Difícil. Muy complicada resulta la tarea de elegir a las marcas que se convertirán en portada, y ellas lo saben. Las más poderosas reinvierten ingentes recursos económicos en hacerse visibles mediante fiestas, desfiles o cualquier otra manifestación que las destaque y a otras hay que saberlas encontrar entre una marabunta de ingenio ‘fashion’ dispuesto a dictar las nuevas normas de la imagen. Innovación, calidad, gusto por el detalle, espíritu de superación y diferenciación es lo que nosotros buscábamos en el Barcelona en esta edición y, aunque no serán, evidentemente las únicas, hemos conseguido localizarlas.
Philipp Plein nos ha llamado la atención por segunda vez consecutiva, porque aunque pensábamos que podría tratarse de un fenómeno pasajero y de “choc”, el diseñador alemán ha demostrado en el “B&B” que va camino de convertirse en un “luxury-top”, en un icono de la trasgresión capaz de satisfacer las nuevas necesidades de una élite excéntrica con hábitos de vida que se escapan a lo cotidiano.
Plein no diseña colecciones aisladas, sino que crea todo un entorno de prestigio para el estilo de vida de un moderno sibarita que ha dejado de interesarse por el lujo convencional. Exquisitas sillas de montar, sofisticadas joyas con diamantes negros, pieles sublimes y un diseño elegante, rompedor y único para gente muy especial que busca, más que mostrarse, disfrutar del lujo. Philipp Plein buscó un rincón del pabellón “Superior” del Bread ad Butter donde recreó en negro y brillantes su propio mundo inalcanzable, porque sabe que una minoría selectiva lo buscaría y lo encontraría.
No es el caso de Hollywood Milano, una firma ‘fashion’ que gusta cada vez más y que cuenta con Giancarlo Fisichella y Bar Rafaeli para sus campañas promocionales. Ropa y complementos para ser vista en un ambiente muy de tendencia y para todas las horas del día, que compite con el “look” sexy y “decontracté” de las discotecas más de moda del planeta. La firma organizó una super-fiesta en el Hotel Arts de Barcelona y no escatimó en metros cuadrados en el “B&B”. Un ‘stand’ a su medida que expresaba lo que pretende conseguir: situarse en la cúspide del ranking de las firmas “streetware” más deseadas. Para ello todo es poco, pero sobretodo inversión en imagen de marca y completa visibilidad. Su diseño lo vale.
En un ámbito más discreto pero con un modelo de consolidación, expansión y renovación que nos ha sorprendido encontramos a la firma de bolsos “casual” Kipling, absorbida hace tres años por el grupo estadounidense VF Corporation por 180 millones de dólares. La evolución del diseño, cuyo centro neurálgico se encuentra en Amberes, es espectacular.
La artífice de esta evolución en la firma fundada en 1987 es Isabelle Cheron, una francesa habituada a moverse como pez en el agua entre marcas de lujo como Chanel, Cerruti y Céline, que, lejos de entrar en “chez Kipling” como un elefante en una cacharrería ha apostado por la continuidad; por capitalizar el valor que la empresa ya tenía y a partir de ahí innovar, lanzar nuevas líneas e incluso diversificar.
Cheron contaba con un bolso funcional y accesible que servía a la mujer en todas las ocasiones para apostar por nuevas líneas de producto más específicas, en las que se han introducido el nylon ultra-resistente o la piel, e incluso el emblemático “mono” se ha metamorfoseado para hacerse de metal o incrustado en el cuero. El resultado es “chic” y genuino, a la altura de las incondicionales y del agrado de nuevas consumidoras. Un lujo asequible.
Sin pretensiones, por el momento, de llegar al “total-look” mediante una línea de Prêt à Porter, Cheron tiene previsto, sin embargo, lanzar una serie de accesorios -sombreros, camisetas, ropa de playa, etc.- que complementen los nuevos diseños de bolsos de Kipling con el fin de reforzar la marca y aprovechar el negocio de la compra de impulso. Kipling celebra este año su veinte aniversario con más glamour, tal y como deseaba Isabelle Cheron, aunque el sueño de esta gurú de la moda todavía no se ha cumplido. Insiste en la creación de un bolso icono, ese por el que todas las ‘fashion-victims’ suspiran. ¿Estará entre la nueva colección?.
Gema Castellano
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