Enmarcada en una ‘performance’ idílica propia de la imaginación más creativa, la pasarela se convirtió de repente en el salón donde los Capuleto organizaron el baile en el que se conocieron Romeo y Julieta, bajo el embrujo de la coreografía que el genial Sergei Prokofiev compuso en 1936 para ballet inspirada en la tragedia de Shakespeare.
Los emocionantes acordes que inician esta excepcional obra acompañaron la salida a escena de la modelo Laura Sánchez, musa de la firma nupcial, encarnando a una melancólica Julieta a punto de “tocar el cielo” -así se titula la colección – por un amor tan intenso que la obliga a elevar su espíritu a un plano etéreo y sobrenatural.
En pocos segundos y sin buscarlo, el público se sumergió en un submundo de lividez eternamente relajante surgido de la sensibilidad de Ivonne Ruíz y elevado al plano de lo espiritual por la excepcional bailarina del Ballet Nacional, María Luisa Arias; mientras los vestidos diseñados por esta singular creadora nos demostraban que lo extraordinario es lo que consigue emocionar. Ruíz, la diseñadora fetiche de Raimon Bundó, lleva ya dos temporadas manifestándose, con toda discreción, como uno de los pesos pesados en el tema de lo nupcial en España, gracias a su gran percepción de los sueños de las novias y a la insistencia de la firma en la calidad y la elegancia.
Absolutamente convencida de que, por mucho que otros intenten otras cosas, la mayor parte de las novias no desean lucir ese gran día de sus vidas ni sexys, ni sofisticadas, ni despampanantes -sino románticas, puras y como princesas- la creadora se ha inspirado en las líneas y formas más regias y románticas, insistiendo en la excepcionalidad y riqueza de los tejidos y los pequeños detalles de la misma manera que se ha empeñado en el final feliz de la historia de amor; porque debemos incidir en que en el ballet original de Romeo y Julieta de Prokofiev la sufriente amante de Verona no muere, un detalle, por cierto, que propinó al autor más de una crítica por parte de los puristas ‘shakesperianos’.
Es ciertamente interesante el estudio de la simplicidad en las formas que Ivonne Ruíz realiza en cada una de sus creaciones, consiguiendo extraer la esencia de la costura y el exquisito patronaje hasta convertirlos en la sensación principal del espectador. No es sencillo y sí muy arriesgado, sobretodo en una tendencia generalizada a utilizar la complejidad para enmascarar la carencia de excelencia.
Raimon Bundó ofrece a las novias la seguridad de que el día de su boda van a ser admiradas por su belleza y elogiadas por su buen gusto, además de la ilusión de creerse princesas en un día mágico de tules, sedas y chantillies. La firma no se permite ni una extravagancia, porque para eso hay otros días.
Gema Castellano
Gaudí Novias 2009: colección Raimon Bundó 2010
Pulse las fotos para Ampliarlas
Adblock Detectado |