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Sin duda, el clima social actual no admite demasiados boatos sobretodo a la hora de ensalzar los nada exiguos beneficios de las Cajas; fundadas con un fin, por filosofía y definición, más social y menos especulativo que los Bancos, del cual también parecen haberse olvidado con el tiempo. Adaptación a la nueva economía, dirían algunos. En cualquier caso, su modelo de crecimiento basado en “los principios de rentabilidad y cercanía al cliente” adquiere de cara al usuario una interpretación muy diferente y bastante más peyorativa a la que seguro admitía en 2007 -cuando se promulgaron dichos principios- y, pese a que su objetivo económico de alcanzar un beneficio neto de 100 millones de euros en 2009 -una cifra que se ha superado con creces a juzgar por la cifra de 98 millones de euros que ingresó en concepto de beneficios en el primer semestre de 2008- la comercialización de productos de pasivo y el refuerzo de las dotaciones por el crédito y la morosidad, que ya sobrepasa el 2%, se convertían en el mayor dolor de cabeza de la entidad financiera ya en septiembre de 2008, justo cuando inauguraba las celebraciones de su 150 Aniversario con su paradójica exposición titulada “Los valores del dinero”, que puede verse en su sede de Sabadell hasta el próximo 28 de junio.
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El director general de la entidad, Jordi Mestre, ya apuntilló en la presentación de resultados en 2007 que, aunque la morosidad es preocupante, niveles de 2% o el 3% son asumibles porque “el sistema financiero español ha realizado dotaciones y provisiones acumuladas, precisamente para afrontar las épocas en que la situación económica fuera peor”. A pesar del optimismo de Mestre, el crecimiento del crédito estipulado entre el 15% y el 20% por la Caixa Sabadell para el período 2008-2009 ha sido revisado a la baja, no alcanzará el 10%, y las consignas de tolerancia cero ante la menor inclemencia del cliente, aunque éste no forme parte de las listas de morosos irreversibles, son un hecho que afecta sobretodo tanto a pequeñas empresas como a autónomos. Los grandes olvidados.
Sin pena, pero tampoco con mucha gloria, extendió ayer la alfombra roja la Caixa Sabadell, fundada en 1859 por un grupo de empresarios a cuya cabeza se encontraba Pere Turull, para recibir a Don Felipe y Doña Letizia en una foto que se mostrará como recuerdo en las vitrinas históricas de la entidad cuando ellos, los Príncipes, reinen en España y Caixa Sabadell celebre su 200 Aniversario; aunque nada es seguro a juzgar por el tamiz que la historia está adquiriendo. A su llegada, Don Felipe y Doña Letizia fueron recibidos por el presidente de la Generalitat de Cataluña, José Montilla, el delegado del gobierno en la Comunidad Autónoma de Cataluña, Joan Rangel, el alcalde de Sabadell, Manuel Bustos, el secretario de estado de Economía, David Vegara y el presidente de Caixa Sabadell, Salvador Soley.
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Don Felipe quiso felicitar en su discurso a "todos los que han integrado e integran hoy Caixa Sabadell" por su aniversario conmemorativo. Insistió en que para afrontar la actual crisis se requiere "una adecuada y decidida coordinación internacional, así como el máximo esfuerzo y colaboración del conjunto de nuestras fuerzas políticas, económicas y sociales, apoyando a los operadores económicos, a los trabajadores, a las familias y, en particular a las pymes y a los jóvenes de manera que, además de ayudarles a superar las actuales dificultades tan apremiantes, nos preparemos para estar en la mejor situación posible con respecto a nuestros competidores cuando la crisis remita y empiece a enderezarse la economía global". Una petición con muy buena intención que se suma a otras emitidias por diferentes estamentos sociales, que parece la banca española, y tampoco las cajas, quieren escuchar.
Gema Castellano