Así, grandes cuadros sirven de contraste al negro, gris y morado. Favorecedoras chaquetas cortas, pantalones con pata de elefante, abrigos cortos y con volantes… blusas… lazos… El invierno empieza con A.
La esencia de la temporada es el marcado estilo couture, con mucha influencia neoclásica: bordados, brocados, rasos, tafetanes… El día se ve influenciado por los ’70 y la noche hace guiños a los ’50. El vestido fourreau impera tanto de día como de noche, cortado a la cintura o recto. Las faldas se alargan y toman amplitud con pliegues y vivos.
También la falda entubada, estilo Grace Kelly, marca protagonismo con chaquetas cortas y anchas. Y debajo, blusas de seda estampadas con lazo y volantes.
Los pantalones suben el tiro y acampanan la pierna. Los pitillos continúan su permanencia, pero en un segundo plano.
Los abrigos cortos y anchos son, con los fourreaux, las piezas clave del invierno, presentados en diferentes tejidos y texturas.
El color negro impera junto con el gris y el morado. La nota alegre la proporcionan los cuadros british.
El total look lo conforman los altísimos zapatos con plataforma.