Unas colecciones de cortes perfectos, ricas en matices estéticos y confeccionadas con tejidos de una calidad excepcional y de última tendencia que, sin embargo, tienen su punto de riesgo. Y es que la mujer a la que viste Marta Rota, elegante, funcional y urbana sobre todas las cosas, no le falta coquetería y gusto por la sofisticación;
dos aspectos que la diseñadora trata con la misma naturalidad con la que ellas demandan esta exigencia “chic” que precisa de un gran sentido del equilibrio. La fiesta es donde, sin duda, Marta Rota expresa con mayor intensidad tanto su gran personalidad como su admiración por “los grandes”. La esencia de la “haute couture” queda reflejada en unas piezas únicas e idílicas que elevan la imagen de la mujer hasta el concepto de “divina”. El rojo y el negro son en esta ocasión sus colores preferidos; alternando con el fucsia.
Desde que sus hijas, Alejandra y Andrea, se han incorporado al equipo de diseño, sus desfiles abarcan un espectro tan amplio de edad que podríamos calificarlo de insólito en las muestras de moda española. Las más jóvenes, esas que saben combinar a la perfección el “just-in-time” con las prendas lujosas y selectas, han encontrado en Tot-Hom una opción de calidad y estilo para cada momento del día.
Son jóvenes con clase que atienden su faceta profesional pero que se ven abordadas diariamente también por una agencia social considerable. Para ellas, pantalones pitillo, de montar o muy anchos que combinan con abrigos tres cuartos; sofisticados complementos como bolsos enormes de charol y sombreros; gasas y tules en los cócteles y extremados trajes de noche para seducir. Una vez más, Marta Rota ha conseguido deslumbrar a una mujer en general elegante y de tendencia, al margen de su edad cronológica.
Gema Castellano