A las 18:30 horas, los presentadores de la ceremonia anunciaban al público que el trofeo de la Louis Vuitton Cup iba a "llegar con el viento". Y así fue. Desde un helicóptero situado a más de 1.500 metros de altura, cuatro hombres saltaban al vacío. Los dos primeros, equipados con trajes especiales, ejecutaban un vuelo rasante en caída libre por encima del canal del Port America’s Cup. Justo después, dos especialistas en parapente realizaban una coreografía aérea y aterrizaban sobre el escenario.
Uno de ellos llevaba a la espalda una maleta roja de Louis Vuitton que en su interior portaba el trofeo de la Louis Vuitton Cup. Exactamente a las 18:45, el trofeo estaba en el escenario esperando a sus nuevos poseedores, mientras la tripulación de Luna Rossa Challenge, el equipo derrotado en la final de la Louis Vuitton Cup, asistía al evento a bordo del ITA 94, entre los aplausos del público que reconoció su esfuerzo.
A continuación, los tripulantes de Emirates Team New Zealand amarraban el NZL 92 junto al escenario y ascendían uno a uno como ganadores. Yves Carcelle, presidente de Louis Vuitton Malletier y de Moët et Chandon; Michel Bonnefous, presidente de la organización de la 32ª America’s Cup; Antoine Arnault, director de comunicación de Louis Vuitton; y Bruno Troublé, fundador de la Louis Vuitton Cup, estaban esperándoles para hacerles entrega del trofeo.
Michel Bonnefous agradecía "a los equipos, al público, a los voluntarios y a la ciudad de Valencia su trabajo para lograr esta fantástica 32ª America’s Cup" y felicitaba por la victoria a Grant Dalton, director general de Emirates Team New Zealand. Yves Carcelle, por su parte, recordó al público que en cuatro de las seis ediciones de la Louis Vuitton Cup que se han disputado desde su fundación, en 1983, "el desafío ha ganado al defensor en el America’s Cup Match".
Exactamente a las 19:00 horas de este 6 de junio de 2007, Dean Barker, patrón de Emirates Team New Zealand, y Grant Dalton, levantaban el trofeo ante todos los presentes en un momento de gran emoción.
Segundos después, los miembros del equipo descorchaban cuatro botellas de Möet et Chandon con las que celebraban el gran triunfo entre millones de burbujas que salían del escenario conformando una imagen única. Por fin, Emirates Team New Zealand podía celebrar una victoria.
En un comunicado remitido por Alinghi, Brad Butterworth, patrón del defensor suizo afirmaba: "Es un gran resultado para Emirates Team New Zealand porque han navegado muy bien toda la competición. Creo que durante años han sido el equipo que más ha destacado, así que su victoria no me sorprende".
Grant Dalton, máximo responsable deportivo de Emirates Team New Zealand, se deshacía en halagos: "Quiero felicitar a Luna Rossa, son un equipo fantástico. Agradezco también a AC Management, Louis Vuitton, Alinghi y a la ciudad de Valencia por esta fantástica sede que nos han proporcionado; las regatas son increíbles. También quiero dar las gracias a nuestros patrocinadores y sobre todo a ustedes, a todos los aficionados que están aquí y en Nueva Zelanda. ¡Sois brillantes! ¡Os queremos!".