre para emprender con su familia la aventura de sus vidas al tomar las riendas de un vehículo recreativo de lujo y recorrer las carreteras secundarias del antiguo y amable territorio de EE.UU. Esta autocaravana, un vehículo con más comodidades que un avión comercial 747, es el sueño americano hecho realidad.
Al menos este es el argumento que un desesperado Bob Munro (Robin Williams) presenta a su familia cuando anuncia un cambio de planes para sus tan retrasadas vacaciones. La verdadera razón es que su jefe de la empresa de refrescos Pure Vibe se lo ha explicado claramente, sin dejar lugar a dudas: o cierra una adquisición por fusión en la próxima semana (su semana de vacaciones) o no debe molestarse en volver de vacaciones.
Para el horror de su familia, el sueño de holgazanear en las playas de Hawai queda frustrado cuando se ven obligados a subir a una autocaravana gigante y difícil de manejar para realizar un viaje a las Montañas Rocosas. Desde El pelotón chiflado un vehículo recreativo no tenía un papel tan destacado en una importante comedia cinematográfica.
Para el director de la película, Barry Sonnenfeld, sólo el hecho de ver una autocaravana le provoca la risa. “Las autocaravanas son divertidas por muchas razones”, afirma Sonnenfeld. “Para empezar tienen un aspecto gracioso. Son demasiado altas. Son demasiado largas, son como desgarbadas y por dentro están extrañamente llenas de unos colores pasados de moda que, por otra parte, son ideales”.
Y, tal y como aprendió el productor Wick, “todo lo que puede ir mal en una autocaravana, a menudo va mal”.Todos los miembros de su caravana sufrieron un contratiempo ya fuera con la electricidad, la fontanería o debajo del capó. “Cuando te adentras en el mundo de los vehículos recreativos, hay una gran dosis de aprendizaje”.
Sonnenfeld tampoco se pudo resistir a la idea de extraer el potencial cómico de lo que fácilmente se podía haber convertido en una historia de terror. “Mi teoría siempre ha sido que, cuanto peor es la experiencia, mejor resulta cuando se describe en retrospectiva. He superado cuatro piedras en el riñón. Todas fueron horribles, pero esas historias son algunas de mis mejores historias y las más divertidas. Que se te pinche una rueda en la autopista de Long Island el día de acción de gracias es una buena historia pero, una vez más, en retrospectiva. ¡Vaya vacaciones! trata de una familia que de alguna forma está desmembrada, a pesar de que viven juntos. Cada uno tiene su propio reproductor de MP3, su propio ordenador. De forma que, aunque estén en la misma habitación, mentalmente están separados. En un principio, el obligarlos a estar juntos en este vehículo recreativo amenaza con separarlos aún más, pero sus experiencias casi desastrosas los vuelve a unir de una forma divertidísima. A través de la aventura y la adversidad se ven obligados a volver a hacer cosas juntos, como una verdadera familia, y a volver a unirse”.
Además, añade Sonnenfeld, las experiencias que comparten los Munro es lo que los define como una familia. “Cuando durante el viaje se pincha una rueda y todos se quedan plantados a un lado de la carretera, bajo la lluvia, riendo porque no tienen gato y papá tiene que utilizar su destornillador Tool Man para intentar cambiar la rueda, es algo que recuerdas el resto de tu vida”.
La experiencia resultó ser tan imborrable para Fisher y Wick que inmediatamente empezaron a contemplar la idea de una película que explorara el estilo de vida en una autocaravana. “La idea”, afirma Wick, “era coger a una familia con todo tipo de temas y problemas pendientes y dejar que funcione en los íntimos confines de un viaje en autocaravana”.
Para el director Sonnenfeld, la película era una forma de crear una historia que además reflejara su propia experiencia como padre y marido. Vio ¡Vaya vacaciones! como una forma de incluir algunas de sus experiencias más divertidas (una vez más, en retrospectiva) en una comedia cinematográfica.
LOS MUNRO Y LOS GORNICKE
“Barry es una de las personas más divertidas con las que me he estado en mi vida”, añade Wick, “y además tiene un gusto visual exquisito; anteriormente ejerció de director de fotografía para los hermanos Coen, entre otros. De forma que sabía que le daría una teatralidad inusual en este tipo de película familiar”.
Mientras Williams podía no darse cuenta de lo mucho que el personaje de Bob Munro reflejaba al de su director, afirma que desde luego tuvo una sospecha cuando Sonnenfeld describió el viaje destinado al fracaso de los Munro como la historia de la “típica familia judía fuera de su entorno”.
“Hasta el día de hoy, personalmente, no he conducido nunca una autocaravana”, afirma Sonnenfeld. “De hecho, ni siquiera he conducido una de las autocaravanas de la película por el aparcamiento. Creo que el vehículo más grande que he conducido en mi vida quizás haya sido mi Lincoln descapotable de 1962”.
El papel de Travis Gornicke, el cabeza de la otra familia principal de la historia, lo interpreta Jeff Daniels que, para deleite de Sonnenfeld, en la vida real es un ocasional conductor de autocaravana. “Cuando su representante intentaba conseguirle el trabajo a Jeff, me llamó y me dijo: ‘Tienes que contratar a Jeff. Es un experto en autocaravanas. Las conduce constantemente. Incluso tiene una canción que trata de las autocaravanas que, de hecho, ha compuesto él”, comenta riendo Sonnenfeld. “Es una canción increíblemente divertida acerca de cómo Jeff y su familia viajaron en una autocaravana de Michigan a Cooperstown, Nueva York, y accidentalmente dejaron a su mujer en una parada de camiones”.
Cheryl Hines trabaja junto a Williams en el papel de Jamie Munro, la matriarca de la irritable familia Munro que, tal y como señala Williams, “le daba el toque divertido a la alteración generalizada”.
“Yo también conozco el trabajo de Cheryl principalmente por ‘Curb Your Enthusiasm’”, afirma Sonnenfeld, “y me complace poder decir que me comentó que soy aún más neurótico que Larry David. Me encantó oírla decir eso”.
Hines tiene mucha experiencia en la improvisación, incluso anterior a “Curb Your Enthusiasm”. Durante años trabajó regularmente con The Groundlings, el grupo de improvisación de Los ángeles. “Aunque en ¡Vaya vacaciones! teníamos un guión”, afirma Sonnenfeld, “su experiencia en la improvisación nos vino al pelo. Siempre podíamos contar con Cheryl para una reacción maravillosa, que siempre era rotunda y sin ostentación: perfecta para replicar los grandes momentos cómicos de Robin. Era muy George Burns y Gracie Allen. Formaban un gran equipo cómico, como el que tuve en las películas Hombres de negro™ con Will Smith y Tommy Lee Jones, que es otro ejemplo, el de un tipo que es bobo y otro inexpresivo”.
Esta es una forma de explicar por qué al final de algunas tomas de ¡Vaya vacaciones! Sonnenfeld gritaba: “Hacedlo otra vez, más rápido y más rotundo”.
Daniels lo explica con detalle: “Mira, a veces el chiste no es el chiste; es la reacción al chiste y eso es lo que significa ‘más rotundo’. Cuando Barry decía ‘más rotundo’ era como decir: ‘reacciona y el público se reirá’”.
Gran parte del humor de Hines en la película, afirma Williams, emana de sus reacciones ante él, aunque también reconoce su considerable talento para la comedia. “Tío, te partes de risa con ella”, afirma. “Puede trabajar ciñéndose al guión o sin él. Para ella era como estar de vacaciones. Había texto, pero después también nos divertimos. Es capaz de recrearse hasta la locura, y eso es estupendo”.
Uno de los pilares del guión de ¡Vaya vacaciones! es la relación de Bob Munro con su hija adolescente Cassie, según Wick. “Vimos muchas chicas jóvenes y el truco era encontrar a alguien que supiera desenvolverse en la comedia, que fuera creíble desde el punto de vista dramático y que diera la talla frente a Robin Williams”, afirma.
Sonnenfeld encontró esa rara combinación de atributos en una joven estrella de la música, Joanna “JoJo” Levesque. “Ya es una enorme estrella de la música y ha tocado sobre los escenarios frente a un público muy numeroso”, afirma Fisher. “De forma que tiene una confianza en sí misma inusual en una adolescente”.
“Joanna lleva esa confianza a su trabajo”, añade Wick, “y cuando actúas junto a alguien tan carismático e inconmensurable como el mismísimo Robin, tienes que saber estar en tu sitio, y ella tenía esa presencia”.
Afortunadamente, el director, sin saberlo, había contratado a un reparto con dotes musicales. Recientemente Daniels ha publicado su primer CD. Joanna “JoJo” Levesque, que interpreta a Cassie, la hija de Bob, es una cantante de pop experimentada, y Chenoweth, que interpreta a Mary Jo Gornicke, es una cantante de ópera con formación clásica.
Sin embargo, su facilidad para cantar a la tirolesa sólo fue una de las razones por las que Sonnenfeld eligió a Chenoweth. “Para la familia Gornicke no sólo buscaba a la ‘familia más simpática del planeta’ sino gente que supiera actuar estupendamente en la pantalla. Kristin es muy pequeña, mide alrededor de un metro veinticinco y es sureña, pero tiene una enorme personalidad. Es maravillosa, una gran chica: no por su tamaño, sino por su espléndida personalidad”.
Parte de lo divertido de su papel, explica Chenoweth, era la oportunidad de actuar “estupendamente” con alguien que está actuando “estupendamente”. “Probablemente, mi mayor sorpresa en esta película fue divertirme tanto junto a Jeff. Había química entre nosotros. Además, Jeff es enorme, muy alto. Me sentía pequeñísima a su lado. La verdad es que me pasa siempre, pero Jeff era enorme y eso me encantaba. El contraste era muy divertido”.
Hines, sin embargo, aunque personalmente está orgullosa de su forma de cantar, afirma que no tiene una voz particularmente buena, aunque le apetecía muchísimo cantar para resultar graciosísima. “Escogió octavas, algo que ninguna chica debe escoger”, comenta riendo Sonnenfeld. “Era bajo profundo, más que contralto o soprano”.
Williams añade: “Cuando Cerril canta, madre mía, tiene una voz tremendamente profunda. Después cambia a una voz normal y canta de una forma que es para morirse de risa”.
“Es una mezcla extraña”, continúa Daniels. “Es judío y, sin embargo, es un vaquero. Robin le llama ‘El Vaquero Kosher’”. (A Sonnenfeld le encantan los gorros y botas de vaquero y, en el plató, a menudo incluso se sienta en una silla de montar en vez de en una silla de director, aunque afirma que nunca se ha subido a un caballo).